La vaca del futuro: El colombiano Juan Moreno, una estrella de la genética bovina global, alienta a tomar mejores decisiones desde la próxima inseminación

Hace unas semanas estuvo nuevamente en Argentina uno de los principales referentes de la genética bovina a nivel mundial. El colombiano Juan Moreno se crió en un tambo familiar de la raza Pardo Suizo, tuvo la oportunidad de estudiar Ciencias Lácteas en la Universidad Estatal de Ohio y tiene una maestría en Fisiología Reproductiva en
Hace unas semanas estuvo nuevamente en Argentina uno de los principales referentes de la genética bovina a nivel mundial.
El colombiano Juan Moreno se crió en un tambo familiar de la raza Pardo Suizo, tuvo la oportunidad de estudiar Ciencias Lácteas en la Universidad Estatal de Ohio y tiene una maestría en Fisiología Reproductiva en la Universidad de Texas. Pero más allá de sus títulos, son los logros lo que lo hacen trascender, su mirada de conjunto y la claridad de los conceptos.
Es fundador de Sexing Technologies (ST), la empresa que transformó la inseminación artificial en la industria láctea. Es el generador de la tecnología del semen sexado, el avance científico que revolucionó la eficiencia reproductiva y la mejora genética en los tambos, además de avanzar en secuenciación genómica, la bioelectrónica y la tecnología EcoFeed, que optimiza la eficiencia alimentaria y reduce el impacto ambiental.
Su experiencia y conocimiento son tan profundos, que permiten entender de mejor forma al negocio lechero, de manera integral.
“Sin tener resultados de pruebas genómicas, es difícil estimar cuál es el verdadero valor genético de los animales, pero independientemente de eso, el potencial de producción que existe en Argentina es ilimitado. Porque ustedes tienen los campos, los alimentos, la posibilidad de ser la despensa alimentaria del mundo, además de tener personas con ganas de trabajar, con amor al campo y los animales, con deseo de producir”.
Moreno entiende que el contexto económico local está cambiando y esa mirada alentadora se combina con lo que pasa internacionalmente, donde la carne y los lácteos tienen precios que motivan a los productores a invertir en crecer, en mejorar.
Para eso hay que dar pasos concretos y recorrer la historia.
“Los test de ADN y los de genotipificación han estado disponibles desde hace más de una década. A medida que fue pasando el tiempo fueron bajando de precio. Hoy podemos decir que el costo de un test genómico es algo accesible, pero más aún por la información, por la exactitud para tomar decisiones sobre un animal desde los 30 días de vida y para invertir de la mejor manera en los años siguientes para la cría, reproducción y productividad futura”.
Moreno explica que esto permite “tener el poder, la habilidad, de predecir con una exactitud del 80%, cuál va a ser la posible productividad de un animal. Si se toma desde el punto de vista de los costos, de los intereses, de la inversión al esperar tres o cuatro años, tener una respuesta en 30 días de vida para seleccionar el rodeo, es una manera de ahorrar”.
Lo que hay que ver ante esta herramienta genómica es “costo-beneficio, retorno a la inversión, para avanzar más rápido y de mejor forma en los rodeos”. Hay que adaptarse a esa facilidad actual.
La experiencia de su tambo familiar es que ordeñando 1.200 vacas, hace siete años tenían leche con 3,9% de grasa y 3,1% de proteínas promedio, mientras que ahora consiguen 4,8% y 4,1%, respectivamente. “A eso lo hicimos gracias a la genómica y a las decisiones que nos permitió tomar, sobre cuáles hembras manteníamos como reemplazo, o qué tipo de toros utilizábamos para crear la siguiente generación”.
Como toda la tecnología, cuando aparece es cara, pero al pasar el tiempo el costo se acomoda y lo hace accesible para todos, aunque una característica global del sector sea la de la adopción lenta de nuevas costumbres y usos, pero ahora que los avances pueden tener un impacto muy directo sobre la rentabilidad de los tambos, para que los cambios en la mentalidad se den más ágilmente.
“Los que se adapten más rápido van a poder mejorar sus costos de producción significativamente, van a poder ser muchísimo más competitivos en el mercado”, sobre todo en los años difíciles para el tambo que tarde o temprano aparecen.
Entonces, ¿hacia qué vaca vamos?.
“Hay que gastar en genómica, en genética de más alta calidad, o en semen sexado” dice sin dudar.
Para Juan Moreno, “no hay un fenotipo específico de cómo debe ser la vaca del futuro. Eso es altamente dependiente del estilo de producción de cada uno, pero también depende de los insumos en la alimentación, lo que estás dispuesto a darle para que ese animal sea más eficiente. Entonces aquí va a haber para todos los sabores y para todos los colores. No creo que haya una respuesta correcta o incorrecta sobre la vaca ideal”.
Lo que hay que observar es qué animal es el más eficiente, el más rentable para cada tipo específico de producción. “La rentabilidad en la producción depende de números. El gasto que ocurre para producir el producto y los basados en el ingreso de ese producto”.
“Si te pagan la leche corregida a sólidos, grasa y proteína, entonces la clave es cuánto vale mi cheque de leche. Tenés que producir para vender más sólidos durante la vida productiva de la vaca, para luego poder también vender esa carne, no existe otro ingreso para el tambo”.
En tanto, el alimento es un gasto y así la conversión alimenticia del animal es fundamental. Pero también la mano de obra determina las eficiencias; y ese costo por litro hay que calcularlo.
El planteo es que “ese tipo de eficiencias hoy en día se pueden mejorar sustancialmente rápido, utilizando la genómica”, seleccionando a los animales, porque “la tecnología más poderosa a la cual tiene acceso un lechero o un ganadero de carne es la información, lo que dá el mejor retorno a la inversión en toda la industria”.
Hay que pensar que hoy se elige una pajuela, que define si ese animal será hembra o macho, y qué condiciones tendrá, sus genes, la heredabilidad de las características, por lo tanto, el manejo de las vacas, la inseminación artificial es lo que termina conduciendo la rentabilidad de la producción total.
“Hoy se puede elegir que los animales no tengan haplotipos, que son las variantes de ADN hereditarias que predisponen a enfermedades o problemas, afectando a la producción. Entonces el contenido dentro de esa pajuelita de plástico, cuando se fertiliza esa vaca en tu tambo, determina todos los ingresos que uno va a recibir el día que esa vaca empiece a producir leche”.
Sobre la carne en animales de leche, Moreno indica que “un macho, a menos que sea bien cruzado, no te va a dar ingresos, y así solamente lo harán las hembras, pero recién en dos años cuando llegue el primer parto, 12 meses más para que termine su primera lactancia. O sea, la decisión que tú tomas el día que se compra esa pajuela de semen va a influir en todos los ingresos en esa lechería, cuatro años más tarde”.
La próxima vez que un productor compre una pajuela tiene que pensar en todo eso, más que en si sale unos pesos más o menos,. Aquí el tiempo y las ganancias futuras tienen que pesar más en la decisión, que el precio.
El mundo crece en población y expande su poder adquisitivo, entonces los alimentos cobran más importancia en la demanda. El ingreso per cápita de la población mundial está aumentando. Eso significa que hay que producir aproximadamente el doble de la cantidad de comida que hoy para alimentar al mundo.
La generosidad en el conocimiento de Moreno, la simpleza para explicar la lógica es lo que hace indudable que hay que ampliar la mirada, los conocimientos y dedicarle más tiempo y esfuerzo a implementar tecnologías, a usar la información, pero también entre todos, a “promover el cambio para crecer, alimentar a nuestras familias, vecinos, comunidades y al mundo entero”.
Celebrando este 1° de junio su día, Juan Moreno deja el mensaje claro: “La leche es el único alimento con el cual puedes sobrevivir sin tener que comer absolutamente nada más. Contiene agua, minerales, proteína, grasa, vitamina, lo tiene absolutamente todo”.
Insustituible y única, “la alegría nuestra es que estamos en una industria en la que podemos ser partícipes del mejor alimento que hay en el mundo. Nos toca producirlo eficiente y rentablemente”.
Revalorizando a toda la cadena, sugiere finalmente, “nunca perdamos la oportunidad de decirle a todos lo saludable que es un vaso de leche, lo sabroso que es un pedazo de queso, lo delicioso que es un pedazo de carne. Tenemos que ser los mayores educadores y difusores de nuestros productos”.
Las herramientas están sobre la mesa y las oportunidades también, ahora hay que usarlas de la mejor manera.
La entrada La vaca del futuro: El colombiano Juan Moreno, una estrella de la genética bovina global, alienta a tomar mejores decisiones desde la próxima inseminación se publicó primero en Bichos de Campo.
Seguir leyendo