Sharka: la enfermedad más destructiva de los frutales de carozo
En Argentina, buscan erradicar la enfermedad y evitar su principal vía de dispersión, las personas, para reducir las perdidas económicas que conlleva su aparición.
Una de las enfermedades más destructivas de los frutales de carozo (prunus) a nivel mundial, es el sharka, ya que impide su comercialización. Las plantas enfermas actúan como fuente de contagio de la enfermedad a los otros árboles sanos, por eso la importancia de su erradicación.
En Argentina, solo se encontró en forma restringida el serotipo menos virulento: ‘D‘. Y desde la confirmación de la detección del primer foco de sharka, en el año 2005, se organizó una red interinstitucional para el abordaje de la problemática de la enfermedad, su diagnóstico y control.
Conformada por los tres organismos nacionales con injerencia en la materia, Senasa, INTA e INASE; el Laboratorio del Senasa recibe todos los años muestras provenientes de las provincias de Mendoza, San Juan, Alto Valle de Río Negro y de Buenos Aires para ser analizadas por esta enfermedad. Durante el muestreo, se obtienen hojas de varias ramas para asegurar su ausencia, dada la distribución irregular del virus.
Una vez analizadas y encontradas libres del virus, estas plantas se utilizan internamente para obtener otras nuevas, que luego se venden para producción de fruta en Argentina. Estas acciones permiten evitar la propagación del virus cuidando la economía del país y resguardando la sanidad fitosanitaria.
En cuanto a la principal vía de dispersión de esta enfermedad, se da a través de las personas, ya que utilizan material de propagación infectado. También se dispersa naturalmente por pulgones desde árboles enfermos a árboles sanos de una misma propiedad o de propiedades vecinas.
Los síntomas no siempre son visibles, varían según la especie, y cuando están presentes pueden confundirse con otros virus. Por tal motivo, es imprescindible realizar el análisis de laboratorio correspondiente para confirmar su ausencia.
En el Laboratorio se emplea la técnica de Elisa, en la cual se usan anticuerpos específicos que detectan las proteínas del virus. En caso de aparecer muestras positivas o dudosas por esta técnica, el resultado se confirma por otra técnica que se llama Rt-pcr en tiempo real.
Como el genoma del virus causante del sharka es ARN, hay que retrotranscribirlo y transformarlo en ADN para poder realizar la amplificación por PCR, en criollo, sería “fotocopiar” segmentos de ADN del virus para que sea visible y poder detectarlo.
Desde hace varios años los esfuerzos de depuración de plantas madres, resultó aparentemente exitosa dado que la detección del virus fue disminuyendo año a año.
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