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El “Senasa mendocino” cumple 30 años y afianza su modelo con vistas a la exportación

Fuente: Infocampo 06/10/2025 09:34:33 hs

El Instituto de Sanidad y Calidad Agropecuaria de Mendoza (Iscamen) celebró tres décadas de trabajo en la provincia con una jornada abierta para mostrar todos sus avances para el control de plagas. Los nuevos proyectos y la expansión de sus tareas.

Con un modelo único a nivel nacional, el 4 de octubre de 1995, a través de la Ley provincial 6333, los mendocinos marcaron un hito en la protección fitosanitaria de su producción agropecuaria con la creación del Instituto de Sanidad y Calidad Agropecuaria Mendoza (Iscamen).

Hoy, 30 años después, el organismo sigue consolidando su modelo de innovación para el control de plagas y en tiempos donde el financiamiento de las instituciones públicas está en el ojo de la tormenta, proyecta su crecimiento mediante la exportación de sus tecnologías.

Con una bioplanta modelo ubicada en el departamento de Santa Rosa, en el este mendocino, de 16.000 metros cuadrados donde se producen 700 millones de insectos estériles por semana y donde trabajan más de 200 personas, a lo largo de su historia ha logrado serios avances para combatir plagas como la mosca del Mediterráneo o la polilla de la vid.

Incluso, desde hace un tiempo también ha extendido sus investigaciones a problemáticas que van más allá de los cultivos de Mendoza y que tienen impacto en la salud humana, avanzando con la técnica del insecto estéril también para combatir el Aedes aegypti, el vestir de enfermedades como Dengue, Zika y Chikungunya D.

ISCAMEN: EL “SENASA” MENDOCINO QUE CRECE

Pero sus últimas actualizaciones en investigación y desarrollo también se presentan como una oportunidad para seguir siendo sustentable desde lo económico, como con los avances que han logrado con el gusano barrenador del ganado (GBG), una plaga que no se presenta específicamente en Mendoza, pero que tienen un impacto en varias zonas de América del Sur ya que las larvas de esta mosca causan lesiones graves en la piel del ganado, los animales salvajes y los seres humanos.

El mismo, ha despertado el interés de Uruguay, donde podría llegar a exportarse, algo que ya sucede con algunos de sus desarrollos que han sido vendidos a Chile, España o Bolivia.

En el marco de las jornadas abiertas de la institución, donde más de 500 personas pudieron ver en vivo y en directo cómo funcionan cada una de las líneas de trabajo que tienen actualmente (además de la mencionadas han hecho avances con la drosophila suzukii o mosca de las alas manchadas, diachasmimorpha longicaudata y el tenebrio molitor).

Allí, José Orts, presidente del “Senasa mendocino”, charló con Infocampo y contó sobre sus nuevos desarrollos, donde también ha aparecido el cannabis medicinal, su financiamiento y más.

-¿En qué se enfoca el trabajo del Iscamen hoy en día?
-Celebramos los 30 años del Instituto de Sanidad y Calidad Agropecuaria de Mendoza, una institución muy prestigiosa, pero que muchos mendocinos quizás no conocen en toda su magnitud. Generalmente se la asocia con el programa de control de la mosca del Mediterráneo, pero en los últimos años hemos desarrollado nuevas líneas de trabajo, no solo vinculadas al agro sino también a la salud, como el control del mosquito del dengue. Ya realizamos pruebas de campo con una efectividad del 90%, lo que nos deja muy conformes. Seguimos trabajando para validar esos resultados junto a instituciones como el INTA, el INTI y la Agencia Internacional de Energía Atómica, transfiriendo conocimiento, ciencia e innovación. La ley 6333, sancionada en 1995, tuvo como objetivo cuidar el patrimonio fitosanitario y agroecológico de Mendoza. Desde entonces, el instituto ha evolucionado y hoy exportamos a distintos países, como Chile, España y Bolivia, además de colaborar con provincias argentinas como las de la Patagonia. No solo vendemos material biológico, sino que también transferimos tecnología y conocimiento. La próxima semana estaré allí, en la inauguración de una liberación que realizaremos junto con técnicos locales, aplicando el know how desarrollado por nuestro equipo.

-El modelo de Iscamen es inédito en el país, ¿cuál es su diferenciador?
-Lo que buscamos es reducir al mínimo el uso de insecticidas mediante una técnica ecológica y amigable con el ambiente, la del insecto estéril. Consiste en la cría masiva de insectos, su esterilización y posterior liberación. Este método le dio a Mendoza un reconocimiento internacional por parte de mercados altamente exigentes, como China y Estados Unidos. Además, la provincia mantiene un ecosistema fitosanitario sano gracias a políticas de Estado sostenidas durante 30 años, lo que otorga a los productores un valor diferencial al comercializar sus productos.

-En tiempos donde el financiamiento para instituciones públicas, sobre todo de ciencia y tecnología, ha sido muy cuestionado, ¿cómo se da en su caso?
-Desde el gobierno de la provincia, la “motosierra” no pasó por el Iscamen. Hemos protegido la institución y, al mismo tiempo, buscamos ampliar nuestros mercados. Un ejemplo reciente es la importante compra de moscas realizada por la Patagonia, que genera ingresos propios y nos permite seguir desarrollando y mejorando la bioplanta de Santa Rosa. Ese espacio combina educación, innovación, ciencia y tecnología. Quienes lo visitan se sorprenden por el nivel de desarrollo y por todo lo que estamos invirtiendo allí. Además de los avances en materia productiva, trabajamos en proyectos vinculados a la salud pública, como el control del mosquito del dengue -conocido como el “mosquito rojo”-, y en el combate del gusano barrenador del ganado, un problema de gran relevancia para la Argentina y también para Uruguay. Con ese país mantenemos una colaboración activa y estamos enviando muestras, luego de retomar el diálogo con el nuevo gobierno para que ellos puedan importar nuestro desarrollo.
Este trabajo impacta tanto en la ganadería como en la salud pública, ya que la plaga afecta a todos los animales de sangre caliente e incluso a las personas. Estamos muy conformes con los resultados obtenidos y con la validación de estos desarrollos, que son producto del esfuerzo y la capacidad técnica de los profesionales mendocinos del Iscamen.

-¿Cuántas personas trabajan en Iscamen?
-Actualmente, la bioplanta cuenta con 215 personas trabajando. Además, la institución desarrolla otros programas, como las barreras fitosanitarias, el control de la lobesia y de las moscas. Ahora estamos encarando un nuevo desafío que es la creación de un laboratorio para el desarrollo de cannabis medicinal. La ley se sancionó hace tres meses y fue reglamentada hace apenas dos semanas, por lo que ya estamos avanzando en su implementación. Es un proyecto innovador, pero contamos con la experiencia y el conocimiento técnico necesarios, gracias al equipo especializado con el que trabajamos, lo que nos permite dar un paso más en materia de ciencia e innovación aplicada.

-Junto con la mosca del mediterráneo, la polilla de la vid es quizás de las preocupaciones más grandes porque afecta a gran parte de la vitivinicultura, ¿cómo ha avanzado la campaña?
-Actualmente estamos desarrollando la campaña más grande a nivel internacional contra la lobesia, que abarca más de 130.000 hectáreas y llega a más de 9.000 productores. Es una campaña muy eficiente, pero para que tenga éxito debe sostenerse en el tiempo con continuidad, tal como se hizo en Chile o en Estados Unidos, donde lograron erradicar la plaga. En nuestro caso, trabajamos con una escala mucho mayor, lo que implicó una gran logística para poder llevarla adelante. Hoy estamos presentando nuestras trampas inteligentes, un desarrollo basado en inteligencia artificial que comenzaremos a producir tanto para uso institucional como para ofrecer al sector privado. Desde esta gestión impulsamos la creación de nuevas unidades de negocio que generen ingresos propios y permitan seguir creciendo. Las trampas han despertado gran interés entre quienes las conocieron y pronto realizaremos su lanzamiento oficial. Además, continuamos aplicando la técnica del insecto estéril para el control de la lobesia, combinando innovación tecnológica con sustentabilidad ambiental, y posicionando a Mendoza como referente regional en sanidad agropecuaria.

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