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El girasol, ante un momento histórico: “Hay un presente y un futuro cercano súper atractivo para la cadena”

Fuente: Infocampo 02/10/2025 16:25:19 hs

Una empresa que siembra más de 70.000 hectáreas en Argentina aumentará 45% la superficie destinada al girasol. Tras lo que fue una excelente campaña 2024/25, la oportunidad de seguir creciendo está, de la mano de las variedades alto oleico.

En el marco del Día del Inversor que organiza ADBlick, la atención estuvo puesta en el girasol, cultivo que este año atraviesa una campaña histórica en la Argentina.

Tras la mejor cosecha en lo que va del siglo, la superficie sembrada a nivel nacional crecería un 10% para alcanzar las 5,75 millones de toneladas. La cadena agroindustial apuesta fuerte por este cultivo.

“Estamos haciendo una apuesta muy grande, con un crecimiento histórico de más del 45% en comparación al año pasado”, señaló Santiago del Carril, gerente general de la firma.

La compañía destina un tercio de su área sembrada total al girasol —unas 26.000 hectáreas— y lo considera el cultivo más estable y rentable de su portfolio desde hace 17 campañas.

La clave está en la variedad alto oleico, que no solo garantiza rindes superiores, sino que también aporta un plus en el mercado por la calidad de su aceite.

En un año histórico, el girasol le deja a la economía argentina más de U$S 2.000 millones

“El girasol alto oleico es estable y rentable, y se adapta muy bien a distintos ambientes y fechas de siembra”, explicó Esteban Romero, gerente de producción de ADBlick, al detallar que los rindes de la compañía rondan los 2.400 kilos por hectárea, un 16% por encima del promedio nacional.

EL VALOR DEL ACEITE PREMIUM

La mirada internacional también le da respaldo a esta oleaginosa. Según Marcelo Cosso, líder del cultivo en COFCO y vicepresidente de la Asociación Argentina de Girasol, el mundo está demandando productos de mayor calidad, y el aceite de girasol alto oleico encaja en esa tendencia.

“El mundo va hacia los productos premium, y el aceite de girasol es uno de ellos. En eso, Argentina tiene un muy buen posicionamiento”, aseguró.

Los números son elocuentes: mientras la Unión Europea produce 3,2 millones de toneladas de girasol alto oleico, Ucrania 1,3 millones, Argentina apenas alcanza las 350.000 y Rusia 178.000. En ese contexto, la oportunidad está servida.

“La prima que se paga en el mercado por la calidad del aceite puede representar hasta 100 dólares extra por tonelada”, destacó Romero. La creciente preferencia de los consumidores europeos por alimentos con trazabilidad y valor agregado abre una ventana clave.

Como resumió Francisco Pérez Brea, brand manager de NK Semillas (Syngenta): “El consumidor hoy demanda más información y está dispuesto a pagar por la calidad adicional”.

ENTRE LA GEOPOLÍTICA Y LA TECNOLOGÍA

Uno de los principales desafíos que enfrenta el girasol argentino es la formación de precios, que depende del Mar Negro, la región donde se concentran los mayores productores mundiales.

Argentina no es formadora de precios, pero tiene mucho volumen y la clave será comercializar en el momento justo”, apuntó Cosso.

Las tensiones bélicas, el clima extremo y las oscilaciones en los stocks internacionales marcan el pulso del mercado. En ese escenario incierto, la competitividad argentina se apoya en la investigación genética y en la innovación tecnológica.

NK Semillas, junto a ADBlick, invierte en el desarrollo de híbridos estables y de alto rendimiento. “Cuanto más se invierte, más ganancia genética y más rinde se logra”, remarcó Pérez Brea, al destacar la necesidad de actualizar la Ley de Semillas como una oportunidad para acelerar mejoras.

UNA CADENA COLABORATIVA EN EXPANSIÓN

El crecimiento del girasol no se explica solo por superficie sembrada o precios internacionales. También hay una estrategia colaborativa entre productores, semilleros e industria.

Hoy hay un mercado mucho más maduro y transparente, con un montón de jugadores y compradores de primera línea”, celebró Del Carril.

En esa línea, Raúl Paillot, gerente comercial de NK Semillas, subrayó que además de mejorar la genética, se trabaja en sustentabilidad, agricultura regenerativa y trazabilidad, factores que agregan valor al producto argentino.

Medalla de oro para el girasol: en un año brillante, reluce también con récord de molienda

El presente muestra niveles récord de molienda en el país y una recuperación de áreas productivas, como Córdoba, que vuelven a apostar por el cultivo tras dos décadas. Con genética, tecnología y mercados dispuestos a pagar por calidad, el girasol argentino parece tener las condiciones para despegar.

“Hay un presente y un futuro cercano súper atractivo para la cadena”, concluyó Del Carril, convencido de que el cultivo se transformará en uno de los protagonistas indiscutidos del agro argentino.

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