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“Frenazo” en las ventas de granos, a la espera de un nuevo estímulo: ¿hasta cuándo puede esperar el productor?

Fuente: Infocampo 25/07/2025 08:34:59 hs

Desde la suba de retenciones del 1° de julio, los precios de la soja retrocedieron con fuerza. El mercado, por el momento, permanecería en ese tono, con las fábricas con mercadería suficiente y los productores que "hicieron caja" en el primer semestre.

Por Verónica Sosa – Analista de Mercados de FyO

Era esperable que, luego de la suba de retenciones, presenciemos una merma en las ventas en el mercado local, con mayor impacto en soja dado la “mayor” pérdida en dólares que implicó para la oleaginosa el retorno de la alícuota de derechos de exportación (DEX) del 33%, y el volumen de 7,5 millones de toneladas de soja al que le puso precio el productor en junio.

Ante precios que la primera semana se desplomaron en U$S 20 por tonelada, los productores no encontraron incentivos para continuar vendiendo.

LOS PRECIOS, ENTRE LA FÁBRICA Y EL PRODUCTOR

Adicionalmente, el mercado hoy incentiva llevar la mercadería hacia adelante, con un pase entre la posición julio y noviembre que llega a U$S 12, y que tiene implícito una tasa por diferir las ventas que no la recrea ninguna colocación financiera.

Así, la pregunta de cuándo volverá a reactivarse la comercialización de soja, se puede intentar responderla desde la lógica del mercado.

Las preguntas son:

  • ¿Cederán primero los productores, ante necesidades de caja para afrontar vencimientos y costear la nueva campaña?
  • ¿O cederán los exportadores ante la necesidad de mantener operativas las fábricas y poner precio a lo que ya tienen vendido?

En primer término, entonces, el interrogante a responder es: ¿Qué tan apuradas están las fábricas por pagar?

Analizando la posición del sector exportador, más particularmente de la industria, vimos un importante aumento en las Declaraciones Juradas de Ventas al Exterior (DJVE) en la previa al vencimiento del esquema reducido de Derechos de Exportación, con la intención de aprovechar las menores retenciones.

Este adelantamiento en ventas externas fue mayor incluso al impresionante volumen de compras internas.

Según datos oficiales, la industria lleva declarados 14,9 millones de toneladas de DJVE de harina de soja, equivalentes a moler unos 19,6 millones de toneladas. Con 20,07 millones ya comprados, no vemos necesidad o apuro por originar mercadería en el corto plazo.

Sin embargo, la foto cambia si ponemos el foco en cuánto de lo ya comprado tiene precio. Al 16 de julio, solo tenían precio 14,5 millones de los 19,6 millones de toneladas vendidos al exterior; es decir, hay un descalce entre la mercadería vendida y la efectivamente comprada con precio (lo que no permite cerrar todas las patas del negocio).

Así, vemos una necesidad de poner precio a unos 5,1 millones de toneladas. Esta necesidad de fijar mercadería está posibilitando que de a poco veamos fábricas intentando acercar sus condiciones a la oferta, focalizándose en ofrecer buenos precios de fijaciones más que en originar mercadería con descarga.

LA POSICIÓN DEL PRODUCTOR

Ahora bien, del otro lado, el otro interrogante: ¿qué tan apurados están los productores por vender?

Tras la importante comercialización de junio, el productor aguarda por nuevos estímulos. De acuerdo con nuestros cálculos, los productores generaron caja por U$S 5.600 millones con las ventas de soja, muy por encima de los promedios históricos para este momento de la campaña.

En total, en lo que va de la campaña lleva vendida mercadería por U$S 12.700 millones, (considerando además de las ventas de soja, las de maíz, trigo, sorgo y girasol), lo que le permitió afrontar los vencimientos habituales de finales de junio.

Este nivel de facturación es consistente con los promedios históricos, dado que la aceleración en las ventas de soja, con 40% de la campaña con precio puesto, es compensada por una lenta comercialización de maíz, con ventas del productor atrasadas un 10% respecto del promedio para la fecha.

De este modo, retomando el enunciado inicial de cuándo reactivará la comercialización de soja, el panorama de corto plazo se muestra complicado ya que, en la recta final de la cosecha del maíz tardío, es mejor negocio vender maíz disponible antes que soja.

Y el mercado de futuros también muestra una mayor necesidad de entrega de maíz en el corto plazo, con pases hacia fin de año que poco premian el dilatar las ventas.

En conclusión, las cartas parecen repartidas: por un lado, los productores aprovecharon el esquema temporal para hacer caja, pero eventualmente van a tener que seguir vendiendo para pagar vencimientos y afrontar los costos de la fina y la próxima campaña gruesa.

Por el otro, las fábricas por su lado generaron una masa importante de mercadería, pero tendrán que salir a ponerle precios al exigente programa de exportación que se plantearon hacia adelante.

En el medio, un sector que espera nuevas señales de la política con la comercialización prácticamente paralizada.

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