En la Cuenca del Salado, crece el malestar por las inundaciones y se multiplican las asambleas

“Las obras nunca llegan”, lamentaron desde Carbap. La semana pasada hubo una asamblea de productos en Bolívar y el próximo martes se realizará otro encuentro en Saladillo, otro foco del problema de las inundaciones en territorio bonaerense.
En el centro de la extensa provincia de Buenos Aires persiste un problema hasta ahora sin solución para los partidos que conforman la Cuenca del Salado: las permanentes inundaciones de campos y pueblos.
Los productores agropecuarios de la zona activaron un estado asambleario, permanente, que la semana pasada tuvo como resultado un nutrido encuentro en Bolívar y otro ya confirmado que se realizará el próximo martes 29 en Saladillo.
“El grito del Vallimanca se hace escuchar”, plantearon desde el Consejo del Salado. Se trata de un órgano de gobierno y gestión del agua en la cuenca del Río Salado, que corta prácticamente al medio la provincia de Buenos Aires.
“¿Van a seguir ignorándonos?”: productores de Buenos Aires, indignados por los caminos rurales
El mismo está integrado por representantes de diversas entidades, incluyendo a la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (Carbap), la Confederación Intercooperativa Agropecuaria (Coninagro), Federación Agraria Argentina y la Sociedad Rural Argentina. También participa la Unión Industrial Argentina (UIA).
LAS INUNDACIONES EN LA CUENCA DEL SALADO
El Vallimanca es un extenso río que corre paralelo a la ruta nacional 205, y sus anegamientos permanentes son parte del problema que no tiene todavía solución. Es afluente del Salado y contiene un área geográfica que arranca en las Sierras de la Ventana, y que abarca una decena de partidos donde recurrentemente se producen excesos hídricos e inundaciones.
“Allí la gente espera por las ramas secundarias del Plan Maestro. La semana pasada estuvimos en la asamblea de Bolívar y así vamos a continuar, yendo adonde haya que ir a exponer la realidad de las obras del Salado y también exponiendo ante nuestras respectivas entidades”, expresó Alberto Larrañaga, titular del Consejo Asesor de dicho Plan.
“Los productores hace tiempo esperan por las obras del Salado que nunca llegan, pero son causa de un reclamo cada vez más fuerte con cada inundación”, agregó.
Campo anegado en Saladillo
Quienes participan de los encuentros dan testimonio de historias crudas y de situaciones límite, que incluso, desde el sector agropecuario, plantean sin rodeos: “Van mucho más allá de la producción”.
El denominado “Plan Maestro” es un conjunto integral de obras concomitantes, pero quedó a la espera del destino de fondos para tales fines. Larrañaga lo definió como velocidad de “tortuga”.
“Esta realidad muestra que la gente no puede esperar 50 años por obras que nunca llegan, y esto no es un eslogan, sino la pura verdad, porque los tiempos pasan, las inundaciones se repiten y las obras van a paso de tortuga”, lamentó.
“El Plan Maestro es un todo, integral. Cada cosa que que se paraliza en definitiva es una demora en el conjunto”, graficó Larrañaga.
Uno de los reclamos relacionados al Vallimanca tiene que ver con la liberación de los recursos del Fondo Hídrico Nacional y una inmediata reactivación del dragado en el río.
“Actualmente paralizado por un capricho inexplicable, en el tramo IV.2, entre Roque Pérez y el puente de Ernestina a Elvira, entre los partidos de 25 de Mayo y Lobos”, afirmaron desde Carbap.
Otro de los puntos críticos es el de la paralización formal de las obras en el tramo 4.2 del Plan Maestro. Aunque esta detención no afecta directamente al arroyo Vallimanca, pero sí impacta en el progreso general del plan integral de la cuenca.
“Pero cada cosa que se paraliza, en definitiva, es una demora en el conjunto de las obras. Habían sido declaradas prioritarias por este Gobierno Nacional, pero esta neutralización es un contrasentido”, expresó Larrañaga en diálogo con Infocampo.
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