Al final, la “guerra comercial” promovida por Trump ¿es buena o mala para las exportaciones agrícolas de las naciones del Mercosur?
La “guerra comercial” impulsada por Donald Trump reconfigurará gran parte de los flujos comerciales del sector agroindustrial. La pregunta del momento es qué impacto tendrá en las naciones integrantes del Mercosur con Brasil y la Argentina a la cabeza. Existe un antecedente inmediato en la materia con la aplicación, a modo de represalia, de un
La “guerra comercial” impulsada por Donald Trump reconfigurará gran parte de los flujos comerciales del sector agroindustrial. La pregunta del momento es qué impacto tendrá en las naciones integrantes del Mercosur con Brasil y la Argentina a la cabeza.
Existe un antecedente inmediato en la materia con la aplicación, a modo de represalia, de un arancel del 25% al poroto de soja estadounidense a partir de julio de 2018 por parte de China.
Como el anuncio de Trump de aplicar aranceles a las importaciones chinas se había hecho varias semanas antes, los precios de la soja de EE.UU. comenzaron a caer a partir del mes de mayo de 2018 y esa dinámica bajista arrastró también a los valores de la oleaginosa sudamericana.
Posteriormente, los precios FOB de la soja argentina y brasileña comenzaron a registrar un diferencial con respecto al poroto estadounidense que llegó a alcanzar un récord histórico de 90 u$s/tonelada en el último tramo de 2018.
En 2025 cabe esperar un escenario similar aunque con algunas diferencias, la primera de las cuales es que, al menos por el momento, el “castigo” aplicado por China a la soja estadounidense es del 10% y no del 25%.
Por las particulares características del mercado mundial de soja, que es abastecido apenas por dos oferentes, Mercosur y EE.UU,. este último país tendrá que seguir enviando poroto a China, asumiendo la “retención” del 10%, al no haber posibilidad de relocalizar partidas hacia otros destinos.
Vale tener en cuenta que luego de la primera edición de la “guerra comercial” de Trump el gobierno chino comenzó a buscar fuentes alternativas de harinas proteicas de origen de vegetal con el propósito de reducir la dependencia de la soja americana.
El otro factor por tener en cuenta es que Brasil está cosechando un volumen récord histórico de soja y que en pocos meses más se sumará la producción argentina, lo que contribuirá a generar una oferta exportable sudamericana nunca antes vista en un mercado global caracterizado por la crisis o la cautela.
La historia se repite: China aplicó nuevamente “retenciones” a la soja estadounidense
Diferente es el panorama que presenta el maíz, porque aquí, a diferencia del caso de la soja, la política proteccionista de Trump plantea una auténtica novedad al agredir a sus socios y vecinos Canadá y México con un arancel general del 25%.
Canadá, aparentemente, no planea interrumpir el ingreso de maíz y bioetanol estadounidense, lo que representa un alivio para las cotizaciones estadounidenses del cereal.
El factor determinante es qué decisión tomará México. La presidenta Claudia Sheinbaum Pardo dijo que el próximo domingo 9 de marzo informará cuáles serán las represalias por implementar contra la medida proteccionista de Trump.
La decisión que tome México es crucial para definir el futuro de las cotizaciones de maíz en EE.UU., dado que el cereal estadounidense tendrá un importante recorrido bajista en caso de que Sheinbaum Pardo proceda a bloquear el ingreso de maíz desde su vecino del norte. En ese contexto, el maíz sudamericano podría tener una oportunidad comercial extraordinaria.
Según proyecciones del USDA, en 2024/25 México tendrá que importar 24,5 millones de toneladas, una cifra que –también según el USDA– representaría casi el 30% de la oferta exportable de Brasil y la Argentina de ese período.
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