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Máximo Uranga, el agrónomo que siguió el legado de su padre y busca nidos de aves por todo el país

Fuente: Bichos de Campo 03/10/2024 09:50:00 hs

“Mi pasión es todo lo relacionado a lo agropecuario, nací y viví en el campo hasta casi tener que entrar al secundario, pero también, desde chico, fuimos cultivando una pasión relacionada a las aves, los pájaros, que es el estudio vinculado a la nidificación, arrancó con una costumbre de mi papá de coleccionar huevos, que

“Mi pasión es todo lo relacionado a lo agropecuario, nací y viví en el campo hasta casi tener que entrar al secundario, pero también, desde chico, fuimos cultivando una pasión relacionada a las aves, los pájaros, que es el estudio vinculado a la nidificación, arrancó con una costumbre de mi papá de coleccionar huevos, que en mí se transformó en la nidificación, algo que siguen mis hijos varones”, relata, en la presentación del capítulo 50 de El podcast de tu vida, Máximo Uranga.

Lo que hacen los Uranga (ya tres generaciones) es salir en familia, a veces con algún amigo también, a distintas zonas del país, para encontrar nidos de diferentes aves que habitan el suelo argentino. Así, su meta es (o era cuando grabamos el podcast en junio de 2022) llegar a los 500 nidos de 500 especies diferentes).

Primero les cuento qué hace este agrónomo. Actualmente, hace dos cosas: participa de una sociedad con otros productores de cultivos extensivos, además hace cría y recría; pero también es dueño de una empresa que produce hortalizas orgánicas en Mendoza donde hacen ajo y orégano. Además es asesor en Pampa Húmeda y Entre Ríos. Un lindo dato: los Uranga, la familia de Máximo, se dedican al campo desde 1858, hace casi 170 años.

Dicho esto, volvemos a su otra pasión, las aves. Su padre empezó coleccionando huevos. Máximo y los de su generación, hoy también la generación siguiente, sus hijos, disfrutan de registrar fotográficamente, y con otros datos, los diferentes nidos de especies de todo el país.

Según una web de la familia tienen registradas ya 592 especies de aves en Argentina, Chile y Uruguay.

“El campo es gran parte de mi vida, el contacto con la naturaleza, lo más espontáneo y genuino, percibir todo lo que involucra a la naturaleza es muy fuerte y me lleva a lugares muy lindos”, cuenta en la introducción de la charla. Nació el 31 de octubre de 1974 y tiene 5 hijos con josefina. “Mi apodo es Kempes, por el jugador, porque cuando nací papá y toda la familia eran muy fanáticos de Rosario Central, y Kempes era ídolo de Central, entonces mi papá empezó a decirme Kempes, Kempes y ahí quedó para toda la vida”, confesó. Pasen y lean…

-¿De dónde viene tu pasión por los pájaros y sus nidos?

-Yo viví en el campo hasta los 12 años. La vida de campo te lleva mucho a estar en contacto con la naturaleza. Y mi padre ya tenía la inquietud de coleccionar huevos de las aves que vivían en la zona donde estaba el campo. Me gustó y junto con mis primos nos sumamos a esta pasión desde chicos. Buscando nidos. Después crecí y le dimos otra impronta de investigación, descubrir nidos que no se conocen y describirlos para la ciencia argentina.

-Y si te digo de tu infancia en el campo, ¿Qué cosas se te vienen al cuerpo? ¿Qué cosas hacías? ¿Olores, sabores? 

-Se me viene andar a caballo. El campo era de mi abuelo. En su momento tenía mucha ganadería, pasturas, tambo. Recuerdo andar a caballo mirando liebres, perdices, martinetas, patos, todas las aves que vivían en relación con esas pasturas.

-¿Tiene un nombre esa disciplina o actividad de buscar huevos o nidos? 

-Alguna vez nos dijeron que el estudio de los huevos se llama Oología, pero no sé exactamente. Nosotros hoy estudiamos los nidos.

-¿Y qué es lo que más te gusta de lo que hacés o lo que hacen en familia?

-Es una pasión difícil de explicar. Cuando salimos de viaje a buscar algún nido o a recorrer una zona porque sabe que hay aves se te genera una adrenalina que te transporta a una situación diferente. Y la verdad que andar por lugares de mucha naturaleza, con mi padre, mis hijos, primos, algún amigo, es una situación muy linda.

-¿Y cómo es la dinámica? ¿Cómo se organizan? ¿Cuándo duran?

-Primero tenemos una cierta idea de la época de nidificación de la época de las especies que estamos buscando en las diferentes zonas del país. Por ejemplo, este año fuimos a las yungas, a la puna, a Mendoza. Entonces primero pensamos dónde iríamos. Después vemos el lugar que queremos recorrer, percibimos las aves, su movimiento, caminamos casi todo el día. Las aves siempre están en una actitud disuasiva con su nido. No quieren que uno sepa.

-¿Y qué buscan de un nido?

-Nosotros describimos el nido en sí, como está hecho, dónde está. Hoy con la tecnología que disponemos es más fácil. Nosotros hemos ido documentando nidos hace muchos años. antes no podíamos sacar fotos con tanto detalle. Tenemos cámaras para sacar fotos de nidos dentro de huecos.

-¿Y qué se cuenta de ese nido?

-Hay aves que se saben dónde lo hacen y otras no se saben. Este año tuvimos un caso de una especie nueva de jilguero que vive en Sierra de la Ventana. Y nos invitaron a tratar de encontrarle el nido. Y la verdad que no sabíamos si las ponía en las paredes de la sierra, en los pajonales… fuimos, estuvimos una semana, estudiamos su comportamiento y lo encontramos y documentamos. Algo que no se conocía. El descubrimiento de ese nido ayudó a validar que es una especie diferente, nueva para la ciencia argentina.

-¿Qué lugar de los que has ido recorriendo todos estos años te ha sorprendido o te ha gustado más?

-Argentina tiene un montón de lugares increíbles. Me han gustado prácticamente todos. Muy lindos recuerdos tengo de las Yungas, una selva angosta y húmeda. También en la Puna jujeña.

-¿Y el huevo más raro o importante que hayan encontrado? Vos o tu padre… 

-Tenemos varias especies raras. Este año encontramos de un benteveo de barbijo que es una especie muy rara. El jilguero ventanero que no se conocía. En Mendoza encontramos también nidos del jilguero grande. Lo llamativo fue que los pocos registros que había era de nidos de hace muchos años y la descripción de los huevos no coincidía con lo que encontramos nosotros. Y después un montón de especies.

-¿Y alguna anécdota divertida de las búsquedas?

-Anécdota hay en cada viaje. Porque la impronta del viaje es descontracturada y divertida. Pero se me viene a la cabeza una de cuando fuimos a ver a la monjita salinera, en las salinas grandes de Córdoba. Recorrimos las salinas, un salitral con arbustos, donde vive ese pajarito. Encontramos el nido de la monjita, y cuando volvíamos en esos caminos de tierra hacia Quilino que era el pueblo que estaba cerca y en eso vimos en una actitud rara a un halcón gris, un pájaro muy raro y lo estudiamos, y encontramos que tenía su nido dentro de un nido abandonado, que estaba puesto en los cables de media tensión de la luz. ¿Qué hacíamos para llegar? Fuimos al pueblo de Quilino, averiguamos quién manejaba esa red. Fuimos a la cooperativa, hablamos con el inspector, le pedimos por favor si nos hacía el favor de dejarnos subir, porque estamos haciendo un libro con todos los nidos, el objetivo es llegar a los 500 nidos. En fin. Tuvimos la suerte que al inspector le pereció entretenido. Cortaron la luz, sacó fotos el inspector, y nos quedamos con ese documento.

-¿Cuál es el próximo desafío? 

-El desafió es llegar a encontrar los 500 nidos de 500 especies diferentes de aves de la Argentina. Nos faltan tres especies. El desafío es lograrlo pronto para hacer el libro.

-¿Tienen alguna zona de búsqueda y especies para buscar?

-Algunas tenemos, si. Tordo amarillo, por ejemplo. Y después recorrer la Patagonia andina que excepto Tierra del Fuego no tenemos muy recorrida. El chorlito que nidifica en Catamarca, también. Misiones siempre vamos, es donde arranca en octubre-noviembre las posturas.

-¿Y hay algunos “dateros”? Alguno que viendo lo que hacen ustedes les mandan fotos de nidos

-Los conocidos suelen hacerlo, pero tratamos de no incentivar a que todos estén buscando nidos porque hay que tratar de no molestar a los pájaros, hay que ser cuidadosos con eso.

-Lo último que te pregunto de esto es, son muchas horas de ir caminando, buscando, saliendo de lo cotidiano. 

-Sí, totalmente, al margen de que la actividad en sí me predispone bien. Son lugares donde uno se encuentra pensando en cualquier cosa del lugar. Hay lugares que no podés creer. Desconectado de los problemas cotidianos y también muchas veces del celular. Uno está ahí con la naturaleza, la familia y los pájaros y los otros animales. A mí me gustan todos los bichos que vemos.

-Bueno, llegamos a una sección clásica de este podcast, tirando paredes. La primera pregunta es ¿Cuál es tu país favorito de lo que has conocido?

-Mi favorito es Argentina. Ciudades, tengo una en Nueva Zelanda, Queenstown, que me pareció espectacular. También me gustó mucho Chicago.

-¿Y alguna ciudad o lugar que te gustaría conocer?

-Tengo un pendiente que es recorrer bien Australia. Conozco de Brisbane al norte, tengo pendiente Sidney, Melbourne y la parte más productiva. Y después mis orígenes, País Vasco.

-¿Tu comida favorita?

-Un buen asado. Con verduras asadas que también me gustan, papa, cebolla, pimiento. Y en invierno un buen guiso.

-¿Tu deporte preferido?

-Para jugar la pelota a paleta, jugué toda la vida. Y el fútbol, me gusta jugarlo y verlo. Y uno que me atrae mucho, mis últimos 20 años es el rugby. Muchas cosas del rugby como deporte me gusta.

-Hablamos recién de desconectarte en las travesías, pero la pregunta tiene que ver con ¿qué te relaja en la diaria?

-Primero trato de desconectarme del teléfono, las redes, y todo eso que siempre llegás de trabajo, de viaje muchas veces, siempre hay un mensaje pendiente que no pudiste ver manejando y todo eso. Pero una vez que logro eso lo que mejor me hace es vincularme con los de mi familia que estén en casa. No soy de mirar televisión. El mate es una gran ayuda para relajarme, también.

-Si pudieses tener algún superpoder ¿cuál tendrías?

-Sí, claramente, volar o treparme por cualquier lado para llegar a cualquier nido. Otro sería poder terminar con las injusticias.

-Si no hubieras sido agrónomo, ¿tenías un plan b? Otra carrera…

-No, ya varios años antes de terminar la secundaria sabía que era agronomía. Podría haber jugado su partido la veterinaria, pero no, la verdad que no. Preferí agronomía. Me encanta lo que hago.

-Supongamos que te dejan volver el tiempo atrás, ¿A dónde volverías y para qué?

-No soy de mirar para atrás. No me iría muy atrás. Si me apurás, me iría a después que nació mi último hijo, Pedro. Un par de años más para atrás que vivía mi madre.

-Esto termina con una pregunta típica de este podcast, que es un tema musical que te pido que elijas. 

-Puede ser algún tema de Creedence, me gusta el folclore, también rock nacional, de Soda Stereo para acá. Pero elijo alguno de Creedence. (N de la R: “Have you Ever Seen The Rain”).

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