“Es muy lindo soñar con una cosecha de 180 millones de toneladas, pero no hay manera de trasladarla”
La potencialidad del campo fue analizada en el reciente AmCham Agribusiness Conference desde la óptica de la conectividad y la infraestructura. El “atraso” en el parque de maquinarias.
El rol del campo en el país y su preponderancia como la economía más dinámica de la actualidad para la Argentina fueron algunas de las vertientes que se analizaron en el primer AmCham Agribusiness Conference, que se realizó en el Hotel Alvear porteño.
Inmediatamente después de la presencia de Juan Pazo, el secretario de Coordinación Producción de la Nación que visitó el congreso y sostuvo que “el mensaje del Gobierno al campo es que no creemos en una economía soviética”, se llevó a cabo el panel “Conectividad e infraestructura en el sector agropecuario”.
El mismo fue integrado por José Martins, presidente del Consejo Agroindustrial Argentino, María Beatriz “Pilu” Giraudo, Vicepresidenta del INTA e integrante de la Red Mujeres Rurales, Maximiliano Bonadeo, Business Optimization Manager Argentina de John Deere y Tomás Liceda Rosasco, Gerente de Agronegocios de Telecom.
Liceda señaló la importancia de llevar conectividad a zonas rurales donde hoy el avance tecnológico encuentra una limitación desde ese punto.
“El concepto es el de “llevar” conectividad urbana a la ruralidad. Nosotros estamos habituados a estar conectados todo el tiempo y es normal, pero Argentina tiene el 30% del país conectado”, alertó.
Según expresó, dicho avance en la conectividad “permitirá achicar esas brechas de producción”.
“Tiene una función social porque permite que haya gente que se puede estar capacitando y, eso permite generar mano de obra. Y ya sabemos lo que cuesta encontrar a personas que puedan desarrollar ese trabajo, y eso excede a la agronomía”, planteó.
Y analizó: “La industria 4.0 y la nueva ola tecnológica será imposible sin conectividad”.
A su vez, Maximiliano Bonadeo desarrolló la idea de generar un “ecosistema” que vincule a “localidades y pueblos muy pequeños que muchas veces dependen de la conectividad”.
“Desde la empresa hace tiempo pasamos de ser meros proveedores de maquinarias a ser proveedores de tecnología de servicios y de soluciones. Y en este cambio con la digitalización del del agro es lo que nos permite hoy hacer una agricultura basada en datos”, analizó.
Y sostuvo también que en el país, al menos el 75% de los tractores tienen una antigüedad mayor a 15 años. Y que “sucede un poco menos con las cosechadoras”.
“Sin dudas que hay una gran oportunidad para esa renovación”, expuso.
LOS PROBLEMAS DE INFRAESTRUCTURA PARA LA COSECHA
En sintonía con esa línea, José Martins matizó ese crecimiento en función de las posibilidades reales que hoy brinda la infraestructura argentina.
El Consejo Agroindustrial Argentino había presentado en marzo del año pasado una importante propuesta en materia de inversiones para el agro, como apalancamiento de las exportaciones. Y lamentó el tiempo demorado.
“Este es un trabajo a largo plazo, y la Argentina no tiene política agroindustrial. Es muy lindo soñar con un modelo de 180 millones de toneladas de cosecha, pero guarda porque no hay manera de trasladarla internamente”, remarcó.
Y ejemplificó: “No tenemos rutas, no tenemos trenes, sobre la Hidrovía necesitamos que se solucione rápidamente a través de un proceso licitatorio”.
Y pidió a los organizadores de AmCham: “Lo que necesitaremos en el próximo evento es que estos auditorios estén llenos de gente de la política. De gente de funcionarios del poder legislativo y judicial. Tenemos que convencer de que la Argentina necesita otro tipo de cosas”.
En tanto que Giraudo, vice del INTA, analizó el papel de la institución en el rol extensivo.
“El INTA fue creado con mucha visión en 1956 y fue un modelo de gobernanza público privado, pero que nos exige que a 2 años de cumplir 70 años podamos llegar a ver un INTA con la convicción de que tenemos que lograr esa celebración con un INTA totalmente aggiornado a esa transformación”, planteó la funcionaria.
“El desafío es el de poder estar desarrollando esas tecnologías de la mano de una articulación de este tipo, público privada, y explorar no solo lo que tiene que ver con commodities sino también de las economías regionales, donde el INTA tiene una territorialidad absoluta”, cerró.
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