AgroCampanaNoticias

El camino del tomate: En Mendoza, el Vivero San Nicolás elabora al menos 30 millones de plantines certificados al año, que cubren unas 2 mil hectáreas con esa fruta para industria

Fuente: Bichos de Campo 20/04/2025 09:32:35 hs

Lejos de los invernaderos y las verdulerías, el tomate para industria –aquel que llena latas y botellas con salsa, y envases tetra briks con puré- se produce a campo abierto, principalmente en la región cuyana. Y su cosecha, realizada en forma mecánica, año a año ilusiona a un sector que espera poder abastecer al mercado

Lejos de los invernaderos y las verdulerías, el tomate para industria –aquel que llena latas y botellas con salsa, y envases tetra briks con puré- se produce a campo abierto, principalmente en la región cuyana. Y su cosecha, realizada en forma mecánica, año a año ilusiona a un sector que espera poder abastecer al mercado interno, que históricamente se proveyó se importaciones de países de la región.

En esa lucha, el trabajo del vivero comercial San Nicolás, ubicado en la localidad mendocina de Junín, resulta clave para proveer a los productores con plantines libres de enfermedades, que cuentan con la validación de la asociación Tomate 2000 y el INTA. Además de la producción de otras hortalizas como cebolla, zanahoria y pimiento, es allí donde inicia el largo camino del tomate industria.

Durante una visita de Bichos de Campo a las instalaciones del vivero, Gonzalo Real, su director suplente, recorrió la historia de esa empresa fundada hace más de 30 años.

“Esto surge con la necesidad de innovar en el cultivo. El problema del productor era la siembra directa de la semilla en la tierra, que tenía mucho porcentaje de falla en la germinación. Don Víctor Barroso innovó con las bandejas de plantines, que tienen dos virtudes: la tasa de germinación y la firmeza que tiene la planta cuando va a la tierra. Hoy las pérdidas a campo ronda el 5% a 6%”, contó el mendocino a este medio.

Mirá la nota completa acá:

Quien conoce de punta a punta el proceso productivo de los plantines es Analía Vargas, la encargada comercial del vivero, con más de 20 años de trabajo allí.

“Nuestro proceso comienza con la siembra. Nosotros recibimos la semilla, que si bien viene certificada de origen, previo se le hace un análisis. Se trabaja en un proceso totalmente automatizado, con una máquina de siembra. Ingresa la semilla junto con el sustrato y sale la bandeja sembrada”, explicó a Bichos de Campo. Un dato clave es que las semillas son importadas, ante la falta de variedades en Argentina.

A continuación, las bandejas ingresan en la cámara de germinación, donde pueden permanecer entre dos y tres días, dependiendo de la especie y las condiciones de temperatura y humedad.

“Una vez que germinan, se sacan de la cámara y comienza el proceso de crianza en los invernaderos. Ahí se acomodan todas las bandejas, y se les da las condiciones óptimas para poder hacer el proceso del plantín, es decir, temperatura, humedad y el control sanitario preventivo para que salgan óptimos al trasplante a campo”, detalló Vargas.

Después de casi 30 años de trabajo conjunto, lograron que la Argentina se autoabastezca de tomate industria: Ahora regresó el fantasma de la importación y amenaza echar por tierra con tanto trabajo

Para el vivero San Nicolás, el control sanitario resulta una de las etapas más importantes del proceso, y se encuentra cargo de los ingenieros del área técnica, quienes controlan la aplicación de fitosanitarios y el desarrollo de los plantines.

El tiempo que permanecen en los invernaderos es más o menos de unos 40 a 50 días, dependiendo mucho de la época del año y de la especie que se haga. Nosotros tomamos los pedidos unos 60 días antes de la fecha en la que el productor los necesita”, afirmó la encargada.

Mirá la entrevista completa acá:

Otro dato es que el vivero aplica normas de calidad certificadas por Global Gap, lo que les permite tener un sello de trazabilidad propio, además de ser parte de Empresas B por sus compromisos asumidos en materia de responsabilidad social y ambiental.

“Buscamos el bienestar de nuestra gente mientras están trabajando acá en las instalaciones, buscamos también el cuidado del medio ambiente con el reciclado de los insumos, y demás cosas que usamos para el proceso, y también con la comunidad”, afirmó Vargas.

Tiene nombre de médico ilustre, pero nuestro Cosme Argerich era investigador del INTA cuando en los años 90 propuso crear Tomate 2000, un modelo asociativo inédito en el agro argentino: “Yo solo dije que había que trabajar todos juntos”

La entrada El camino del tomate: En Mendoza, el Vivero San Nicolás elabora al menos 30 millones de plantines certificados al año, que cubren unas 2 mil hectáreas con esa fruta para industria se publicó primero en Bichos de Campo.

Seguir leyendo


Noticias recientes