Después de 30 años de producir bananas en Formosa, Primitivo Fretes empezó a tumbar su propio cultivo porque el mal clima y un gobierno ausente le ?sacaron las ganas?, reconoce
A sus 66 años de edad, el productor formoseño Primitivo Fretes tiene que volver a empezar. Cansado de ver como se arruinaron en estos últimos cuatro años sus plantaciones de bananas -lo mismo por heladas que por temperaturas extremas- decidió abandonar la actividad que heredó de su abuelo y realiza hace tres décadas en el
A sus 66 años de edad, el productor formoseño Primitivo Fretes tiene que volver a empezar. Cansado de ver como se arruinaron en estos últimos cuatro años sus plantaciones de bananas -lo mismo por heladas que por temperaturas extremas- decidió abandonar la actividad que heredó de su abuelo y realiza hace tres décadas en el valle el Palomar, en la localidad formoseña de Laguna Naineck. Ahora le toca “pelearla” con otros cultivos, pero le invade la incertidumbre de si serán suficiente para seguir sosteniendo a su familia.
En medio de esta situación, Fretes alberga un ápice de esperanza, porque confiesa que siente “mucho dolor”, con solo pensar que tiene que dejar definitivamente sus 12 hectáreas implantadas con bananeros. Por eso insiste con las autoridades locales, o bien el gobierno nacional, para que ayude con algún tipo de subsidio, antes de que él y sus pares paren las máquinas y finalmente desaparezca esta economía regional.
“De las 12 hectáreas que alcancé a tener sembradas de banana, ya tuve que echar 6 hectáreas y creo que no voy a volver a trabajar otra vez con la banana, me sacaron las ganas. Han sido cuatro años de seca y no podemos superarlo más, ya no nos quedan recursos para levantar nuestras bananas. Nosotros necesitamos de nuestro gobierno, que nos apoye un poco y que nos de un subsidio urgente, porque no tenemos recursos, ya no tenemos de donde sacar”, dijo el productor a Bichos de Campo.
Al respecto añadió: “La banana es un sostén de familia acá en Naineck, pero se está acabando. Nuestra banana no se vende porque no tiene calidad, nos supera Paraguay, nos supera Salta. Nosotros necesitamos calidad para poder vender”.
Casi en tono desesperado, Fretes alega que a su edad no sabe bien qué hacer. Sin embargo lo que más lamenta es que con la desaparición de la producción bananera también se va apagando la vitalidad de Laguna Naineck. “A muchos nos da de comer acá la banana. Yo soy un simple chacarero, no tengo sueldo ni nada, ahora tengo que eliminarlas y poner otra cosa, tal vez mandioca u hortalizas. Yo tenia 7 personas que trabajaban conmigo pero ya no les puedo dar su salario, porque no tengo ingresos. Acá cuando se mueve la banana, se mueve todo. ahora es una cosa triste”, lamentó el productor.
Pensando en otra salida y forma de subsistencia, Primitivo implantará cultivos de ciclo corto en sus tierras que toda la vida fueron trabajadas con banana. Así cree que definitivamente se despedirá de la fruta, que según cuenta siempre las vendió muy bien, porque la Argentina es deficitaria en esa producción y por eso importa la fruta en grandes cantidades. Es decir, hay mercado. Pero las adversidades climáticas de los últimos años y la falta de apoyo del gobierno se combinaron para dar el jaque mate a los pequeños productores formoseños.
“Yo anteriormente vendía bien la banana, pero vinieron 4 años de seca y un calor de 50 grados. Esto en cuestión del clima nomás, pero nuestro gobierno debió visitar a los productores para saber qué necesitamos. Es cierto que la provincia siempre dio el abono, pero muchas veces era tarde y esto atenta contra la calidad de la banana”, contó
-¿Que se necesita para sostener la producción local de banana? ¿Cómo hacía entonces para manejar sus 12 hectáreas?
-La banana lleva 6 bolsas de abono por hectárea que ahora está saliendo 50 mil pesos la bolsa y no basta con una pasada. Hay que echarle 2 ó 3 veces para que tenga calidad el fruto. Entonces imaginá nomás que 6 bolsas están saliendo 300 mil pesos. También hay que curar de arriba con el tractor y eso es otro gasto, no es solo urea, y eso también es caro. Por eso te digo que ya no tenemos ingresos para seguir con la banana. La mayoría de los bananeros dejaron el campo porque ya no pueden limpiar su banana.
-¿A estas alturas alcanza con esa ayuda que tan desesperadamente le piden al gobierno?
-Le hemos hecho muchos pedidos de subsidios a la provincia pero nunca nos dieron respuesta. Ahora lo que necesitamos es un subsidio que nos permita comenzar a trabajar, porque no tenemos recursos para limpiar y comprar el abono. Ese es mi pedido al gobierno provincial y nacional para que no se termine la banana, porque se va a terminar, la gente no tiene recursos. La gente va hacer piquetes, va a meter vacas… Pero la banana es el sostén de Naineck, esa es la pura verdad.
-¿Qué siente Primitivo Fretes después de 30 años produciendo banana y tener que dejarlo para aventurarse con otros cultivos?
-Me duele mucho tener que agarrar el tractor y verme echando mi banana, me duele. Estoy echando el sostén de la familia y ahora tengo que buscar otro recurso para poder vivir. Es lamentable lo que está pasando acá en el campo. Ojalá y llegue el momento para que el ministro diga vamos a visitar a los productores para que no se termine la banana y nos dieran un subsidios para volver a trabajar.
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