El dilema 2024 del vino: una buena cosecha, pero que puede traer señales de precios negativas
Un análisis de IERAL Fundación Mediterránea estima los alcances de una mayor y mejor cosecha a causa del clima, pero con la conjugación de un mercado interno crucial para el vino, ya con abultada oferta y con escaso poder de compra.
En el mundo de la industria de las uvas y el vino buscan respuestas a los vientos cambiantes que recibieron en los últimos tiempos, que fueron muchos.
Desde los efectos de una dura sequía y el granizo, la implementación de un “dólar malbec” para la actividad propuesto por el exministro de Economía Sergio Massa, y con la actual Presidencia de Javier Milei, con la implementación de retenciones a la vitivinicultura y la desregulación de la economía.
Los ítems fueron muchos y en la cadena buscan comprender el rumbo de lo que se viene.
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En este sentido, los economistas Gustavo Reyes y Jorge Day de IERAL Fundación Mediterránea realizaron un informe de coyuntura sobre la actividad y le pusieron palabras, y cifras, al momento.
“Pensando en 2024, hay dos puntos claves que influirían en el mercado vitivinícola argentino. Por un lado, está la política anti-inflacionaria que está aplicando el gobierno que acaba de asumir, la cual inicialmente complicará al mercado interno (con menor poder de compra de la población) y favorecerá al externo (con un dólar oficial más caro)”, apuntaron.
Y explicaron que “por otro lado, aunque todavía no hay pronósticos oficiales, se espera una mayor cosecha, en un contexto de stocks vínicos que no están bajos, lo cual es señal de mayor oferta de vinos”.
UN FRENTE COMPLICADO PARA LOS VINOS
“Si ambos puntos se cumplen, es posible que, en el mercado interno, los precios de los vinos aumenten por debajo de la inflación, y lo mismo ocurra con las uvas”, alertaron.
“En cambio, es posible que haya una recuperación de las cantidades exportadas de vinos (aumentando los graneles en mayor proporción)”, ahondaron.
La misma suerte correría el mercado de los mostos, el jugo concentrado de uva que se realiza y comercializa principalmente como un endulzante natural.
Las principales marcas de gaseosas del mundo importan el mosto argentino, que este año logró sobreponerse a una dura tormenta en el frente externo a raíz de una acusación de dumping en los tribunales comerciales de Estados Unidos.
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VINOS VARIETALES
Con la insignia del malbec al frente, las exportaciones de vinos varietales “se incrementaron fuertemente en un periodo con dólar caro y con un consumo mundial creciente”, indicaron.
“Además, el sector se había beneficiado por las inversiones previas especialmente en la segunda parte de los noventa. Sin embargo, a partir de 2012, se estancaron esas ventas externas, con un dólar menos atractivo”, aclararon.
En ese camino, hubo un repunte en 2021/22, y en lo que va del 2023 se viene exportando menor cantidad, en parte explicada por la menor cosecha de uvas, y en parte por un dólar menos atractivo. “Ambos factores revertirían sus tendencias en 2024. Por lo cual, es posible esperar un incremento en ventas externas de estos vinos”, expusieron.
“¿POR QUÉ ESTA DISCRIMINACIÓN?”
Lo que sí entienden en la industria del vino es que el anuncio de parte del nuevo Gobierno de que se impondrían nuevas retenciones a las exportaciones del producto, fueron una amarga sorpresa.
“Luego de asumido el nuevo gobierno, sorprendió el fuerte incremento en los impuestos a las exportaciones (retenciones) a las economías regionales (no era lo prometido durante la campaña), y volvió a sorprender que posteriormente las redujeron a cero, con la excepción de los vinos, que quedaron en un 8%. ¿Por qué esta discriminación? Es la pregunta que se hace el sector”, revelaron.
En materia de producción de uvas selalaron que al ser materia prima, es usual que sus precios dependan de los del vino. Entre los comunes tintos, explicaron que “se cumple aquella hipótesis con una particularidad. Cuando aumentan los precios “deflactados” de los vinos, los de la uva se incrementan mucho más, y cuando disminuyen, los precios de la uva también lo hacen en mayor porcentaje”.
“Es decir, los precios de la uva tinta común siguen a los del vino, pero varían en mayor proporción. Si es así, preocuparía 2024, al esperar un descenso en los precios “deflactados” de los vinos, dada la mayor cosecha y un mercado interno deprimido”, alertaron.
Por eso la preocupación es extraña esta vez en el vino, porque proviene de una buena noticia, como lo es una buena campaña productiva.
“Sorprende que una buena cosecha sea una mala señal para los productores. La explicación es que una buena parte de los vinos que se elaboran con esas uvas se destinan al mercado interno. Entonces, una mayor oferta se traduce en precios más bajos. Por eso, el sector está preocupado por 2024, con mayor cosecha y posiblemente con un mercado interno en baja”, cerraron desde IERAL.
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