Catástrofe productiva: siguen los recortes en la producción de soja y maíz
En soja, la Bolsa de Cereales de Buenos Aires achicó otros cuatro millones de toneladas en relación a la semana pasada y se esperan solo 25 millones de toneladas, la peor cifra en los registros de la entidad. En maíz, la proyección cae a 36 millones. Los rindes están en sus mínimos históricos.
Las estimaciones de cosecha de granos gruesos siguen en caída libre y están llevando a los cultivos a los peores números en más de 20 años.
Uno de los casos más evidentes es la soja, que de acuerdo a la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA), registrará una cosecha de 25 millones de toneladas, una caída de 18,3 millones en relación al ciclo previo.
El tobogán de la oleaginosa es así interminable, ya que este guarismo está cuatro millones de toneladas por debajo de la estimación de la semana pasada, cuando la entidad ya había recortado en 7,5 millones de toneladas su previsión.
En maíz, los números también preocupan: luego de reducir hace una semana también en 7,5 millones de toneladas su cálculo, la Bolsa ajustó otros 1,5 millones y se espera un volumen de producción de apenas 36 millones de toneladas, lo que marca un retroceso de 16 millones con respecto al año pasado.
Comenzó la campaña comercial del maíz: una primera muestra del impacto de la sequía
Al medir los números de los principales cultivos, el volumen final asusta: mientras que en la campaña 2021/22, la producción de trigo, cebada, maíz, sorgo, soja y girasol llegó a 130 millones de toneladas, para el actual ciclo se esperan solo 84 millones. Solo en trigo, la caída fue del 50% en relación a la campaña previa.
En el caso de la oleaginosa, la bolsa porteña recortó en una semana 4 millones de toneladas el tonelaje que se cosechará para esta campaña. Para encontrar una cifra tan baja, hay que remitirse al ciclo 2000/01, cuando se recolectaron unas 27 millones de toneladas.
Este nivel de cosecha marca una caída del 44,4% en comparación con el promedio de las últimas cinco campañas, que fue de 45 millones de toneladas. En paralelo, el nivel de rindes relevado por la BCBA se ubicará por debajo de los alcanzados en el ciclo 2008/2009, que fue de 1.920 kilos por hectárea.
LOS RINDES, PULVERIZADOS
La falta de lluvias sobre los núcleos sojeros, las heladas tempranas a mediados de febrero y las temperaturas altas en las fases críticas del cultivo cuando define rindes, fueron un combo letal que pulverizaron los rindes de la oleaginosa.
A este escenario, se debe añadir las pérdidas considerables en el área cosechable de la soja de segunda, en donde radicaban algunas de las esperanzas para revertir este complejo escenario.
El panorama en los lotes es desolador. Los técnicos de la bolsa reportan abortos de vainas, rendimientos esperados por debajo a los mínimos históricos y pérdida total de área cosechable. En este contexto, las zonas más afectadas fueron las áreas de soja se segunda sobre ambas regiones núcleos y el centro-este de Entre Ríos.
📹Impactos de la #Sequía 2022/2023: Con una caída interanual del 35%, la producción nacional para la presente campaña será la más baja de la serie histórica #PAS (desde 2000/2001). pic.twitter.com/2fDFDJRBdq
— Bolsa de Cereales ETyM (@BolsadeC_ETyM) March 16, 2023
Además, en los núcleos sojeros del sur santafesino y norte de Buenos Aires, hay más de 1,5 millones de hectáreas a punto de finalizar su ciclo productivos. Y se espera que sus rindes se ubiquen por debajo de los mínimos de la serie histórica para esas regiones.
“Adicionalmente, las altas temperaturas registradas generaron aborto de vainas, acortaron la duración de las etapas de llenado y generaron perdidas de área sembrada”, señalaron.
EL IMPACTO EN MAIZ
Al mismo tiempo, los rindes potenciales de maíz tardío con destino grano comercial continúan siendo afectados por las altas temperaturas. Además de los rindes bajos que se esperan, el cereal temprano tiene la peor productividad promedio de los últimos 21 años.
“Luego de una nueva semana con muy altas temperaturas en gran parte del área agrícola nacional, el estrés termohídrico de los cuadros se fue incrementando”, explicaron. Esta situación, junto a las escases reservas hídricas, pone un techo a los rindes de los lotes tardíos
Por el momento, las lluvias mantienen el estado del cultivo en el norte, cuando el maíz empieza a transitar la fase de definición de rindes. En el sur de Buenos Aires y La Pampa, las reservas hídricas mantienen los potenciales de rinde de los planteos sembrados durante noviembre y diciembre.
En zona núcleo norte y sur, la cosecha de los primeros lotes tempranos arrojaron rindes myt por debajo de los esperados. “Hacia la provincia de Córdoba, los lotes tardíos transitan su período crítico bajo condiciones heterogéneas”, remarcaron.