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Estudio en la Pampa Ondulada: qué pasó con las malezas en los últimos 60 años

Fuente: Infocampo 25/05/2022 00:25:06 hs

Investigadores de la FAUBA detectaron que numerosas especies desaparecieron, pero que las que quedaron son más difícil de combatir por la resistencia a herbicidas. Cómo influyó la siembra directa.

Un estudio realizado por investigadores de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires (FAUBA) determinó que, en los últimos 60 años, desaparecieron el 75% de las malezas que había en la Pampa Ondulada argentina.

A mediados del Siglo XX, en esta región del país había 85 especies de malezas presentes en lotes de maíz, y la cifra relevada ahora fue de 20. Sin embargo, esto no significa que el cereal tenga menos competencia: son menos en cantidad, pero más difíciles de combatir debido a que han desarrollado resistencia a herbicidas.

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Elba de la Fuente, docente de Cultivos Industriales de la FAUBA que dirigió esta investigación, explicó que es importante conocer los cambios en las comunidades de malezas porque “podrían afectar la biodiversidad y causar la pérdida de los bienes y servicios que brinda. Por ejemplo, la producción de alimentos, fibras y energía, el mantenimiento del ciclo de los nutrientes y del agua, y la regulación de plagas”.

Técnicamente, el trabajo desarrollado consistió en “censos de vegetación”, en los que se registraron qué especies había y en qué cantidad, en un área estimada de 2,5 millones de hectáreas, y se comparó con información histórica ya relevada por otros investigadores de la FAUBA.

LAS MALEZAS Y LA SIEMBRA DIRECTA

De la Fuente precisó cuáles son los cambios que encontraron. “Vimos que se redujo de forma considerable la riqueza de especies en las plantas. Además, especies que antes no eran tan importantes, como el raigrás o el yuyo colorado, ahora forman parte de las comunidades, ya que aparecieron formas resistentes a los herbicidas y eso dificulta su manejo”, remarcó.

El manejo del suelo es un factor clave para estas transformaciones. “Por ejemplo, el chamico, también llamado Datura ferox, estaba entre las especies más comunes, pero en los últimos años ya casi no se la encuentra en los relevamientos”, explicó de la Fuente.

Una hipótesis desarrollada en el estudio es que la siembra directa no favoreció a esta maleza, ya que sus semillas requieren de una breve exposición a la luz solar durante el laboreo de la tierra para romper germinar. En siembra directa, al no realizarse ese laboreo, las semillas no reciben este estímulo.


Sin embargo, la otra cara de la moneda es que la siembra directa pudo haber beneficiado a otras especies. “Es el caso de la rama negra, que se ve favorecida cuando sus semillas están cercanas a la superficie, sobre el suelo o en poca profundidad. La siembra directa brinda estas condiciones”, puntualizó la docente.

Asimismo, la evolución de la resistencia al glifosato de esta especie, según detalla el estudio, es también un factor que explica su persistencia.

El informe completo se puede consultar AQUÍ

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