La entidad de investigación brasilera viene trabajando en la "tropicalización" del cereal. Apuesta a aumentar superficie desde el centro al norte.

En una entrevista a la revista “Veja”, de Brasil, el presidente de Embrapa (Empresa Brasileña de Investigación Agropecuaria), Celso Moretti -Foto-, aseguró que Brasil dejará atrás su perfil importador de trigo para convertirse en el exportador del cereal en los próximos años.

Doble alarma para la Argentina ya que Brasil es el destino más que importante del grano de trigo nacional, así como también, de cumplirse la estimación del directivo de Embrapa, aparece un competidor destacado dentro del mercado global de trigo.

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Lo anticipado por Moretti surge, justamente, luego de que conocieran datos sobre el aumento de producción en ese país: en el primer trimestre, Brasil exportó más trigo para cerrar con un saldo favorable de su balanza comercial.

Actualmente, según el artículo, el 90% de la producción de trigo brasilero surge de los estados de Paraná y Rio Grande del Sur, sin embargo, hace unos 10 años el país viene trabajando en la tropicalización de materiales.

“Empezamos a ver que el trigo se desarrolla muy bien en Minas Gerais y Goiás, e incluso en los alrededores del Distrito Federal, que tiene el 65% de su territorio como área rural. El año pasado, uno de los buenos productores de la región, de Cristalina, en Goiás, rompió el récord mundial de producción de trigo, con 9.630 kilos por hectárea”, dijo Moretti.

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Por otra parte, aseguró que recientemente cosecharon trigo en Roraima, una región que está sobre el Ecuador. Fue inesperado. Tiene excelente calidad y tenemos un promedio de 3.000 kilos por hectárea. El promedio brasileño es de 2.748 kilos. Por lo tanto, en una década, Brasil puede pasar de ser importador a exportador de trigo”, se entusiasmó.

Pensando en la nueva superficie que puede ser sembrada con trigo, el directivo de la entidad dijo que, actualmente, hay 90 millones de hectáreas de tierra son pastos degradados, áreas abiertas que no han sido debidamente cuidadas, ubicadas en las regiones Nordeste y Sudeste del país, más cerca del centro de Brasil.

“Con la tecnología que ya tenemos, podemos convertir parte de esa área degradada, de 30 millones de hectáreas, en agricultura”, adelantó.

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