Mulching: en la Quebrada de Humahuaca prueban un aliado orgánico para potenciar al ajo
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A partir de un ensayo realizado en Jujuy, con esta modalidad -que consiste en cubrir la superficie del suelo con materiales orgánicos- se mejoró el rendimiento y la calidad del cultivo de ajo.
El ajo que se produce en Jujuy, puntualmente en la hermosa Quebrada de Humahuaca, podría tener un aliado “orgánico” clave para su expansión.
Según explican desde el INTA, el mulching orgánico es una práctica agrícola que consiste en cubrir la superficie del suelo con materiales naturales, como pueden ser hojas secas, paja, aserrín o heno.
Se trata de una técnica que presenta un amplio listado de beneficios. Entre otros, se destacan la conservación de la humedad, la reducción de la erosión, el control de las malas hierbas y la mejora de la estructura y fertilidad del suelo a medida que los materiales se descomponen.
Además, ayuda a regular la temperatura del suelo, protegiendo las raíces de los cambios bruscos de temperatura, y fomenta la biodiversidad al servir de hábitat para organismos benéficos.
MULCHING ORGÁNICO EN EL AJO JUJEÑO
Un equipo de investigación del IPAF NOA del INTA realizó un ensayo en la Quebrada de Humahuaca (Jujuy), con el objetivo de evaluar los beneficios del mulching orgánico en el cultivo de ajo.
“Los resultados demostraron que este método mejora el rendimiento y calidad del producto, e incrementa la sostenibilidad del suelo”, reconoció Facundo Moreno, investigador del proyecto.
El profesional detalló que en los ensayos se vieron múltiples beneficios: la reducción de labores secundarias como el desmalezado, la mejora en el rendimiento del cultivo y el cuidado de los recursos naturales.
Mulching orgánico: un aliado para el cultivo de #ajo🧄
Un equipo de investigación IPAF NOA del INTA realizó un ensayo en la Quebrada de Humahuaca, Jujuy, para evaluar los beneficios del mulching orgánico en el cultivo de ajo.
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— INTA Informa (@INTAInforma) February 10, 2025
Además, mencionó que con el mulching, se cubre el suelo cultivado con una capa de material orgánico, que protege tanto los surcos como los entresurcos.
“La planta de ajo tiene la capacidad de atravesar esta capa sin problemas, lo que facilita su establecimiento sin afectar su emergencia”, detalló Moreno.
UN GRAN SALTO PRODUCTIVO PARA EL AJO
Además de los beneficios ligados a sustentabilidad, esta práctica generó una mejora productiva y se pasó de producir 200.000 cabezas de ajo por hectárea a 285.000, además de un marcado incremento en el diámetro y peso de los ajos cosechados.
Julieta Quiroga Martínez —investigadora del proyecto— explicó que otro aspecto clave identificado por el equipo fue la mejora en la eficiencia del riego: mientras que los métodos convencionales requieren riego semanal, el mulching permitió extender el intervalo a cada 15 días y así mantener la humedad del suelo por más tiempo.
“Además, se reduce significativamente la erosión hídrica y eólica, ya que los surcos quedan cubiertos, protegiendo la estructura del suelo”, señaló.
En los ensayos, para la producción del material de cobertura se utilizó mijo, un cultivo que presenta capacidad de adaptación a las condiciones locales y que además complementa el ciclo estival del ajo.
Al finalizar el corte del mijo, se hizo la siembra directa de los dientes de ajo utilizando una herramienta diseñada para simplificar la operación, agilizar el proceso y facilitar las actividades a campo.
Por último, Quiroga Martínez remarcó que este método, en conjunto con la labranza cero, genera mejoras en la estructura del suelo y en la proliferación de microfauna.
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