Con el “dólar agro”, las economías regionales pasaron de la esperanza a la desilusión
Fuentes de diversas cadenas que se beneficiarían con el tipo de cambio diferencial señalaron que su implementación es muy complicada y no tiene en cuenta las características particulares que tienen estas producciones.
El jueves 6 de abril pasado, horas después de que el ministro de Economía de la Nación, Sergio Massa, anunciara los primeros detalles de la tercera edición del Programa de Incremento Exportador (PIE) que, además de un tipo de cambio diferencial para la soja, también incluyó un dólar especial para economías regionales, la reacción de estas cadenas fue con optimismo.
Sin embargo, esa esperanza con el pasar de los días se fue transformando en la sensación de desilusión que las gobierna por estas horas: primero, el Gobierno demoró en reglamentar el alcance de este “dólar agro” y, luego de que apareció la resolución correspondiente este lunes, lo que gobierna en diferentes rubros que supuestamente se beneficiarían con el tipo de cambio de $ 300 es la decepción.
A grandes rasgos, dirigentes y ejecutivos consultados por Infocampo coincidieron en que el problema es la implementación del esquema: está formulado para mecanismos de comercio exterior como los que utiliza la soja, que no son los mismos sobre los que trabajan las economías regionales.
Dólar agro: cuáles son las economías regionales que más podrían aprovecharlo
CAME
Desde la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), su director Ejecutivo, Pablo Vernengo, señaló que en la resolución de Agricultura hay solo 1.700 posiciones arancelarias, cuando las economías regionales contienen más de 6.000.
Y enumeró algunas que se han sorprendido que no aparecen incluidas, como el arroz, el algodón y las peras y manzanas.
“Y hay otras que ya perdieron interés por la época, como el arándano y las cerezas. Esto vence el 31 de agosto y esperamos que el Gobierno diga cómo va a insertar a ciertos sectores que dice que incluirá en una segunda etapa, como los mencionados, y también los cítricos dulces o los quesos”, indicó Vernengo.
Precisamente, uno de los cuestionamientos es que muchas de estas cadenas tienen sus picos productivos y sus momentos de venta en momentos distintos al plazo que estableció el Gobierno para la vigencia del PIE –entre el 10 de abril y el 31 de agosto-.
LEGUMBRES
“El PIE es muy complejo y rebuscado en relación a las formas que tienen de comercializar sus productos las economías regionales, que son muy distintas a cómo se hace con la soja. Lo veo muy engorroso para la forma de trabajar que tenemos nosotros”, coincidió Nicolás Karnoubi, presidente de la Cámara de Legumbres de la República Argentina (CLERA).
Desde su punto de vista, no está claro realmente cómo se implementa y tampoco son acertados los plazos de vigencia establecidos. “Es demasiado complejo, debería haber sido algo más sencillo, de no poner tantas trabas y que hay que cumplir esto y lo otro y lo otro”, continuó.
“Después de todo, para que esto tenga un efecto interesante, urgente e inmediato como pretende el Gobierno, necesitamos que sea de fácil implementación, pero no así que perdemos mucho tiempo para entenderlo, interpretarlo y analizarlo”, insistió Karnoubi.
Otra fuente empresaria del sector de las legumbres, que pidió reserva de anonimato, fue más allá: “Deberíamos estar vendiendo más para aprovechar el tipo de cambio, pero tuvimos que parar cargas porque no sabemos cómo se implementa esto”, relató a este medio.
Un problema adicional es que la adhesión al PIE es por empresa, y no por sector, por lo cual puede haber firmas que adhieran y otras que no, pero los proveedores de la materia prima todos quieren cobrar con un dólar de $ 300, por lo que también hay una parálisis momentánea por ese lado.
“Que el programa sea empresa por empresa es otro aspecto engorroso, si lo hicieran por sector todos ganaríamos tiempo”, ratificó Karnoubi.
Asimismo, también concordó en que los plazos no son un incentivo en el caso de las legumbres. “Arvejas no hay, porque fue una cosecha desastrosa a fines del año pasado. Y en el garbanzo lo mismo. Lo poco que había ya se exportó todo. Y el poroto que se sembró entre febrero y marzo, se va a cosechar en junio o julio, y hasta que luego proceses la mercadería, logres un contrato, exportes y cobres, ya va a ser después del 31 de agosto; o sea, no te va a servir”, graficó.
Otro aspecto que mencionó Karnoubi fue que, en el mercado de futuros, el dólar oficial ya cotiza a más de $ 300 para agosto, con lo cual el atractivo del diferencial cambiario es para ahora, y no para exportaciones que ocurran en los próximos meses, donde no habría beneficio.