Todo empieza en la uva: hoy se celebra el Día Nacional del Vino
Desde Agrocultura repasaron algunas de las características productivas de esta bebida, que se produce fundamentalmente en los valles andinos cuyanos.
El 24 de noviembre de 2010, un decreto presidencial declaró al vino como bebida nacional, en función de un proyecto impulsado por la Corporación Vitivinícola Argentina (COVIAR).
Por eso, cada año en esa fecha se celebra el Día Nacional del Vino en nuestro país, como una manera de conmemorar el valor cultural que tiene la bebida, su arraigo con la tierra y su rol en la identidad de los argentinos.
Al respecto, AgroCultura, la iniciativa colaborativa de más de 20 instituciones relacionadas al campo y la agroindustria que pretende acercar lo rural con lo urbano, recordó algunas características de esta bebida, bajo el título “Todo empieza en la uva”.
HISTORIA Y PRESENTE
Un aspecto a tener en cuenta es que la vid es un cultivo que nació en Asia, se hizo famoso en Europa y llegó a la Argentina en el siglo XVI, donde comenzó a crecer de la mano de las condiciones climáticas y las propiedades del suelo en algunas regiones, que son muy propicias para desarrollar viñedos muy buena calidad.
Hoy el cultivo de la vid se encuentra en varias provincias, pero Mendoza y San Juan concentran la mayor superficie.
¿Sabías que para que la botella de tu vino llegue a tu mesa, un pequeño o mediano productor tuvo que haber producido alrededor de 1,3 kilos de uva? #ElCampoentuVida
— Federación Agraria Argentina (@fedeagraria) November 24, 2022
Como todos los cultivos, la vid es atacada por insectos (como la cochinilla y la polilla de la vid) y también sufre enfermedades (principalmente causadas por hongos). Estas enfermedades además pueden afectar la calidad del vino. Por eso es muy importante estar atentos a las condiciones que predisponen la aparición de los hongos y, sólo en ese caso, aplicar los productos fungicidas necesarios.
PROCESO PRODUCTIVO
Para hacer el vino, las uvas se cosechan, se prensan, se estrujan y luego se fermentan agregando levaduras.
Las levaduras transforman el azúcar del jugo de uva en alcohol, en un proceso que se realiza en barricas de acero inoxidable y con permanentes controles, para asegurar la mayor eficiencia del proceso y la mejor calidad del vino.
Después, se embotella de manera automatizada o manual, generalmente en botellas de vidrio oscuras para evitar que la luz afecte la calidad del vino.
El corcho cierra, literalmente, este proceso, asegurando que no entre oxígeno a la botella, lo cual es indispensable para que el vino no se arruine.
ARGENTINA Y EL MALBEC
A nivel mundial, hay más de 10.000 variedades de uvas: entre ellas, una es el Malbec, que es la cepa insignia de Argentina.
Los vinos Malbec argentinos son conocidos en todo el mundo, representan casi el 30% del volumen exportado y la mitad de la facturación.
En segundo lugar, está la uva Bonarda y le siguen otras opciones muy interesantes como Merlot, Syrah, Cabernet Sauvignon, Tempranillo, Sauvignon Blanc, entre otras.
Asimismo, en Argentina la vitivinicultura es una de las principales cadenas agroalimentarias, con un papel muy importante en las exportaciones y la generación de empleo.
