Sin novedades en materia de nuevos eventos de resistencia en el cereal por los próximos años, hay que cuidar la tecnología actual.

La siembra de maíces con genes de resistencia a lepidópteros (Bt) requiere, sin discusión, la práctica de los refugios. Es decir, áreas dentro del lote con maíces convencionales que no porten la resistencia. Sin la práctica de estos sitios, queda desprotegida la biotecnología.

De acuerdo a los datos de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, avalados por la Asociación de Semilleros Argentinos (ASA), los refugios están extendidos casi en un 60 por ciento de la supeficie maicera, y viene en expansión. Sin embargo, todavía resta a cubrir un 40 por ciento, a nivel nacional. 

De acuerdo a Fabiana Malacarne, gerente de regulatorios de ASA, hace cuatro campañas comenzaron a trabajar fuerte para generar consciencia en el sector. “Iniciamos nuestro trabajo con actores estratégicos, luego de que se detectara el primer caso de resistencia en el cultivo“, dice.

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Según la directiva, y citando los datos que surgen de la Bolsa de Cereales porteña, “las zonas en las que menor presión de plagas complicadas, como barrenador del tallo o gusano cogollero, se relajan más para practicar los refugios”, explica. Al respecto, agrega, que el sur de Córdoba representa el área que demostró los mayores niveles de adopción. 

La técnica, asimismo, destaca que se ve mayor nivel de refugio en siembras tempranas más que en tardía y, en este sentido, hay que trabajar intensamente porque aumenta mucho la presión de ciertas plagas. “Cuando retrasas la fecha de siembra, la población de gusano cogollero se incrementa, de esta manera, es más estratégico el refugio”, comenta.

Claudio Pastor es gerente de desarrollo de Nidera. En este caso, la marca ofrece en sus híbridos la tecnología Viptera. “Muchos productores aducen complicaciones sobre la siembra de refugio, pero más complicado es que perdamos esta tecnología valiosa por evitar sembrar ese 10 por ciento de la superficie”, dice Pastor. En el caso de la marca, ellos venden la semilla no-Bt en otra bolsa. 

“Es cierto que los productores van tomando consciencia y los agricultores de punta trasladan con su experiencia el aprendizaje a otros”, dice el gerente. 

Por su parte, Enzo Cieri, coordinador de la red de ensayos de DonMario Semillas, coincide y dice: “No tendremos mayores inconvenientes con la siembra de los regufios porque el productor entendió sobre su importancia“, dice , a lo que agrega que todos saben sobre las complicaciones que puede generar la falta de cuidado de la tecnología. 

“Cada vez es más fácil sembrar refugios en los campos porque las mismas empresas ofrecen la semilla convencional. Esto facilita mucho su siembra”, sostiene.

En campañas en las que los márgenes del cultivo son ajustados, los productores no se predisponen de la misma manera a sembrar los refugios. “Es cieto que el refugio significa un manejo adicional y un monitoreo diferencial, pero es una inversión necesaria para la continuidad de todas las tecnologías Bt”, concluye.