Biogénesis Bagó presentó en Expoagro las ventajas del planteo mixto, agrícola ganadero.
Durante una jornada técnica de actualización la compañía mostró los beneficios de integrar tierras agrícolas a la producción ganadera para ganar productividad, rentabilidad y sustentabilidad.
Durante una jornada técnica de actualización la compañía mostró los beneficios de integrar tierras agrícolas a la producción ganadera para ganar productividad, rentabilidad y sustentabilidad. En ese contexto se puso en evidencia cómo incide la sanidad de precisión para manejar el impacto de enfermedades que podrían afectar el negocio ganadero en suelos tipo 1. Como cierre, se analizaron las expectativas para 2019 marcado por el crecimiento de las exportaciones de carne.
“Con experiencias a campo, en los últimos años pudimos derribar muchos mitos y demostrar que la ganadería es un aliado y no un competidor de la producción agrícola”, sostuvo Miguel Giménez Zapiola, gerente de Relaciones Institucionales de Biogénesis Bagó, durante una jornada de capacitación de la compañía en Expoagro, que puso el foco en transmitir los resultados logrados en planteos intensivos mixtos.
Para demostrarlo, se presentó el caso de la Estancia La Barrancosa de la localidad santafesina María Teresa, integrada al Sistema Chacras que impulsa Aapresid, el INTA, universidades y empresas del sector, entre ellas Biogénesis Bagó, (www.sistemachacras.org.ar) que valida desde la ciencia el conocimiento empírico surgido de la experiencia de campo.
“Desde hace ocho años, agregamos la ganadería a nuestros suelos privilegiados, clase 1 y 2, recriamos sobre avenas que van entre el maíz y la soja, y obtenemos 400 kg de carne/ha. Además, como feedlot estamos inscriptos en la cuota 481 y logramos los precios más altos del mercado”, remarcó en el panel de Expoagro, Héctor Cuevas, administrador de La Barrancosa, propiedad de la firma Agro Abacus S.A.
Durante la exposición se presentaron indicadores que demuestran que en los suelos con pasturas y en aquéllos donde se hace recría sobre verdeos, se generaron mejoras en la actividad biológica del suelo y en los niveles de carbono orgánico. Por otra parte, disminuyó la necesidad de realizar un control químico por la competencia sobre las malezas de la avena, utilizado como cultivo de cobertura e insumo para la recría de animales.
También se registró un indicador positivo del nivel de compactación del suelo. “En los que se hace recría y agricultura fue de entre 1,5 y 2 Mpa/cm2”, puntualizó el ingeniero Ezequiel Marteddú, gerente técnico del proyecto. En el rendimiento de los cultivos, los índices fueron también muy alentadores ya que se registraron resultados superiores en los lotes que previamente habían sido afectados a la ganadería. No quedó afuera el análisis del impacto social, con la generación de nuevos puestos de trabajo en los campos agrícolas, que vuelven a dar vida con familias a las conocidas “taperas”, que pasaron a ser una imagen negativa en el paisaje rural estas últimas décadas.
Sanidad de precisión
“En un contexto de sistemas productivos cada vez más intensivos, la rentabilidad tiene que estar asegurada, no podemos permitirnos baches”, sostuvo Miguel Giménez Zapiola, responsable de presentar la propuesta de Biogénesis Bagó en Expoagro. “En ganadería, la sanidad es un factor fundamental para evitar mermas y aumentar la productividad. Todo el trabajo que vinimos haciendo estos años para demostrarlo nos da argumentos que nos sustenta para estar dentro de los campos agrícolas”, subrayó.
Aquí se introdujo el concepto “sanidad de precisión” igualando la necesidad de realizar un manejo de la ganadería, como se hace sobre los cultivos con la “agricultura de precisión”, para amortiguar el posible impacto negativo de enfermedades, que podrían afectar el negocio ganadero en suelos tipo 1 con altos ingresos en los buenos años agrícolas.
El médico veterinario Juan Cruz Muriel, gerente técnico de Biogénesis Bagó, presentó un modelo de plan sanitario pensando para la recría de terneros, en el marco de los desafíos y oportunidades que se presentan en un planteo mixto, intensificado y con posibilidades de hacer novillos más pesados para exportación.
Muriel remarcó que el plan de trabajo debe tener “un enfoque preventivo” de las principales enfermedades que causan las pérdidas productivas, como la neumonía que genera pérdidas de 20 kg por animal enfermo; las enfermedades clostridiales, que causan pérdidas directas por muerte y la queratoconjuntivitis infecciosa, que origina mermas de 10 kg por ojo enfermo.
También se refirió a la necesidad de controlar las carencias de cobre, que pueden generar pérdidas de entre 7 y 15 kg por animal, y a la incidencia de parásitos gastrointestinales, que provocan que se pierdan hasta 40 kg por cabeza.
Muriel indicó que el plan debe estar ajustado a las necesidades de cada establecimiento, “ejecutarse en tiempo y forma y estar diseñado para que pueda cumplirse”. Además, remarcó la importancia de “que esté escrito y se lleve un registro”, lo que luego facilita la medición de los resultados y mejora la toma de decisiones.
En caso de recría propia, la sanidad de precisión debe comenzar “al pie de la madre para destetar un ternero más sólido desde el punto de vista inmunitario”, remarcó Muriel. Esto tiene un por qué: el pico máximo de inmunidad que se logra mediante la vacunación se alcanza a los 20-30 días luego de aplicada la segunda dosis, por lo tanto realizarla antes del destete, cuando el animal no está expuesto al estrés, es una de las claves si se pretende llegar a esa práctica con animales sanos y asegurar un desempeño posterior óptimo en recría y engorde. “A los terneros que ingresen desde otro establecimiento, se le debería aplicar un plan sanitario al inicio para nivelar la sanidad de la recría”, advirtió Muriel.
“Todo el trabajo debe estar enfocado tanto en la procedencia como en el al destino final de cada animal. Lo que buscamos para una recría es un desarrollo óseo y muscular sin deposición de grasa en exceso, con una ganancia de peso diario de 500 grs., logramos un crecimiento y desarrollo equilibrado. Para evitar pérdidas productivas debemos prevenir y controlar la principales enfermedades que pueden afectar al rodeo en cada zona”, detalló.
Expectativas para 2019
Para cerrar la jornada, la ingeniera Milagros Sobredo, técnica ganadera de CREA, analizó cómo se perfila el negocio ganadero en 2019.
La recuperación del precio de la carne, la tracción de las exportaciones y la apertura de nuevos mercados, hacen que las expectativas favorables crezcan para el sector. También se refirió a la situación forrajera, a los buenos resultados de la cosecha de maíz, y a su relación con el precio de la carne “muy diferente a la del año pasado lo que genera otras expectativas para el criador”.
“Nos queda por delante-agregó- no depender tanto del tipo de cambio y generar otras vías de competitividad. Los productores, por su parte, tienen que tomar la decisión de hacer las cosas para poder abastecer y cumplir con las exigencias de los mercados internacionales. Porque cuando se pierden, lleva años recuperarlos, como sucedió con Estados Unidos”.
Remarcó que cada establecimiento deberá “hacer los números finos, evaluar costos y oportunidades reales para decidir si se queda en el mercado interno o si se decide entrar en el negocio de exportación”. También recomendó que, si bien es importante manejar, “que no podemos modificar”, en un negocio a largo plazo, como la ganadería, “debemos enfocarnos más en las variables que sí podemos manejar y que en muchos casos pueden ser decisivas y cambiar el resultado dentro un establecimiento, como un buen manejo de la sanidad y la rotación”.
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