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Ana: de sacar fotos en blanco y negro, a la inteligencia artificial para ayudar al agro a ser más eficiente

Fuente: Infocampo 20/09/2025 08:40:30 hs

Estudió química, luego gestión ambiental, y las vueltas de la vida profesional la llevaron a la agroindustria. Hoy en Lartirigoyen, su desafío es acompañar el proceso de digitalización y el desembarco de la inteligencia artificial en el campo.

“Mi mayor alegría es cuando logro influir en otras personas para que sean aliados de la digitalización y las nuevas tecnologías, las plataformas de agricultura digital lograron democratizar el acceso a la información y transparentar las relaciones”, dice Ana Wegman.

Se trata de una licenciada en Ciencias Químicas con un postgrado en Gestión Ambiental, Agroindustria y una Maestría en Geografía en California, que hoy lidera proyectos de digitalización en Lartirigoyen y cree: “Hay muchísimas oportunidades para innovar con la digitalización en el agro”.

En un mano a mano con Infocampo, Ana repasó su camino y los desafíos que se propone para acercar la producción agropecuaria al futuro. Fotógrafa aficionada, de esas que sacan fotos y revelan, mientras estudiaba descubrió la magia de las imágenes satelitales: “Me flasheó todo lo que se puede hacer”.

-Contame de tu infancia. ¿qué te acordás de niña? ¿había campo en esa niñez?
-Cero campo en mi niñez. Soy bien porteña, aunque nací en México porque mis padres argentinos estuvieron unos años ahí. De hecho, aprendí hablar en mexicano. Nos volvimos cuando tenía tres años. Hablaba raro hasta que agarré el acento argentino.

-¿Qué hacían tus padres?
-Mi mamá artista plástica, arte y fotografía, da talleres. Y mi papá ha hecho varias cosas, pero trabajó mucho en la gestión del ecosistema emprendedor. Todo lo que hago hoy en día relacionado con esto en eso mucho comparto con él.

-Llegó el momento de estudiar y elegiste Ciencias Químicas. ¿Por qué? ¿Qué querías o soñabas hacer?
-Cuando terminé la secundaria no sabía qué quería hacer, sí que iba por las ciencias exactas porque me era lo más fácil y atractivo me había resultado siempre. Pero pensé: matemáticas era demasiado; física me parecía aburrida, mucha fórmula; biología muy volada; y química reunía un intermedio que veías de todo. Y me permitía definir después en qué industria me quería meter. Lo gracioso es que tengo una abuela de 96 años que es doctora en química. Ella me decía: ¿Estás segura estudiar química? Y al final me terminó ayudando a estudiar, porque fue profesora muchos años de la facultad. Uno diría que la decisión no tuvo que ver con ella pero seguro que algo sí. Lo que quería era ganar conocimiento. Saber. Y poder descubrir más adelante en qué meterme.

-Trabajaste antes de estar en Lartirigoyen, entre otros lugares en una startup en California dedicada al mapeo geoespacial. Contame un poco de esa experiencia en particular.
-Vale la pena ir un poco para atrás. Porque antes de terminar la carrera de química mi primer trabajo fue en Syngenta. Ese fue mi primer vínculo con lo agropecuario. Ahí me empecé a interesar en el impacto medioambiental de las actividades agropecuarias, eso me llevó a estudiar una especialización en gestión ambiental. Sentía que me había equivocado de carrera, que tendría que haber estudiado una licenciatura en ciencias ambientales. Pero bueno, ahí, gracias a una profesora, descubrí el mundo de las imágenes satelitales, me entusiasmé, me gané una beca para hacer una maestría en Estados Unidos. Había visto una maestría en ciencias ambientales y cuando escribí para inscribirme me sugirieron que evalúe Geografía, porque dentro de esa carrera se ve todo lo que tiene que ver con el relacionamiento con el ambiente, estadísticas, análisis estadístico a partir de esos datos.

-¿Y cómo te fue en Estados Unidos?
-Me fui a los 27 años, viví tres años en California, estudié en U.C. Davis, que es la universidad que más está metida en temas de agro y veterinaria en California. Yo quería aprender cómo procesar las imágenes satelitales para poder sacarle el jugo a esta información en cosas que impactan en el agro y la gestión de los recursos naturales. Cuando descubrí todo este mundo de las imágenes satelitales me flasheó porque yo siempre hice fotografía blanco y negro, y esto era como hacer fotografía desde el cielo. Además, desde chiquita, hacía unos juegos de pintura numérica, donde los números te van marcando qué cuadraditos pintar y qué cuadraditos tachar y al final encontrás una imagen. Y esto de teledetección o remote sensing, era analizar fotos en pixels.

-¿Y qué hacías ahí?
-Terminé haciendo la pasantía en Land IQ, una startup en la que recorríamos los campos identificando qué cultivos había en cada campo y esa información la usábamos después para entrenar los modelos de Machine Learning o inteligencia artificial y armar mapas de cultivos.

-¿Qué te dejó esa experiencia?
-Toda la experiencia en Estados Unidos fue muy transformacional, un antes y un después en mi vida. Desde lo profesional ese relacionamiento entre lo público y lo privado que tienen ellos, porque yo sentía que en Argentina había poco vínculo en la universidad con lo privado/profesional, y en Estados Unidos ví cómo ese vínculo virtuoso generaba otros vínculos y salen ecosistemas de innovación más sólidos. Y en lo personal, fue un descubrimiento total, porque me encontré como una persona armadora de redes, porque llegás y no tenés un círculo armado, no sabés nada, tenés que volver a empezar. Y poco a poco fui armando amistades que me acompañaron a atravesar buenos y malos momentos y conservo hoy en día.

-Hoy liderás proyectos de digitalización y uso de nuevas tecnologías para ser más eficientes y sostenibles en Lartirigoyen. ¿qué desafíos se proponen?
-Cuando volví y me incorporé en Lartirigoyen me enamoró la agroindustria y todo lo que se puede lograr desde el agro, hay muchísimas oportunidades para innovar. Vale recordar que la agroindustria está considerada como la industria menos digitalizada de todas. Los últimos informes McKinsey lo dicen. Si bien hay mucha tecnología en las maquinarias y el desarrollo de semillas, en términos de datos y digitalización, por un tema de usos y costumbres, a veces es difícil sacar a las personas del cuaderno o el excel.

-Algo fue cambiando los últimos años, con las nuevas generaciones que han ido desembarcando en el sector y la profesionalización de las empresas…
-Si, apareció un boom de startups de agtechs, la IA generativa, el mundo está cambiando. Y veo un productor agropecuario que tiene muchas ganas de ser más sostenible, ganar eficiencia, producir más con menos, y ahí todas las nuevas herramientas tienen mucho para dar. Mi desafío es acompañar a cambiar ese mindset, demostrando cómo todas estas nuevas tecnologías pueden darnos esos resultados.

-De manera sencilla, ¿para qué creés que ha servico la digitalización?
-Las plataformas de agricultura digital lograron democratizar el acceso a la información y transparentar las relaciones. Mirá, antes para poder hacer análisis y comparar imágenes satelitales, mapas de siembra y cosecha, ambientes que rinden más o menos, y buscar la eficiencia intra lote, trabajando pixel por pixel, necesitabas un montón de conocimiento y software complejos. Hoy, en cambio, con las plataformas de agricultura digital cualquier persona puede hacer análisis desde una web, un teléfono o una tablet. Todo es muy intuitivo. Y eso es igual a democratización y aceleración de la adopción, además de transparencia en las relaciones. Porque todos los actores tienen acceso a toda la información. Dato mata relato y se acaban las discusiones.

-¿Qué valoración le das a la inteligencia artificial de la que hoy hablamos todos?
-Hay que desmitificarla un poco porque existe hace muchos años. Todo lo que tiene que ver con algoritmos de aprendizaje automáticos es un campo de estudio que vienen de los años 50s. Lo nuevo es la IA generativa, que tiene de diferente que vos podés hablarle en lenguaje natural, no hace falta escribirle con códigos para poder hablarle a la máquina y esto acelera los tiempos y democratiza el acceso. Yo creo que la IA va a ayudar, creo que hay que buscar la colaboración Humano-Máquina. El futuro es colaborativo, y nosotros tenemos que aprovechar la IA para convertirnos en Superman, somos como Clark Kent, nos ponemos la capa y tenemos superpoderes. Y en todo lo relacionado con la producción, está la agricultura de precisión, hoy con IA podemos acelerar los tiempos. Pero hay que saber que la IA necesita buenos datos y humanos que quieran amigarse con ella y aprovecharla.

-¿Cómo te ha ido siendo mujer en este ambiente en el que, para mí, siempre hubo mujeres tras bambalinas, pero hoy están más en puestos relevantes?
-El campo tiene una concepción muy fuerte de trabajo entonces cuando vos venís y demostrás que tu interés es laburar, a mí siempre me han hecho el lugar. Y algo muy interesante que veo es que hijas y nietas en empresas familiares y en general ya forman parte de la toma de decisión, esos padres y abuelos quieren que sus hijas y nietas estén ahí. Estamos viviendo un cambio histórico.

-¿Qué es lo que mas disfrutás de lo que hacés hoy? Eso que te despertás a la mañana y sentís, ¡qué bueno que hoy me toca esto!
-Yo soy una apasionada por mi trabajo y cuando veo que pude generar un impacto alrededor me llena de satisfacción. Cuando hay logros laborales o veo cambios en las formas de hacer las cosas, sobre todo en gente que era poco adepta a la tecnología y se pone a usarla, eso me apasiona. Pero adicionalmente a eso disfruto mucho de las relaciones cercanas, de estar con familia y amigos. Me mueve mucho lo social, hoy me agarra en un momento muy lindo personalmente porque estoy esperando a mi primera hija.

FUERA DEL SURCO

Te propongo un pin-pong. ¿Tenés alguna actividad que te resetee, que te saque de los problemas cotidianos?
– Mucho tiempo hice fotografía blanco y negro. Mi cámara me acompañaba en los viajes y después iba al laboratorio para revelar los rollos y estaba buenísimo. Pero nunca fui de estar con una sola actividad, siempre hice muchas, algunas más deportivas, que hoy en día tiene que ver con la natación, entro al agua cruzada y salgo como si me hubieran bautizado (se ríe); también hago yoga, me gusta cantar, voy a un grupo de canto grupal del cual salgo energizada, renovada.

-Si te gusta leer, ¿Qué leés que no sea de trabajo?
-Siempre leí desde chiquita, hoy sigo leyendo todas las noches, y es lo que necesito, de hecho, me quedo dormida con el libro encima. Novelas, cuentos, ahora estoy enganchada con el tercer libro de Ken Follet (Trilogía del siglo) sobre las guerras mundiales y el tercero sobre la guerra fría. Me gusta porque es una novela pero aprendés de historia también (N de la R: Los libros narran las historias de 5 familias de diferentes nacionalidades – Estadounidenses, británicos, alemanes, galeses y rusos- en 3 generaciones distintas, en una serie de acontecimientos que se van interconectando libro tras libro).

-¿Música? ¿Qué escuchás? ¿Algún grupo o cantante?
-Una banda que me gusta mucho es Jarabe de palo. Los vi varias veces hasta que falleció el cantante. Los últimos años me gusta Natalia Lafourcade. Pero también me gusta mucho bailar y la música para mover el cuerpo también me resetea.

-¿Comida preferida?
-Me gustan mucho las pastas. Pero en realidad, lo que disfruto hoy mucho son los cafés de especialidad, me encanta el café. Me gusta descubrir nuevos lugares, y los sándwiches que hay. Café con algo salado.

-¿Qué tal te va como cocinera?
-Me defiendo muy bien. En lo que mejor me va es en el desayuno. Después de mis tres años en Estados Unidos incorporé huevos con palta, ¡nunca más tostada con queso blanco y mermelada! En la cocina propiamente dicha, para lo salado me defiendo, algunas cosas se me queman, pero los electrodomésticos, como la freidora de aire, me salvan. Ah, y las ensaladas me salen muy bien también.

-¿Series o películas por dónde vas? ¿Qué te gusta mirar?
-Me gusta mirar cosas que me desconecten, que me hagan reír. Ahora acabo de mirar “La maravillosa Mrs. Maisel” que es la historia de una mujer judía divorciada en Nueva York de fines de los años 50s y cómo se descubre en si pasión por el humor y cómo intenta posicionarse desde el humor en esa época. Otra que me encantó es “Ghost”, una comedia sobre una chica que puede ver fantasmas, muestra las historias de cada uno de esos fantasmas.

-¿Un lugar en el mundo que te gustaría conocer?
-Me gustaría ir a las Islas Galápagos, porque me encantan las tortugas y qurría ver las tortugas gigantes.

-¿Y uno que conozcas y quieras volver?
-Cataratas del Iguazú, el lugar más mágico del mundo, el agua me genera mucha paz. Mi lugar favorito en el mundo.

-¿Tenés alguna frase que quieras compartir? Una que uses cada tanto, que sea tu motivación o que le digas a otros…
-Te voy a decir tres. Una es algo que dice mucho mi jefe y me motiva que es cómo influenciar a mi alrededor para buscar el impacto dentro del metro cuadrado. Eso me mueve más en el día a día. Hay otra que digo mucho sobre todo cuando viene alguien a contarme algún conflicto es que hay que conocer a los bueyes con los que uno está arando. Y otra, que me parece divertida, que se le atribuye a Albert Einstein y dice: “Locura es hacer lo mismo una y otra vez y esperar resultados diferentes”. Tratar de ser creativos para buscar nuevos resultados me ayuda y se la digo a los que me rodean.

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