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Innovación contra hormigas: una estrategia ecológica multiplicó la supervivencia de árboles en la Patagonia

Fuente: Infocampo 07/07/2025 09:40:29 hs

Investigadoras argentinas lograron reducir el daño de una plaga forestal clave sin usar químicos. El método usó repelentes naturales y atrayentes para modificar el comportamiento de las hormigas.

En medio del avance de los monocultivos forestales en la Patagonia, un equipo de investigadoras desarrolló una estrategia innovadora y ecológica para enfrentar una de las plagas más agresivas de la región: las hormigas cortadoras de hojas (Acromyrmex lobicornis).

A diferencia de los métodos tradicionales basados en cebos tóxicos, que afectan negativamente al ambiente, la propuesta se basó en el uso de compuestos vegetales naturales con los cuales lograron aumentar la supervivencia de árboles jóvenes del 2% al 54 %.

El trabajo fue desarrollado por científicas del INIBIOMA —instituto dependiente del CONICET y la Universidad Nacional del Comahue— y de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires (FAUBA).

Hormigas: cómo es el método de control biológico para alejarlas de la huerta

“La Patagonia se suele asociar con paisajes naturales, pero desde hace décadas hay muchas plantaciones forestales de pinos exóticos. En estas condiciones, la hormiga cortadora es una amenaza muy seria, especialmente en las primeras etapas de crecimiento”, explicó Marina Alma, investigadora de INIBIOMA.

ALTERNATIVA SUSTENTABLE CONTRA LAS HORMIGAS

Hoy en día, el control de esta plaga en Argentina se basa en cebos tóxicos que contaminan el suelo, el agua y pueden afectar incluso a la salud humana. Por eso, el equipo de investigación exploró una alternativa basada en la estrategia push-pull (empujar-atraer), ampliamente utilizada en otros cultivos, pero casi inédita en forestaciones.

Usaron aceite esencial de árbol de té como repelente y pulpa cítrica deshidratada como atrayente, un recurso de bajo costo por tratarse de un desecho productivo.

La combinación permitió modificar el comportamiento de las hormigas, alejándolas de los árboles recién plantados y dirigiéndolas hacia otra fuente de alimento.

“Comprobamos que el método funciona: sin tratamiento, sólo sobrevivió el 2 % de los pinos; con push-pull, el 54 %. Además, funcionó tanto en monocultivos como en plantaciones mixtas”, aseguró Alma. Los resultados fueron publicados en la revista Agricultural and Forest Entomology.

La estrategia también fue probada con éxito en el Delta del Paraná, donde la investigadora Patricia Fernández, de la FAUBA, logró modificar el comportamiento de las hormigas en plantaciones de sauces usando extractos vegetales locales.

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HORMIGAS: MÁS ALLÁ DE UNA ÚNICA SOLUCIÓN

Las investigadoras remarcan que este avance no debe entenderse como una solución mágica, sino como una herramienta más dentro del manejo integrado de plagas, que requiere enfoques diversos y el involucramiento directo de los productores.

“El cebo pierde efectividad con el tiempo: las hormigas aprenden que es tóxico. Necesitamos alternativas sustentables y prácticas”, sostuvo Alma.

Sin embargo, pese al potencial de esta línea de investigación, la falta de financiamiento forzó su paralización.

“Queríamos escalar los ensayos a plantaciones reales y mejorar la estabilidad del aceite de árbol de té, pero todo quedó suspendido”, lamentó la investigadora.

En un contexto de revisión de gastos en la ciencia y la tecnología, aseguró que se perdieron años de trabajo, proyectos con impacto ambiental y productivo, y se desalentó a nuevas generaciones de científicas y científicos.

Está siendo un momento muy difícil para investigar. Se cortó la continuidad de líneas estratégicas y se frenaron trabajos que buscaban hacer un uso más inteligente de los recursos. Ojalá podamos retomarlos pronto”, concluyó Alma con preocupación.

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