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El modelo de Embrapa, el “INTA” brasileño: “Sin investigación, no hay soluciones”

Fuente: Infocampo 01/07/2025 08:45:36 hs

Sergio Abud Da Silva es investigador de la firma estatal brasileña desde hace más de 45 años. “Sea Lula o Bolsonaro el Presidente, no hay interferencia política”, contó en un extenso mano a mano en el que surgieron muchos análisis vinculables al debate por el futuro del INTA.

Si bien ya conocía el campo argentino y a productores agropecuarios de diferentes zonas de importancia económica y estratégica del agro en el país, Sergio Abud Da Silva visitó Rosario en calidad de invitado.

La empresa Koppert, una de las compañías del rubro de los bioinsumos que buscó estar presente en la última edición del Congreso Casafe de Biológicos, que se realizó en el complejo Puerto Norte, tuvo como uno de sus invitados a este biólogo brasileño y actual supervisor del área de transferencia de tecnologías de Embrapa, la Empresa Brasilera de Pesquisa Agropecuaria.

Pesquisa en portugués significa investigación, por lo que el Embrapa puede considerarse una especie de “hermano” brasileño del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), en un momento clave en el que está en debate el futuro de esta institución emblema del agro nacional.

Se trata de una firma estatal creada cinco décadas atrás, y donde el propio biólogo se desempeña hace nada menos que hace 46 años. Además es el actual vicepresidente del “Comité Estratégico para la Soja” en el país vecino.

Abud Da Silva presentó experiencias de adopción efectiva de biocontroladores y bioestimulantes en cultivos extensivos, como el manejo de “Helicoverpa armígera” mediante el uso conjunto de virus NPV y Trichogramma spp. Desde CASAFE estiman que “permitió reducir hasta un 60% el uso de insecticidas convencionales”.

El especialista también destacó el impacto económico y ambiental de la co-inoculación y del uso eficiente del agua, con “un ahorro estimado de 17 mil millones de dólares en Brasil”.

Su mirada sobre el agro argentino y los productores a la hora de la incorporación de insumos biológicos es clara: afirma que en el suelo argentino hay una ventaja comparativa en relación al propio Brasil que se podría capitalizar, pero que necesariamente debería haber una decisión y voluntad más marcada de parte de los productores.

En esa línea, también, ponderó la importancia de la investigación ligada al agro y analizó a la distancia algunos aspectos del trabajo conjunto con el INTA.

LOS BIOLÓGICOS, EN BRASIL Y ARGENTINA

Infocampo dialogó con el técnico, quien manifestó que “la agricultura está creciendo mucho y la expectativa mundial por la producción de alimentos es muy grande. Cuando llegué a Argentina tuve la oportunidad de estar entre los campos, y conversar con los productores, también con consultores de ellos, y vimos que problemas como enfermedades y plagas principalmente en el maíz y la soja no es muy grande en este momento”.

Las malezas sí son un problema muy importante para los productores en la Argentina, y este Congreso motiva el uso de biológicos como una herramienta complementaria para el uso de los ‘agrodefensivos’ químicos”, estipuló.

En Brasil se observó un fuerte crecimiento de los insumos biológicos en los últimos 10 años, pero más allá de la voluntad, su adopción se aceleró por cuestiones de fuerza mayor.

Los productores argentinos no precisan pasar por esa experiencia que tuvimos en Brasil, por aquella necesidad urgente de incluir a los biológicos porque no teníamos productos. Hoy, Argentina sí tiene otras opciones. Pero no precisa esperar a que un problema muy serio aparezca para pasar a usar los biológicos”, planteó.

En Brasil, manifestó, se percibe “menos impacto en el medio ambiente”. Por eso indicó: “Yo veo que los biológicos vienen mostrándole a los argentinos que sí son herramientas, pero es necesario que los agricultores quieran experimentarlas. Y que los políticos, de una manera general, generen incentivos para el movimiento de empresas”.

“Imagino que de esa manera los productos en Argentina podrán tener una especie de ‘certificado verde’, ambiental, dando una cualidad más para los productos argentinos en los países que tienen una exigencia en esa cualidad de productos como en el mercado europeo”, precisó.

EMBRAPA: SU ROL EN BRASIL 

El primer desafío de Embrapa, creada en la década del 70’ del siglo pasado y posteriormente a lo que Argentina ya hacía con el INTA, fue el de sumar productividad agropecuaria en zonas de suelos áridos.

Embrapa no tiene ninguna ligazón política ni ninguna influencia con la política de Brasil. Es una empresa que se maneja de manera independiente en sus investigaciones, y el objetivo es el de desarrollar, soluciones, servicios e información para solucionar los problemas que tiene el campo”, resumió.

“La falta de recursos financieros disminuyen la velocidad y también la cantidad de tecnologías generales”, comentó y analizó las influencias de los últimos dos presidentes de Brasil, y de marcadas diferencias políticas.

Con el Presidente Lula, Bolsonaro u otros presidentes, no sentimos interferencia política dentro del trabajo de Embrapa. Tenemos, sí, algunos Gobiernos que motivan más o ayudan más a la disponibilidad de recursos, pero la manera independiente en la que trabaja Embrapa ayuda mucho”, aseguró.

Para Abud la tarea del investigador es la proximidad con el productor. “El problema está dentro del campo, y si un investigador no estuviera presente, la pregunta que se va a hacer para ser respondida mediante la investigación, esa no será una pregunta real. Y el resultado de esa tecnología generada puede no ser una tecnología aplicada”, explicó.

UNA MIRADA DEL INTA

Infocampo aprovechó el mano a mano y la expertise de Abud para consultarle su mirada acerca del peso del INTA en la región, y cómo se observa al Instituto argentino desde Brasil, donde aseguran que existe “una relación muy fuerte” con otros institutos de tecnología del Cono Sur y otras latitudes.

“Eso es importante porque existen problemas en todo el mundo, que no acontecen solo en Brasil. Se calcula que existen al menos unas 600 plagas invasoras que existen en el mundo pero que no están presentes en Brasil, y si nuestro país no estuviera interactuando con esas empresas, esas plagas podrían entrar”, resumió.

Incluso explicó los casos en los cuáles hubo plagas que sí lograron llegar a suelos de Brasil, consecuencias económicas mediante. En ese plano, destacó la coordinación de trabajos e investigaciones con el INTA argentino.

“Sucedió con algunas plagas que llegaron y no teníamos respuestas desde la investigación, eso nos llevó 4 años en tener una respuesta y logramos una interacción con el INTA, y con otros países. Es muy importante porque algunos problemas se pueden tornar pandemias, lo vimos en el área médica con el Covid-19. Esa interacción anticipa que cuando surja el resultado de esas investigaciones, y acontezca el problema, ya tengamos los resultados para ser utilizados”, expresó.

“Necesitamos apoyar las investigaciones y exigir resultados aplicados, porque los problemas siempre aparecen. Pero si no hay investigación, no tenemos las soluciones”, resumió.

VENTAJAS ARGENTINAS SOBRE BRASIL

Si bien en cuestiones de escala y mediciones cuantitativas el agro brasileño lleva la delantera en varios segmentos de producción rural, para Abud Da Silva existe al menos un aspecto en el cual nuestro país tiene una ventaja comparativa más que considerable: la conformación de los suelos.

En Brasil la media de la materia orgánica es debajo de 1,5%. Aquí hay suelos con más del 6%. Esto es un problema muy serio para Brasil. Aquí la temperatura baja hace que muchas enfermedades y plagas disminuyan la población presente. En tanto que los problemas de malezas es un problema muy serio en la Argentina, así como en otros países”, comparó.

Y aseguró: “Yo creo que el productor argentino tiene que tener un incentivo para bajar el precio de alquiler de la tierra. Y eso, sumado a pocas plagas, pocas enfermedades, la materia orgánica, y el clima, el suceso de la agricultura será mucho mayor a lo que en las regiones tropicales tenemos hoy con suelos pobres y muchas plagas. Eso es una ventaja para la Argentina”.

También analizó una menor necesidad de “entrar” a los lotes. “Usar productos químicos no gusta, pero es necesario usarlos. Aquí en la Argentina si puede hacer una campaña con una aplicación de fungicida o insecticida en Brasil usamos de 3 a 4 aplicaciones de insectos y eso aumenta el costo”, comentó.

Este último punto, según su mirada, también tendría un impacto en las mediciones de huellas ambientales a la hora de las certificaciones.

“De cierta forma compromete la calidad del producto frente a las exigencias de los consumidores, que quieren un producto más orgánico. Entonces yo veo que la Argentina tiene algunas ventajas, pero el productor no se puede acomodar. Y tiene cómo acomodarse y con qué mejorar mucho su productividad”, expuso.

FRENTE PARLAMENTARIO DEL AGRO EN BRASIL

Lejos de la tierra y las tranqueras, en pleno ruido porteño pero también en cada legislatura provincial, el agro argentino busca terminar de conformar su propio “Frente Parlamentario Agropecuario”, como el que existe en Brasil. Semanas atrás Pedro Lupión, diputado brasileño y actual líder de ese Frente, comparó ambas coyunturas en una charla con Infocampo.

Su mirada fue sintética: las retenciones agropecuarias en Argentina afectan a la producción y su dinamismo, y aseguró que en el caso de que el Presidente Lula buscara replicar esa política en Brasil, el Frente lo impediría.

“Ustedes tienen un problema serio con las retenciones; en Brasil no, porque hay un Frente que no lo permite”

Para Abud Da Silva, además, el Frente también sirvió en momentos bisagra de las campañas agrícolas para permitir el uso de herramientas “de urgencia”.

“Cuando hay un Frente Parlamentario como lo hay en Brasil, los problemas son más discutidos y hay más opiniones, y eso da un peso mayor para la necesidad de la aprobación de las leyes frente a los otros problemas que tenemos en las sociedades. Porque en mi opinión, no existe problema peor que la falta de alimentos”, analizó.

Y sostuvo: “Una guerra por falta de alimentos es muy triste, y nosotros tenemos que garantizar la seguridad alimentaria de la población así como la calidad en la distribución de esos alimentos en la población”.

“Tuvimos un problema en Brasil, una plaga (NdR: ferrugem asiática) que podría haber parado la agricultura de nuestro país El apoyo político hizo que se haga una liberación de emergencia de algunos productos que no estaban en la lista de registros en el Ministerio, pero fueron aprobados de emergencia porque tuvimos una defensa de los políticos, que consideraron que era realmente  un problema”, recordó.

Si no hubiera habido eso, las consecuencias para la sociedad habrían sido mayores”, cerró.

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