Impulso para la vitivinicultura: el Gobierno nacional transfirió $ 1.000 millones a Mendoza

Se trata de un aporte extraordinario a través del Programa de Asistencia para el Desarrollo Productivo Vitivinícola. El destino será la asistencia a productores afectados por los bajos precios de la uva, las contingencias climáticas y la sobreoferta estructural.
En un contexto desafiante para la cadena de las uvas y el vino, que enfrenta caída del consumo global y creciente presión de costos, el Gobierno nacional transfirió un aporte extraordinario de $ 1.000 millones destinado al desarrollo de la vitivinicultura de Mendoza.
Se trata de un refuerzo presupuestario inédito que busca apuntalar a productores, cooperativas y bodegas, en el marco de un plan de sostenimiento productivo que el Ejecutivo considera “estratégico”.
El anuncio fue confirmado por el Ministerio de Producción provincial, que explicó que los fondos fueron girados desde el Ministerio de Economía de la Nación a través de la Secretaría de Bioeconomía, como parte del Programa de Asistencia para el Desarrollo Productivo Vitivinícola.
FONDOS PARA LA VITIVINICULTURA
Según fuentes oficiales, el destino de los recursos será la asistencia directa a productores afectados por los bajos precios de la uva, las contingencias climáticas y la sobreoferta estructural que arrastra el mercado.
También se utilizará para el fortalecimiento institucional de cooperativas, inversiones en mejora tecnológica y el sostenimiento del empleo rural.
Desde el sector vitivinícola celebraron el anuncio, aunque remarcaron que el desafío va mucho más allá de una ayuda puntual.
“Este tipo de aportes son claves para mantener de pie al pequeño y mediano productor, pero es fundamental que se integren en una política más amplia y sostenida para reconvertir la matriz del sector”, comentó a Infocampo un referente de una entidad cooperativa del Este provincial.
Mendoza concentra más del 70% de la producción vitivinícola nacional y es clave tanto en la elaboración de vino como en la exportación. Sin embargo, las estadísticas de 2024 y los primeros meses de 2025 muestran una fuerte retracción del consumo interno, un estancamiento en las exportaciones y una caída sostenida en los precios pagados al productor.
A esto se suma una cosecha reciente con menores volúmenes y calidad heterogénea, producto de heladas tardías, falta de agua y condiciones climáticas adversas. En este marco, el aporte busca garantizar continuidad operativa, evitar el abandono de fincas y preservar miles de puestos de trabajo en las zonas rurales.
El envío de este fondo extraordinario, así, constituye una señal de alivio para una actividad histórica que, aunque resiliente, acumula años de tensión estructural.
El desafío, coinciden voces del sector, es convertir este tipo de medidas en parte de una estrategia sostenida y transformadora, que combine asistencia, innovación y competitividad para asegurar el futuro de la vitivinicultura argentina.
FONDOS PARA LA VITIVINICULTURA: DISTRIBUCIÓN Y EJECUCIÓN
La gestión y distribución de los fondos estará a cargo de la provincia, a través del Ministerio de Producción y sus organismos descentralizados.
Según trascendió, se articularán líneas de ayuda con distintas escalas, priorizando a productores con menores superficies y a emprendimientos en riesgo de paralización. Además, se espera que parte de los fondos se orienten a proyectos de diversificación, eficiencia hídrica y reconversión varietal, con foco en mercados de mayor valor agregado.
Desde el Gobierno provincial destacaron que este tipo de medidas refuerzan la posición de Mendoza como actor central en la agenda agroindustrial nacional, pero insistieron en la necesidad de profundizar el diálogo federal para asegurar herramientas estructurales, como el financiamiento accesible, políticas fiscales diferenciadas y apertura de nuevos mercados.
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