Retenciones, infraestructura y acuerdos comerciales: las llaves para acelerar el despegue exportador

Un informe de la Fundación Mediterránea estima que las exportaciones en 2025 crecerán un 5%, gracias a la cosecha y al petróleo. Sin embargo, advierte varios puntos que frenan un mejor desempeño del comercio exterior argentino.
Con el primer cuatrimestre del año casi tachado del almanaque, existen una serie de variables que pueden impulsar las exportaciones del complejo agroindustrial argentino, en paralelo a la tormenta que desató Estados Unidos, a partir de su agresiva política arancelaria.
En la columna favorable, una serie de medidas impulsadas por el presidente Javier Milei representan una serie de estímulos para el comercio exterior: la unificación cambiaria y la eliminación del cepo fueron bien recibidos por la industria y el campo, aunque estos actores también apuntan a que la baja temporal en retenciones -vigente hasta el 30 de junio- siga vigente después de esa fecha, al contrario de lo que declaró el presidente en los últimos días.
Con estos antecedentes, ¿cuáles son las perspectivas para las exportaciones argentinas durante 2025?
Según un informe elaborado por el Instituto de Estudios de la Realidad Argentina y Latinoamericana (IERAL) de la Fundación Mediterranea, en general se espera que los despachos aumenten un 5%, a partir de una cosecha estable de granos, al igual que en las exportaciones de sus derivados. También se espera una mejora en petróleo -a partir del impulso de Vaca Muerta- y en minería.
Más allá de los números puntuales en cada actividad, Jorge Day -responsable de la sección Regional del Ieral, analizó cuales son los aspectos a tener en cuenta para que las exportaciones cierren el año con buenas cifras.
“En los primeros dos meses del presente año continúan creciendo, a un ritmo de 4% interanual y un porcentaje similar se espera para todo el año”, remarcó.
En el caso de los riesgos internacionales, advirtió que la política comercial del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, “amenaza con achicar el tablero del comercio mundial si se cumplen sus amenazas, con menos demanda externa y precios internacionales más bajos. Eso claramente complicaría a las exportaciones argentinas”.
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En cuanto a los riesgos nacionales, consideró que una de las preocupaciones radica en los elevados costos en dólares, que reducen la competitividad argentina.
“Si la economía se estabiliza, se mantendrían esos altos costos. El desafío nacional está en cómo mover las fichas para lograr reducir los otros costos, como los laborales no salariales y las regulaciones”, sostuvo.
RETENCIONES Y ECONOMÍAS REGIONALES
El peso de los derechos de exportación, que volvió al centro de la escena tras las declaraciones polémicas de Milei, fue otro de los temas abordados por Day.
“Para la región Pampeana, claramente está la necesidad de reducir o eliminar las retenciones que representan un 4,6% de la recaudación nacional”, sostuvo.
Y agregó: “En el caso de las petroleras y mineras, otro problema es el de la infraestructura, necesaria para transportar mayores volúmenes al exterior”.
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En el caso de las economías regionales, mencionó que los altos aranceles para ingresar a otros países son un serio problema, que recorta la competitividad.
“El caso típico es la diferencia con Chile, que exporta con arancel cero a gran número de países”, graficó.
En este punto, reconoció que una forma de eludir esta problemática es celebrar acuerdos comerciales para disminuir aranceles.
“Un conflicto en este punto es que implicaría disminuir aranceles en Argentina, lo cual amenazaría a la industria sustituta de importación, como electrodomésticos, informática y textiles, entre otros, con fuerte peso en la economía nacional”, afirmó.
LAS EXPORTACIONES EN 2024
Este análisis parte de la base, según el Ieral, de que las exportaciones argentinas durante 2024 crecieron un 20% interanual, a partir de una mejora significativa en la producción agrícola, que impulsó tanto la venta de granos como subproductos.
“El repunte fue particularmente notable en los sectores primarios y agroindustriales (MOA), que vieron incrementos del 26% y 24% anual, respectivamente”, calculó el informe.
En este escenario, los productos regionales también crecieron, aunque a tasas mas moderadas: las frutas frescas sumaron un 11% y las hortalizas no procesadas un 7%.
En el ámbito agroindustrial, las bebidas alcohólicas subieron un 11% -impulsadas por vinos, que ganaron un 4%- y los productos lácteos verificaron un aumento del 6%.
El sector energético tuvo un rol destacado, con repuntes del 31% en las exportaciones de combustibles y con Vaca Muerta en un rol determinante.
Por otro lado, los sectores industriales no agropecuarios presentaron una dinámica mucho más modesta, y en el caso de las exportaciones de manufacturas de origen industrial (MOI) crecieron sólo un 6%.
“Algunos rubros, como los automóviles y los productos químicos, permanecieron estables, mientras que los metales y sus manufacturas lograron una mejora del 12%. En contrapartida, la exportación de maquinaria y equipos eléctricos cayó un 9%”, afirmó Day
Un caso excepcional dentro de las MOI fue el de los metales preciosos, vinculados a la minería metalífera, que en 2024 experimentaron un aumento que llegó al 28%.
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