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El desafío agroforestal tras los incendios: recomendaciones para preservar el suelo y la salud animal

Fuente: Infocampo 01/04/2025 12:00:45 hs

Luego de los incendios que ocurrieron a principios de año, desde el INTA Patagonia Sur están acompañando a productores locales para que puedan recuperar los ecosistemas.

En la Comarca Andina del paralelo 42 hubo dos incendios de interfase, en Epuyén, Chubut (en el mes de enero) y en el paraje de Mallín Ahogado, Río Negro (en el mes de febrero).

El último de estas características se había registrado en la zona de los parajes de Las Golondrinas y El Hoyo, Chubut, en 2021.

Javier Mariño, jefe de la Agencia de Extensión Rural El Hoyo del INTA, señaló que “estos incendios se dieron en plena cosecha de fruta fina y hortalizas en la zona del noroeste de Chubut y ambos comenzaron de manera similar, con temperaturas registradas en 35 grados y vientos intensos”.

Además, añadió: “Empezaron en una zona baja del terreno y, por las condiciones del tiempo, avanzaron rápidamente a la zona de viviendas y chacras”.

LOS DAÑOS DE LOS INCENDIOS

El incendio de Epuyén afectó aproximadamente a 3.700 hectáreas de bosque nativo e implantado. Por otro lado, el de Mallín Ahogado se dio en la confluencia de los ríos Azul y Blanco y afectó a 3.825 hectáreas.

Por el fuego, se vieron comprometidas alrededor de 157 viviendas, aserraderos portátiles, edificaciones varias y vehículos. También los alambrados quedaron destruidos, lo que generó inconvenientes para los pequeños productores de la zona.

“Desde el INTA, se acompaña a productores del lugar con tratamientos antiinflamatorios y antibióticos para los animales afectados”, indicó Mariño.

Y agregó que “se armaron cuadrillas de voluntarios para levantar la cosecha de frambuesas en algunos establecimientos para que no haya pérdidas significativas”.

LA RECONSTRUCCIÓN TRAS LOS INCENDIOS

Bajo este panorama, la prioridad es evitar la pérdida de suelo; para ello, se pueden esparcir semillas de especies anuales de rápido crecimiento (leguminosas, cereales o gramíneas), según las características de cada sitio, con el fin de cubrir rápidamente la superficie afectada por el incendio (no con el objetivo de pastoreo).

“Además, es importante impedir el pastoreo de las plantas”, aseguró el técnico, debido a que “la presencia de animales evita el rápido crecimiento de las plantas, haciendo más lenta la colonización vegetal y facilitando la erosión”.

“Asimismo, se recomienda disponer, en lugares con pendiente, el material quemado (troncos, ramas) formando pequeñas terrazas de forma perpendicular al terreno para disminuir el movimiento superficial del agua”, sostuvo Mariño.

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En segundo lugar, es pertinente el manejo de la vegetación: no se debe cortar ningún árbol o arbusto hasta 2 otoños posteriores al fuego. Existe la posibilidad de rebrote desde la base y recuperación de parte de la copa (por ejemplo, el ñire, el maqui, el pañil o el radal).

De ser posible, se recomienda reforestar en el primer otoño priorizando las mayores superficies afectadas. A su vez, evitar la colonización de especies invasoras como rosa mosqueta, retama, murra, berrys y pinos radiatas.

TAMBIÉN LA PROTECCIÓN GANADERA

Por otra parte, es de suma importancia evitar la extracción de troncos y leña antes de los 2 años posteriores al fuego (utilizar solo lo indispensable). Todos los elementos, quemados o no, en pie o en el suelo, son significativos para favorecer la rápida recuperación de la superficie.

Otra clave de estas recomendaciones es atender la salud animal. En primer lugar, adecuar el número de animales del establecimiento, intentando descartar categorías poco eficientes (descartar animales viejos y enfermos, priorizando madres y reproductores en buen estado).

Luego, realizar destete anticipado y organizar las ventas para disminuir los requerimientos de las madres y la carga animal del establecimiento.  En este sentido, los terneros pueden destetarse a partir de los 50/60 días de edad y con un peso mayor a 60 kilos, y los corderos pueden destetarse a partir de los 30 días de edad y con un peso mayor a 10 kilos.

“También recomendamos vender los animales destetados o mantenerlos a corral siguiendo las pautas para el manejo de la alimentación y de la sanidad, como desparasitación y vacunación clostridial”, indicó Mariño.

Por otra parte, agregó que “es importante observar con detenimiento los animales para identificar daños ocasionados por el incendio, ya sea en los ojos (por irritación o úlcera), las pezuñas, las ubres y el vientre, y el cuerpo en general (por quemaduras o cortes)”. Identificado el problema, es recomendable consultar con un veterinario para su tratamiento.

Asimismo, es clave revisar las aguadas (principalmente las de aguas quietas) y evitar el pastoreo en zonas quemadas para no favorecer el desgaste prematuro de la dentadura y las enfermedades digestivas o respiratorias.

Si hay poco pasto en el campo, los animales no pueden pastorear y se hace necesario entregarles forraje. A las ovejas se les debe entregar 1 kilo de pasto por día por cada animal y a las vacas 5 kilos de pasto por día por animal.

Por último, es aconsejable restringir el uso del predio, evitar la circulación con vehículos o animales hasta 2 otoños posteriores al incendio, principalmente en zonas con pendiente.

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