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El futuro ganadero será negro, pero no es para asustarse: Los búfalos siguen ganando terreno y tendrán sus propias jornadas en Esperanza

Fuente: Bichos de Campo 26/03/2025 12:46:08 hs

Olfatean, miran, escuchan, recuerdan olores, figuras y voces. Se amansan como si fueran perros y les encantan las caricias, el cepillado y la atención, porque necesitan el contacto con las personas, además de todos los aspectos del bienestar animal que los hace multiplicar su capacidad productiva. Los búfalos están avanzando en el mapa ganadero nacional

Olfatean, miran, escuchan, recuerdan olores, figuras y voces. Se amansan como si fueran perros y les encantan las caricias, el cepillado y la atención, porque necesitan el contacto con las personas, además de todos los aspectos del bienestar animal que los hace multiplicar su capacidad productiva. Los búfalos están avanzando en el mapa ganadero nacional y ya no son solo una postal de las provincias del norte. Incluso, por eso, impulsan una primera capacitación en el centro del país.

En la Escuela de Agricultura, Ganadería y Granja de la Universidad Nacional del Litoral (UNL) hay actualmente 43 ejemplares de una especie que tiene diferentes razas y que puede complementar de forma perfecta los planteos ganaderos y lecheros, sobre todo en condiciones no habituales.

En la ciudad santafesina de Esperanza existe este centro educativo al que asisten 300 chicos, de los cuales 100 tienen un régimen de internado para varones, ya que provienen de localidades distantes. Allí la formación va más allá de lo curricular en las diez horas de cursado que por día tienen los chicos: experimentan la cría de conejos, aves, cabras, ovejas, caballos, vacas y, por supuesto, búfalos.

Según el director de la EAGG, Rodrigo Benítez, “los chicos todos los días estudian en el paraíso”, porque tienen una formación que les permite ser responsables de unidades productivas o contar con una base muy valiosa para continuar en carreras universitarias afines.

Tener en la escuela a disposición los búfalos, para la formación en los últimos años de cursado, le agrega valor a la currícula, porque esta es una opción que crece en campos del Litoral, pero que también empieza a ampliarse en todo el noreste, así también en la región pampeana.

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Los búfalos llegaron a la escuela en el año 2010, siendo hoy 43 en total, con 11 crías nacidas en los últimos meses, con cruza de razas.

“Son importantes para nosotros porque nos permiten producir leche de calidad que va a la industria que tenemos acá también. Los chicos pueden ver todo el proceso desde la obtención de leche hasta la elaboración de quesos semi cocidos. Es leche con un porcentaje alto de grasa que la hace muy apta para la industrialización y tiene caseína A2, que es la parte de la proteína primordial que no produce alergias”, explicaron en la escuela.

En la actualidad las hembras producen unos 7 litros de leche por ordeño, pero pueden llegar a un máximo de 25 litros diarios, avanzando en el manejo.

Además, los búfalos “son una fuente en la producción de carne, que no sólo nos ayuda a alimentar a nuestros chicos en el comedor, sino también a agregar valor con la elaboración de embutidos”, explicó la profesora y especialista en producción de búfalos, María Eugenia Ruiz, quien agregó el valor del cuero de esos animales, evaluados por una curtiembre también esperancina.

Ella es la que plantea la idea del título de nuestra nota: el futuro color negro es muy bueno.

Según esta visión, es este ganado originario de India y Pakistan el que permite “recuperar ambientes, y en nuestro caso están en un monte de acacias que proyectamos a futuro tenerlo en un sistema silvopastoril”. Deben contar siempre con agua y sombra, porque siendo de cuero negro atraen más la radiación, tienen menos glándulas sudoríparas y necesitan agua para regular la temperatura, incluso con baños para conservar naturalmente mejor los parámetros de salud.

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“Esta producción alternativa no viene a reemplazar a la vaca tradicional, sino que viene a complementar, a coexistir, a ocupar lugares donde la vaca no podría producir en su máximo potencial. Así que la idea es dar a conocer esta especie, porque creo que hay mucho desconocimiento y es una opción alternativa a la producción de alimentos en la actualidad”, explicó Ruiz.

Hace referencia así a los preparativos de la escuela para realizar, en el marco de Todo Láctea 2025, en la misma ciudad de Esperanza, las Primeras Jornadas Bubalinas de la Región Centro, entre el 13 al 15 de mayo. Contará con la participación de profesionales, estudiantes y productores de las principales provincias productoras.

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La clave en la producción de búfalos es el manejo, basado en el amansamiento de los animales.

Médico veterinario y docente, es Antonio Baravalle el que luce con orgullo una gorra que indica “bufalero santafesino” y uno de los que conoce el encanto de estos animales.

“En el primer momento en que llegaron, en octubre del 2010, hubo que amansarlas. Eran bubillas de dos años preñadas, que parían en febrero. Se amansaron y después empezamos a ordeñar, y estuvimos ordeñando cuatro meses seguidos”, comentó.

El camino fue largo, pero puntualmente este año se empezó con un dictado específico sobre la raza para quinto y sexto año en la escuela, que incluye el cuidado y un ordeño por día, y un destete temporario de los bucerros.

Dentro de ese plantel, “este año nacieron siete hembras y cuatro machitos”, que formarán parte de ventas para reposición en campos de otros productores o para formar un plantel nuevo. Los machos se suelen vender como reproductores, o se castran y faenan como se puede hacer con los novillos tradicionales.

“Hay un mercado de búfalo, pero es chico en la provincia todavía, porque falta coordinar con los frigoríficos y que la gente se vaya adoptando un poco a la carne. También tenemos un mercado de exportación que no se puede cumplir. Digamos que no hay suficiente cantidad de animales como para cumplir con el cupo de exportación”, relata Baravalle.

Los animales lo conocen y se lo hacen saber mientras habla. Emilia, una búfala que está preñada y pronta a parir después de más de 300 días de gestación, posa con él en la foto y de paso lo besa.

“Yo siempre recomiendo trabajar con animales chicos, ya ni bien nace, si uno puede, es ir agarrándolo día a día, hablándole, tocándolo, haciendo cosas para que se vayan amansando, después hay que seguirlo un tiempo y cada vez van a ser más dóciles. Si a ella la largo al monte y la busco en dos años se va a acordar de mi o de lo que hacíamos y no me va a agredir”, describe el experto, que de todas maneras ve a los animales todo el tiempo y ya le responden cuando llega y toca la bocina de la camioneta.

“Trato con los chicos esta incorporación de mucha gente o de gente diferente. Es mejor que vayan mucha gente a tocarlos, con la precaución de no tener perfume y olores fuertes, porque no les agradan”, agregó.

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Baravalle cree que comparar al búfalo con otro ganado es como “poner a un Fiat 600 con una Ferrari”, porque “se adaptan a cualquier tipo de clima, convierten mejor los alimentos que los bovinos tradicionales y la ganancia diaria es mucho mejor”.

“Por ejemplo, este año acá destetamos con 320 kilos, un destete de 10 a 11 meses. Es un peso que con un bovino no lo lográs. Por otro lado, son más longevos, viven 35 años. Tengo que hacer tacto esta semana, pero calculo que vamos a hacer el tercer año consecutivo con 100% de preñez y 100% de destete”, alardeó.

Santa Fe es la quinta provincia productora de búfalos, con un rodeo de más de 10.700 cabezas en la actualidad y habiendo crecido casi en 2.000 ejemplares en los últimos dos años.

Ser un complemento a las producciones tradicionales, con un manejo sencillo, con un buen vínculo con la gente y mejor rendimiento en ambientes desafiantes hace que “los negros” empiecen a imponer su carácter y muestren un futuro agradable y optimista.

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