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En la Patagonia, pastos y arbustos se defienden del viento y mejoran la producción de biomasa

Fuente: Infocampo 06/03/2025 08:07:29 hs

Un trabajo de la FAUBA en el sudoeste de Chubut demostró que la coexistencia de pastos y arbustos mejoró la producción de biomasa en un 70%. Así, de manera sostenible, se puede mejorar la disponibilidad forrajera para los roedos ovinos-

En la Patagonia, un trabajo de la Facultad de Agronomía de la UBA (FAUBA) demostró que en un esquema de producción ovina, es posible la convivencia de especies herbáceas y leñosas.

Según un estudio que se llevó a cabo en la estepa chubutense, la coexistencia de pastos y arbustos permitió maximizar la producción de biomasa.

En muchas zonas áridas del mundo, los arbustos avanzan sobre los pastos, un proceso que amenaza la producción de forraje y la economía de esas regiones. 

En las regiones áridas a nivel global, la vegetación está compuesta por especies leñosas, como los arbustos, y herbáceas, como los pastos.

Uno de los desafíos de la ecología es entender por qué coexisten estos dos tipos de vegetación, cuando existen fuerzas naturales que tienden a llevar el ecosistema hacia uno de los dos extremos, ya sea un arbustal o un pastizal.

UN ESTUDIO FORRAJERO EN LA PATAGONIA

Lautaro Nasta, docente de Ecología en la Facultad de Agronomía de la UBA (FAUBA) destacó que esta dinámica también se observa en la estepa árida patagónica, donde las variaciones en la proporción de arbustos y pastos tienen un profundo impacto tanto en la biodiversidad como en la productividad vegetal del ecosistema.

“Nuestro objetivo fue analizar estas dinámicas, no solo desde un punto de vista científico, sino también considerando sus implicancias en la producción ovina, que es fundamental para la economía de la región”, afirmó.

Para entender esto, se llevó a cabo un trabajo para entender cómo pueden convivir  pastos y arbustos  sin perder productividad.

La investigación se desarrolló en el campo experimental Río Mayo del INTA, en el sudoeste de la provincia de Chubut. Se hicieron dos esquemas bien definidos, uno de suelo desnudo con vegetación dispera y otro de arbustos, rodeados por pastos. 

“Removimos pastos o arbustos para generar parcelas dominadas por una única forma de vida, solo pastos o solo arbustos. Durante cinco años, comparamos su producción de biomasa con la de las comunidades mixtas, donde ambas conviven”, explicó Nasta.

MEJORA PRODUCTIVA DEL 70%

Según el investigador, había tres resultados posibles:

  • Que todas las comunidades produjeran lo mismo;
  • Que alguno de los extremos —arbustal o pastizal— fuera el más productivo;
  • Que la comunidad mixta de pastos y arbustos generara mayor biomasa.

“Encontramos que la productividad de la comunidad se maximiza en el estado mixto, en el que coexisten pastos y arbustos. Concretamente, producen un 70% más. Esto nos llevó a preguntarnos por qué la comunidad mixta producía más que las otras dos”, explicó. 

Y agregó: “Nuestro hallazgo central fue que ese resultado se debió a un proceso que en ecología se llama facilitación. Es decir, los arbustos protegieron a los pastos contra los fuertes vientos, permitiendo que produjeran más biomasa”.

En este sentido, consideró que al ser más altos y voluminosos, los arbustos controlan la velocidad del viento, que en la Patagonia es permanente. “A la altura del estrato herbáceo, cercano al suelo, la velocidad es mucho menor que sobre los arbustos, y eso hace que los pastos usen mejor el agua, estén más verdes y produzcan más biomasa”, remarcó.}

AJUSTAR EL PASTOREO

El trabajo hizo hincapié en la importancia de preservar las comunidades de pastos y arbustos en ecosistemas áridos. Así, Nasta sostuvo que es imprescindible evitar que las comunidades mixtas se arbusticen, ya que la coexistencia es lo que mejora la productividad.

En la Patagonia, la ganadería es una actividad económica central, y la intensificación del pastoreo puede reducir la calidad del forraje.

“Las ovejas son muy selectivas y comen solo los pastos más nutritivos, que terminan siendo reemplazados por otras especies. Aun cuando la productividad se mantenga, las nuevas especies no siempre son preferidas”, señaló.

El docente también sumó un punto no menor: el manejo del pastoreo implica un equilibrio delicado.

“Excluir por completo el ganado también es perjudicial, porque los pastos envejecen, acumulan material muerto y al final producen menos forraje. Una cantidad intermedia de animales por hectárea mantendría la productividad y evitaría la degradación de estos ecosistemas”, afirmó. 

NUEVOS INTERROGANTES

En la experimental se acumularon más de cuatro décadas de datos recolectados en la estepa. Con esa información, los investigadores de la FAUBA buscaran visualizar cómo los cambios climáticos recientes afectaron la densidad de arbustos y pastos, y su productividad.

Es inusual contar con una ventana temporal tan amplia para un mismo lugar”, reconoció Nasta.

Otra línea de trabajo en ese campo es que a partir de cámaras de calentamiento que ya están instaladas en ese lugar verán cómo responden las plantas al aumento de las temperaturas. De este modo, podrán entender los efectos del cambio climático.

En en largo plazo, planean revisitar parcelas donde realizaron los experimentos de remoción de vegetación

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