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“Shei”, la veterinaria que superó 18 operaciones y hoy disfruta cada paso con su pasión: las vacas

Fuente: Infocampo 01/03/2025 07:28:36 hs

Un accidente automovilístico la obligó a transitar por 18 operaciones para poder caminar. Un grupo de veterinarios la ayudó dando charlas a beneficio y hoy ella ayuda a ayudar a otros. Entrañable historia en otro capítulo de Ellas podcast.

Mi pasión son las vacas, vengo de una familia humilde, trabajadora, papá, mamá y cuatro hermanos, nos han enseñado la responsabilidad y el esfuerzo”, afirma Sheila Galetti, orgullosa médica veterinaria, que trabaja en un frigorífico y una granja avícola.

Su historia podría ser la de cualquier mujer de las que forman parte de esta sección de ELLAS Podcast, pero tiene el condimento de un accidente automovilístico que sufrió cuando iba a una entrevista de trabajo que le puso un freno a su vida y la obligó a barajar y dar de nuevo

Nació en Santa Fe capital, pero yendo cada vez que podía a Campo Andino, el pueblo donde había nacido su padre y donde la familia tenía campos ganaderos. En 2021, a punto de recibirse, chocó yendo a una entrevista de trabajo que la dejó en una silla de ruedas. Necesitaría de 18 intervenciones quirúrgicas para volver a caminar.  

Meses más tarde, al ver posteos de Shei en redes sociales y enterarse de la situación, otro veterinario, Fernando “Patacón” Grippaldi, que le ofreció, junto a otros profesionales, dar charlas a beneficio de Shei. Para juntar dinero que ayude a Sheila a costear esas operaciones. 

Hoy, Sheila, Grippaldi y una docena de profesionales continúan dando charlas a productores y operarios, bajo el slogan “Ayudando se aprende, aprendiendo se ayuda” con el fin de recaudar fondos y ayudar a otras personas. 

-Comencemos por tu infancia, ¿en qué contexto te criaste?
-Nací en Santa Fe capital, mi familia está conformada por mis tres hermanos, mi papá y mi mamá. La historia mía viene de mi papá, Daniel Galetti, una persona nacida en un pueblo cerca de la capital de Santa Fe, Campo Andino. Quien se conoció con mi mamá, Mónica Peralta, oriunda de Alto Verde, que algunos quizás la conozcan, porque es sobrina de nuestro querido Horacio Guaraní. Vengo de una familia humilde, trabajadora, ambos laburaron toda su vida y de ahí la enseñanza de mis hermanos y yo sobre la responsabilidad y el trabajo. 

-¿Había campo en esa infancia? ¿Qué te acordás?
-De parte de mi papá, en un pueblo llamado Campo Andino, de la provincia de Santa Fe, cerca de Laguna Paiva, existía en su momento un campo chico en el cual mis bisabuelos, padres de mi abuela paterna, habían tenido bastantes hectáreas. Con el tiempo ellos vendieron dicho campo a uno de los hermanos de mi abuela. Ella se casó y se fue a vivir al centro del pueblo pero visitaba periódicamente a ese hermano y yo la acompañaba. De ahí el amor y respeto por el campo. Siempre recorríamos a caballo y andaba entre los animales. Desde que tengo conocimiento todos mis veranos y vacaciones de invierno tenía ganas de querer estar allá. Principalmente con mi abuela paterna, Elvira, que tengo una historia más larga que después te voy a contar, es mi ángel de la guarda.

-Si cerrás los ojos, ¿qué te acordás de sea época?
-Siempre digo que tengo dos situaciones que me acuerdo siempre de la casa de mi abuela. Lo primero que me acuerdo es que salíamos al frente de la casa a tomar mate y todo el mundo que pasaba saludaba y saludábamos. Y siempre me acuerdo de una higuera que todavía está ahí, ahí bajo sea higuera tomábamos mate de pomelo dulce con mi abuela y mi abuelo. A la hora de la siesta del verano. 

-Llegó el momento de estudiar y elegiste veterinaria. ¿Qué querías hacer? ¿Con qué soñabas? ¿Tenías un plan b?
-Tengo el recuerdo del momento de elegir qué estudiar. Primero que era complicado porque mi familia, como te dije, siempre fue muy humilde, pero siempre le pusieron garra para que estudiáramos. Yo soy la tercera. Los dos del medio somos los que estudiamos, mi hermana mayor empezó y dejó, y el más chico se fue del país. Siempre supe que quería ser veterinaria. En algún momento se me cruzó ser maquilladora profesional. Siempre tengo un recuerdo de chica que me encuentra mi mamá maquillando a la perra. Las dos cosas que soñaba de grande mezcladas. Pero ya de adolescente ya tuve claro que quería ser veterinaria. Me iba a ir a la escuela granja de Santa Fe pero no nos daba la situación económica, y un profesor de guitarra de mi hermana nos dijo que había una escuela agrotécnica a la salida de Santa Fe, ahí hice toda la secundaria y teníamos todos los tipos de producción, ahí me terminé de decidir con ser veterinaria y estar con los animales. Después sí me fui a Esperanza, a la Universidad Nacional del Litoral, fui becada desde los primeros años. 

-¿Cómo te fue en la carrera?
-Me costó mucho ser veterinaria. Me costó más años de lo normal, pero fueron los años más lindos y mejores vividos porque aprendí mucho lo que era el esfuerzo, trabajaba y estudiaba. Sé lo que es. Siempre me manejé con humildad y para adelante. 

-¿De qué te tocó trabajar mientras estudiabas?
-En la barra de un boliche, de moza en un bar y con eso me acostaba tardísimo y después me tenía que despertar temprano para la Facultad. Porque con la beca yo necesitaba tener al día las materias. Asique le ponía todo. 

-Llegó el momento en el que yendo a una entrevista laboral tuviste un accidente que te dejó con secuelas físicas. Contame si querés lo que sientas y quieras de la recuperación. Hasta donde sé fueron 18 operaciones para que puedas caminar. ¿De dónde sacaste las fuerzas para encarar todo eso?
-La historia es muy larga y podríamos estar hablando una hora. Pero te puedo decir que este accidente marcó un antes y un después para mí. Yo me estaba por recibir de veterinaria, el 21 de noviembre de 2021 y me estaba tomando la vida bastante acelerada y no estaba disfrutando. Entonces, esta cantidad de cirugías fueron marcando mi personalidad a lo que soy hoy. La fortaleza me la dio principalmente mi familia, también mis amigos, y quien hoy es mi pareja que afrontó la última parte de mi recuperación que lo conocí estando en muletas. 

-¿Y cómo fue lo del grupo de veterinarios, liderado por Fernando “Patacón” Grippaldi, que empezaron a dar charlas para juntar plata y ayudarte a pagar las intervenciones?
-Patacón es mi padrino, pero todos los veterinarios me mandaban fuerzas todo el tiempo. Y fue un año difícil para mi familia, porque ese mismo año mi hermano más chico, el que está afuera, sufrió también un accidente. Y el esfuerzo mío. Encontré fortaleza en la meditación, el reiki, me acerqué a Dios. Y este ángel de la guarda que te contaba antes, que es mi abuela por parte de mi papá. En el momento del accidente se me aparece y ella me dice que todo va a estar bien. Y de ahí en adelante, es creer o reventar, pero en más de una ocasión le pedí fuerzas y la sentía presente. Fue algo muy loco pero sucedió. 

-¿Qué están haciendo ahora con el grupo de veterinarios de “Ayudando se aprende”?
-Nosotros tenemos un compromiso. En 2022 me ayudaron a mí. Yo cuando pude quise involucrarme. Hoy somos unos 11 veterinarios. Siempre decíamos de ayudar a alguien más. Me escribió una mujer pidiéndome ayuda a mí. Yo estaba arrancando mi primer trabajo. Me comuniqué con ella, María, empezamos a charlar, una historia muy parecida a la mía con la diferencia que ella fue abandonada por la sociedad. Estuvo sola en todo. La conocí, empezamos a ayudarla en 2024, hicimos llegarle cosas básicas, porque no tenía nada. Ella no tuvo todavía su operación reconstructiva como tuve yo. A partir de este año, nuestro compromiso es hacer un ciclo de charlas para recaudar dinero y estamos tratando de llegar al gobierno de Santiago del Estero para que tenga una asistente social y una vivienda digna. Así, podremos estar para cualquier otra persona que lo necesite. 

-¿Qué te gusta de lo que hacés hoy?
-Mi pasión son las vacas. Pero hoy me estoy dedicando un poco a frigorífico y producción de aves. A mí lo que me gusta de la profesión es que estoy al aire libre, que todos los días puedo mirar el cielo, disfrutar de caminar y todos los días voy camino a eso caminando, para poder ayudar a un animal o ayudar a una persona a ayudar a un animal. Problemas hay siempre, pero está bueno parar y mirar, y disfrutar. Para mí, el accidente me dejó esa enseñanza. Yo siempre digo que todo problema tiene una solución. Así pienso. 

FUERA DEL SURCO

-¿Hay alguna actividad con la que te resetees, cambies la bocha?
-Yo paso mucho tiempo fuera de casa, entonces mi cable a tierra es estar en el patio de casa, con mis perros, tomando mate. También me gusta mucho salir a caminar. Victoria, Entre Ríos, donde vivo hoy, tiene mucho verde, y una linda costanera, que está bueno para usarlo de despeje. 

-¿Qué música te gusta escuchar?
-Normalmente, cuando voy manejando, o cuando quiero estar tranquila, escucho “No te va a gustar”, es un grupo que me gusta hace mucho. Y cuando voy por la ruta tengo una lista que siempre escucho. También me gusta la música española como Antonio Orozco. Alejandro Sanz, toda es música tranqui. 

-Mencionaste manejar y me quedé pensando, ¿cómo fue volver a manejar? ¿Cómo atravesaste esa barrera?
-La verdad, no tuve un momento en el que sufra por subirme de nuevo a un vehículo. No sé por qué. Siempre tuve fortaleza mental. Yo pensaba que tenía que llegar a destino y sólo pensaba en eso. Yo me hablo y digo, “yo puedo”. ¿Por qué no voy a poder? Siempre tengo mis alto y bajos, pero manejar no me costó. 

-¿Cómo te está yendo siendo mujer en la actividad rural? Si bien todo ha ido cambiando, pero bueno…
-Desde mi punto de vista, siendo que es un ambiente muy machista, no puedo decir que haya habido un lugar en el que me haya sentido incómoda. Siempre se han relacionado con respeto. Y después, que se yo, tenés que ganarte el lugar. Me ha pasado más de una vez. Te hacen saber que no sos una igual, pero la verdad, no tengo momentos en los que la haya pasado mal.

-Como cierre, te pregunto alguna frase o lei motiv, algo que te repitas cada tanto…
-“Si me ves menos es porque estoy haciendo más”. Siempre fui una persona que no me gustó mostrarme. Quiero influenciar con el buen ejemplo, lo que no quiere decir que tenga que mostrar todo lo que hago. Si me muestro poco es porque estoy haciendo un montón de cosas que van a ayudarme a mí y a los que estén al lado mío. 

MUJERES EN CAMPAÑA

“ELLAS” es una serie de podcasts realizados por Infocampo con mujeres de campo que inspiran por su historia emprendedora, y que cuenta con el acompañamiento de “Mujeres en Campaña”, una iniciativa de New Holland Agriculture que ya tiene un camino recorrido y embajadoras de distintos lugares del país.

La Iniciativa Mujeres en Campaña (MEC) surgió cuando comenzamos a notar que existen muchas mujeres involucradas en el campo con grandes capacidades y que todas teníamos algo en común: la necesidad de compartir experiencias vinculadas al campo y al trabajo rural, nuestro principal objetivo es visibilizar el rol de la mujer rural en cualquiera de sus tareas sea como cliente o como una referente para el sector”, señaló Natalia Álvarez, referente de Marketing New Holland Argentina.

Desde “Mujeres en Campaña” desarrollaron el concepto de “embajadoras” que permite conocer un poco más de cada una en su rubro y, a su vez, difundir cómo trabajan y cómo se sienten.

El objetivo de este maridaje entre ELLAS y Mujeres en Campaña es llegar a mujeres de distintas edades y distintas zonas geográficas. “Nos enorgullece cuando un padre nos comenta que le recomendó a su hija inscribirse en nuestra plataforma para capacitarse y realizar algún curso de los que ofrecemos”, agregó Álvarez.

Desde la plataforma de MEC, se puede acceder a capacitaciones, foros, talleres, entrevistas y contenido de interés, además, cuenta con una Feria de Emprendedoras para dar a conocer los proyectos que lideran las seguidoras.

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