Parece joda: YPF aumenta el precio de los combustibles y le echa la culpa al barril de crudo y a los biocombustibles
Este martes por la mañana el gobierno nacional actualizó por inflación el precio de los biocombustibles destinados al corte obligatorio para las ventas realizadas en el presente mes de octubre. El valor mínimo para el biodiésel fue ajustado a 1.004.562 $/tonelada , mientras que para el bioetanol cañero y maicero el nuevo precio pasó a
Este martes por la mañana el gobierno nacional actualizó por inflación el precio de los biocombustibles destinados al corte obligatorio para las ventas realizadas en el presente mes de octubre.
El valor mínimo para el biodiésel fue ajustado a 1.004.562 $/tonelada , mientras que para el bioetanol cañero y maicero el nuevo precio pasó a ser de 670,5 y 614,5 $/litro respectivamente.
Por la tarde la compañía estatal YPF hizo circular que los combustibles en surtidor aumentarán hasta un 4% a partir del próximo viernes 1 de noviembre, lo que implica –tal como sucede habitualmente– que luego de ese ajuste harán lo propio las empresas privadas que tienen una cuota minoritaria del mercado argentino.
La decisión, según hizo saber YPF, está vinculada a la devaluación del tipo de cambio oficial (2% mensual), un nuevo diferimiento en el impuesto a los combustibles líquidos (ICL), el alza de los biocombustibles y la dinámica del barril de crudo.
La cuestión, en primera instancia, es que el valor internacional del petróleo crudo descendió de manera significativa en el último mes, lo que obligaría –siguiendo una lógica comercial– a bajar los precios en lugar de subirlos.
El otro aspecto importante es que los valores de los biocombustibles destinados al corte interno se fijan de manera discrecional por parte del gobierno sin respetar la fórmula establecida por la normativa vigente.
Eso implica que el precio, lejos de reflejar lo que indica la fórmula en cuestión, es inferior, lo que provoca una extracción de recursos a la industria de biocombustibles que es derivada a las refinadoras. En los hechos, eso implica que el sector está, de alguna manera, “subsidiando” a las petroleras.
En estos días se está debatiendo en el Congreso un proyecto de biocombustibles que propone aumentar los cortes obligatorios de biodiésel y bioetanol, además de desregular el sistema oficial de fijación de precios de venta de biocombustibles destinados al corte obligatorio, de manera tal de promover la competencia entre privados mediante licitaciones, lo que garantizaría una mayor eficiencia en el proceso de arbitraje de precios que se está registrando en los últimos meses.
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