Tras triunfar en el basquet, “Chapu” Nocioni cumplió un sueño y compró un campo en La Pampa: Luego aprendió que ?es complicado proyectar un negocio cuando las reglas cambian permanentemente?
“Es complicado proyectar un negocio en Argentina cuando las reglas cambian permanentemente”. O “Somos un país productor de alimentos, esa es nuestra fortaleza”. Son algunas de las frases que dejó el protagonista de El podcast de tu vida de esta semana. Hoy se lo puede escuchar en las transmisiones de los partidos de la NBA,
“Es complicado proyectar un negocio en Argentina cuando las reglas cambian permanentemente”. O “Somos un país productor de alimentos, esa es nuestra fortaleza”. Son algunas de las frases que dejó el protagonista de El podcast de tu vida de esta semana. Hoy se lo puede escuchar en las transmisiones de los partidos de la NBA, liga en la que jugó para, entre otras franquicias, los Chicago Bulls… qué paradoja… justo “los toros”… Paradoja por su vínculo con el campo y la producción de terneros. No viene de una familia de campo, pero invirtió en campo después de poner los primeros “mangos” en ladrillos y empezó a ganar más dinero con el básquet.
En otra entrega de El podcast de tu vida en Bichos de Campo, les dejo la charla que tuvimos en agosto de 2020 con Andrés “Chapu” Nocioni, uno de los baluartes de la “GD”, la Generación Dorada del básquet argentino.
Su vínculo con el campo viene de chico por dos cuestiones: porque nació en Gálvez, uno de los epicentros de la producción lechera nacional y porque su padre, justamente “Pilo”, trabajó en Sancor en la elaboración de quesos. “Eso, sumado a algunas charlas con mi padre cuando ya empecé a ganar algo de plata, después de tener la casa, cuando me quedó un resto decidí invertir en campos”, cuenta el “Chapu”.
El lugar donde está su campo es la provincia de La Pampa, precisamente General Pico, donde jugó entre 1997 y 1999 en el club Independiente. Allí conoció a su esposa y madre de sus hijos, Paula Aimonetto. Allí viven. Justamente el padre de Paula, que fue quien le administró durante varios años la producción en el campo al “Chapu”.
Hizo cría y recría que luego vendían a un engorde de la zona, también algo de producción de granos. Hasta que en abril de 2017 Nocioni se retiró (estaba jugando en el Real Madrid español) y también su suegro tiró la toalla. Por eso, desde entonces, el campo está alquilado. Acomodar su vida como ex jugador y ocuparse del campo (buscar a alguien de confianza que se ocupara por él), era demasiado.
Subcampeón del mundo y oro olímpico con la selección Argentina; campeón de la Euroliga con el Real Madrid y jugador de la NBA durante 8 temporadas -2004 a 2009 en Chicago Bulls- además de otros equipos son los escalones destacados de su rutilante carrera.
-¿Qué te acordás del campo de pibe? ¿Tenías vínculo con la ruralidad? ¿Algo de campo entre tanto básquet deberías tener?
-Mi relación de chico con el campo fue por vivir en Gálvez, una zona láctea importante, donde además había mucho campo y plantaciones. Era muy típico nuestro agarrar la bicicleta, salir a pasear y buscar algún arroyito cercano a Gálvez para pescar algo. Es una ciudad muy vinculada con la actividad de campo. Mi familia no fue nunca productora pero sí mi papá trabajo en Sancor 44 años, era una especie de maestro quesero, trabajaba en la maduración de los quesos, en el proceso. Era tecnólogo de quesos.
-Y en ese momento, para vos el campo era eso. ¿Qué otras cosas te acordás de ese momento? ¿Te imaginabas entonces teniendo campo de grande?
-Sinceramente cuando empecé a crecer un poco ya me empecé a imaginar de alguna vez tener algún campo o posibilidad de producir algo. A los 15-17 años, cuando veía alguna proyección en el básquet, ahí empecé a pensar, a partir de charlas con mi papá también que me decía que podía tener alguna vez un campo chico con algunas vacas para hacer un tambo, que podía invertir en algo de campo.
-De bastante pibe ya tenías esa idea en la cabeza…
-Sí, esas charlas con mi papá me fueron abriendo la cabeza. Todo esto tomó color cuando llegó a Europa, pude ahorrar más y sí comprar un campo como una inversión. Era la manera que veía de resguardar mis ahorros. Primero tener una casa, y resuelto eso si pensar en qué hacer. Una vez que pasé la barrera de los ladrillos lo primero que pensé era el campo.
-¿Cuándo compraste el primer campo? ¿Dónde?
-Siempre en la zona de La Pampa. Es donde conozco y donde tengo relación con mi suegro, que trabajó muchos años como administrador mientras yo jugaba al básquet. Creo que era 2003/04 (N de la R: jugaba por entonces en el TAU Cerámica, un club de la liga ACB de España. En 2004 fue contratado por los Chicago Bulls para jugar su primera temporada en la NBA. Allí estuvo hasta 2012, pasando también por otras franquicias como Sacramento Kings y Philadelphia 76ers).
-¿Y qué actividad hacías mientras vos producías el campo?
-Teníamos animales, producción de vacas de cría, terneros y recría que vendíamos a engordadores de la zona. Pero fuimos cambiando a través de los años según conveniencia económica. El negocio fue variando. Nunca podés mantener un negocio lineal en Argentina. Hoy el campo está en alquiler, porque mi suegro se jubiló, yo me retiraba del básquet hace dos años y no tenía claro qué iba a hacer y lo más natural fue alquilarlo.
-¿Qué aprendiste en estos años teniendo tu campo, siendo productor?
-Lo que aprendí de los años que llevo metido en esto es que en Argentina las reglas nunca son claras, y que uno cuando proyecta a largo plazo y tiene una idea, un propósito para seguir avanzando, o ir mejorando y progresando normalmente las reglas se rompen. No hablo de gobiernos ni de partidos. Hablo de que no hay reglas claras para producir. Cuando uno empieza con una idea de negocio según ciertas reglas en un momento y en pocos meses cambiaron las reglas. Por eso aprendí que hay que estar muy metido en el tema, para realmente darse cuenta de todas las cosas que pueden llegar a hacerse y no quedar pedaleando en el aire. Es muy difícil, es un país complicado, sobre todo por el cambio de reglas en el transcurso de un periodo de producción de mediano plazo. No se ponen de acuerdo y los pequeños productores son los que más sufren.
-¿Qué pensás o qué sentís de cómo los ve la sociedad a los productores o la gente de campo?
-Entre los productores hay de todo, como en cualquier profesión. Hay gente honesta, que hace todo bien y hay otros que no. Ponerlos a todos en la misma canasta no está bien. Creo que, que esos que hablan del campo así nomás deberían conocerlo más.
-¿Por dónde pasa la cosa entonces?
-A la gente que no conoce el campo le digo que se tiene que dar cuenta que nosotros somos un país productor, que produce alimentos para nosotros y para el mundo. Que habría que dar las condiciones para poder producir. Esto no quiere decir que haya que regalarle nada, ni favorecerlo. También tienen que saber que es mentira, para aquellos que lo dicen, que el campo no genera trabajo, porque además de los que trabajan directamente en el campo, también están las máquinas que se usan que se arman con empleados, también los talleres de las zonas productivas, la gomería, los que venden repuestos… es muchísimo lo que mueve el campo en estas ciudades.
-¿Te gustaría volver a ser productor?
-Creo que sí, no lo descarto para nada, lo que pasa que yo fui deportista y no sé si estaría capacitado para administrarlo de la mejor manera posible. Tendría que encontrar quién y cómo. Pero son opciones que siempre pienso. Ahora lo alquilo porque me retiré (N de la R: en 2017, campeón nada más ni nada menos que con el Real Madrid) y justo mi suegro se jubiló y sentí que era muy de golpe meterme en el tema cuando necesitaba un poco más de tiempo antes de poder administrar personalmente mi negocio.
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