¡Pónganse las pilas! Con los caminos rurales destrozados y sin máquinas para repararlos, los productores entrerrianos alertaron que el arroz comienza a pudrirse en los campos
En Entre Ríos tiene el arroz listo para la cosecha pero no cuenta con los caminos rurales en condiciones para sacarlo, y el riesgo de que se pudra lo que se trilló o se caigan las plantas todavía en pie, se incrementa. “No hay plata”, dijo el Presidente Javier Milei al momento de asumir, y
En Entre Ríos tiene el arroz listo para la cosecha pero no cuenta con los caminos rurales en condiciones para sacarlo, y el riesgo de que se pudra lo que se trilló o se caigan las plantas todavía en pie, se incrementa.
“No hay plata”, dijo el Presidente Javier Milei al momento de asumir, y en el gobierno de Entre Ríos se tomaron la cosa muy en serio. Así lo creen al menos los productores de esa provincia, que no ven la llegada de máquinas para poner en condiciones al menos unos pocos kilómetros de caminos, algo clave para la economía arrocera.
Las lluvias que se dieron en las últimas semanas pusieron al desnudo, una vez más, la falta de infraestructura que hay en las regiones productivas, donde se hace agricultura o ganadería con caminos que parecen de la época colonial, y por los que deben transitar camiones que llevan insumos o materias primas que deben ser industrializadas.
La producción arrocera es una de las que más sufre esta cuestión, que se agravó desde que asumió el nuevo gobierno nacional y el provincial a cargo de Rogelio Frigerio.
“La cosecha viene muy atrasada, ya tendría que haber terminado en el centro de Entre Ríos. El arroz venia rindiendo bien pero nos queda un 30% por cosechar porque son un desastre los caminos en nuestra zona. Estamos cinchando los camiones y los acoplados con tractores para poder salir con la cosecha. Y el tema del arroz es que una vez que llegó a su maduración, la planta se entrega, se vuelca o empieza a decaer y hay pérdidas bastante importantes”, contó a Bichos de Campo el productor e industrial Jorge Paoloni.
El productor explicó que el arroz se trilla con 19 a 21 por ciento de humedad pero que no se lo puede embolsar porque dura poco, apenas un par de días ya que “se calienta, se brota y se pudre”, y por eso es necesario trasladarlo casi de forma inmediata a los secaderos y molinos.
“No hay caminos por el clima y por la falta de trabajo de los organismos correspondientes, es decir, de vialidad, con cuyos directivos estamos en contacto porque son gente conocida de la zona. Pero el problema acá es la cabeza. Si el gobernador no se ocupa de ver qué pasa en vialidad y darle la maquinaria que funciona, por más que ellos tengan la intención de ayudarte no pueden. El departamento de Villaguay tiene una sola pala cargadera y ese problema se repite en otros lugares”, ejemplificó el productor.
Parece insólito que cada año y con diferentes gobiernos se repitan problemas que se deberían haber resuelto mucho tiempo atrás. Sobre todo en regiones en las cuales se invierte para generar productos con los que se abastecen al mercado interno o que se exportan y generan los dólares tan ansiados por los políticos.
En la producción arrocera, además, la inversión por hectárea es alta. Ella ronda los 1800 a 2000 dólares por hectárea, una inversión mucho más elevada que en cualquier otro cultivo.
A eso hay que sumarle que por los problemas de rentabilidad y competitividad viene cayendo el número de productores, así como el área sembrada. Esto, sin embargo, podría revertirse con políticas de apoyo al sector como viene sucediendo en países vecinos.
“Esperemos que sea informado el gobernador y se ocupe de este tema para poder, aunque sea, salvar esta coyuntura. Si no las perdidas van a ser grandísimas. Todos estábamos muy esperanzados por lo que representa Frigerio y su discurso. Lo que estamos pidiendo tampoco son cosas de lujo, es una o dos palas cargadoras para tapar unos pozos y, si se consiguen, escombros. Hay que buscarle la vuelta para que podamos sacar el arroz”, sostuvo Paoloni.
El empresario entrerriano dijo que lo que hay que arreglar es realmente poco y por eso llama la atención que no se aborde el problema.
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“En los caminos intermedios los productores pasamos nuestras máquinas y los abovedamos y cuando se seca se puede andar. El problema lo tenemos con los que tienen que mantener vialidad y no pueden ser arreglados por nuestras máquinas”, añadió.
El retraso en la cosecha de arroz y las demoras para sacar lo que se logró levantar a su vez afectan a la recolección de la soja.
“Hay lotes que se están manchando o abriendo y no se están pudiendo trillar. Lo único que pedimos es tener las mínimas condiciones para trabajar, producir, emplear gente y crear recursos para poder seguir. Creo que no pedimos nada que perjudique al gobierno, sino condiciones mínimas, que nuestro Estado se ocupe de darnos los recursos para que podamos trabajar, concluyó Paoloni.
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