Criada en Vicente López, recuerda con cariño las yerras en un campo familiar. Se mudó por amor a Entre Ríos, donde se convirtió en productora de bovinos Hereford y preside la Sociedad Rural de Nogoyá. Otra historia de ELLAS para contar.

Se crió en el conurbano, en Vicente López, pero yendo a un campo familiar en el sur bonaerense. Después, el amor la llevó a Nogoyá, Entre Ríos, donde se afincó hace 30 años haciendo crecer con su marido un rodeo Hereford.

Como corolario, desde 2023 y hasta 2025 será la presidenta de la Sociedad Rural nogoyense.

¿Quién es? María Gabriela “Gaby” Guzmán, la protagonista de un nuevo capítulo de la serie de podcast ELLAS, donde cuenta, entre otras cosas, su camino, sus desafíos y sus pasiones más allá del campo: por ejemplo, cantar en el coro polifónico de la ciudad. 

Su campo está en Algarrobitos, departamento de Nogoyá: la mitad está ocupada por unos 250 animales y el resto con agricultura, por medio de contratistas.

Lo gremial surgió hace un tiempo, pero ahora que su hijo varón está tomando la posta en el campo, y ella más en lo administrativo, tiene resto para involucrarse más aún. 

– ¿Qué te acordás del campo de niña? ¿Con quiénes? ¿Haciendo qué?
– Nací en Buenos Aires, me crié en Vicente López, pero había un campo familiar en la zona de Pedro Luro, al sur de Buenos Aires. Y como siempre me gustó el campo solía ir mucho con papá para allá. Lo que más me llenaba el alma eran esas yerras multitudinarias, que organizaba papi, que iba todo el mundo desde las estancias vecinas, gente del pueblo, se juntaban todos con las enlazadas, capadas, asados, empanadas, gente que jugaba después truco, la taba, realmente era una fiesta. 

– A muchos que les pregunto por la niñez se acuerdan de las yerras. Se siguen haciendo, pero no tan multitudinarias, ¿no?
– Se siguen haciendo, pero te diría que no con tanta gente. Ahora se busca más el cuidado, la asepsia, pero bueno, algunos siguen haciendo lindas fiestas. 

– Llegó el momento de estudiar… ¿Qué elegiste? ¿Tenías un plan B?
– Estaba entre veterinaria y agrarias y me decidí por agrarias. Mi plan B siempre fue algo relacionado con el inglés, porque había ido toda mi vida a un colegio bilingüe. Mi madre insistía más por ese lado, porque me decía ¿qué iba a hacer yo en el campo? Una mujer… pero arranqué agrarias, después llegó un viaje que, cuando volví, ya era como que se hacía larga la cosa y trabajé como maestra de inglés y me di cuenta que la docencia no era lo mío en ese momento. Y después de un tiempo arranqué Producción y Administración Agropecuaria en la UB que era una carrera corta que iba a permitirme irme pronto al campo. 

– ¿Qué hacían tus padres? ¿Qué recibiste de ellos?
– Papá era industrial. Teníamos empresas textiles. Y mamá si bien había ingresado a la facultad de ingeniería, era un momento complicado y terminó siendo ama de casa. 

– Más adelante, el amor te llevó a la provincia de Entre Ríos. Contame de esa experiencia…
– Cuando arranqué con la tecnicatura, la idea era irme para el sur de Buenos Aires, donde estaba el campo familiar. Pero ahí conocí a quien hoy es mi esposo. Y terminando la tecnicatura tomamos la decisión de venirnos para Entre Ríos, porque él vivía acá y tenía toda su familia. Así que nos vinimos para Nogoyá, y lo que íbamos a invertir en Buenos Aires lo hicimos acá. De Vicente López nos vinimos a vivir al medio del campo. 

– ¿Y qué fueron armando en lo productivo?
– Muy de a poco fuimos arrancando con un rodeo de cría. Que hace unos años se empezó a pulir y ya entramos en el plan de marcación vip de la Hereford. Tenemos un rodeo de unas 200-250 vacas. Hasta ahí nos da la mitad del campo, la otra mitad la ocupamos para producir agricultura con contratistas. 

– ¿De qué te ocupás en el campo? ¿Qué te gusta hacer vinculado a la producción?
– Me llegué a ocupar de todo. Desde andar con la máquina de tirar alambres arriba de la camioneta y pararme cuando había que ajustar, hasta arriba del tractor para pasar una rastra o subirme al caballo y juntar hacienda. Todo. Hacer hice todo. Era de la escuela de mi abuelo que decía que para poder enseñarle a alguien uno tenía que primero poder hacer todo. Lo que más me gusta es andar con los animales y me interesa mucho la genética, y ahora que estoy más en la administración, le digo a mi hijo que está más con los animales le digo que me avise cuando haya encierre porque quiero estar con los animales.  Pero ahora mirándolo desde la genética y viendo cómo va progresando ese rodeo con la incorporación de toros nuevos, eso me fascina. 

– ¿Cómo te ha ido siendo mujer en el ámbito rural? ¿Cómo ves la evolución y el hoy de las mujeres en este medio?
– La mujer siempre estuvo presente, quizás hoy tiene más visibilidad, pero siempre estuvo. Yo era muy chica, tenía 18 años, cuando mi papá se enfermó y me tocó irme sola al campo en Pedro Luro, y es cierto, al principio tan joven y mujer no me tomaban en serio, pero de a poco, con la firmeza y el conocimiento me fui haciendo respetar y me fui abriendo camino. Y en Entre Ríos me pasó lo mismo. La mujer siempre estuvo muy presente e imprescindible en el desarrollo rural. Hoy se visibiliza más. A mí no me resultó complicado, pero hay que ir abriéndose el camino con delicadeza, conocimiento y firmeza. 

Y surgió después el gremialismo en tu vida. ¿Qué te entusiasma y motiva de eso?
– Me empezó a interesar hace mucho tiempo, pero con los chicos más chicos eran para mí una prioridad. Entonces no tenía tiempo. Una vez que entré en la comisión de la Rural me encantó y me interesa, me gusta, trato de prepararme para estar a la altura de las circunstancias. 

– ¿Qué dos o tres cosas les preocupan y ocupan desde la Rural de Nogoyá y desde la Federación de Asociaciones Rurales de Entre Ríos (FARER)?
– Hay tres temas candentes. Uno es el tema de la aftosa, la negociación con los laboratorios, ver cómo se le va a devolver al productor, porque desde que salió el precio de la aftosa ya estaba renegando. El otro tema es el Inmobiliario, esperábamos que fuera un poco menos el aumento que se pactó: puede haber topes que podrían llegar a 190%, y después de tres años de sequía la presión acá es grande. Y el tema primordial, te diría que es la madre de todas las batallas, son los caminos rurales. Son un tema que nos golpea a todos, el productor, la maestra, la persona enferma que no se la puede sacar del campo. Años de abandono. Vialidad ahora está presente, hay buena voluntad, pero no hay recursos. Acá en Entre Ríos estamos esperando porque se ha prometido que el 50% de lo que se recaude del Inmobiliario Rural se va a destinar a Vialidad directamente. El tema de caminos rurales es lo más complicado. Obvio está el tema retenciones, que complica, ya a nivel nacional. Y en lo inmediato, llegó la chicharrita y está haciendo un perjuicio terrible.

FUERA DEL SURCO

– ¿Tenés alguna actividad por fuera del trabajo, el campo y la rural, que te permita poner la cabeza en otro lado para después retomar las tareas al día siguiente?
– Tengo dos o tres cosas. Una es con el inglés, pero en vez de docencia estudié traductorado, así que en mis tiempos libres me dedico a traducir que me apasiona. Otra cosa que me resetea es que canto en un coro polifónico de la ciudad y eso me hace olvidarme de todo. Es algo que me llena el alma. 

– Justo la siguiente pregunta tiene que ver con la música. ¿Qué te gusta escuchar?
– Salvo algunas excepciones, me gusta de todo. Me encanta Phil Collins, Coldplay, The Cranberries, eso me acompaña hace mucho tiempo. Pero también Alejandro Sanz, Ella baila sola, me hace acordar a una época de mi vida que cantábamos con mi hermana. Y últimamente hay un compositor, creo que es noruego, Ola Gjeilo, que hace música instrumental y coral, da mucha paz. Y si me pones una samba me encanta también. Pero es un abanico enorme, y si estoy muy abajo me pongo alguna de las que te levantan el ánimo y listo. La música me acompaña siempre. 

– ¿En películas y series?
– Me gustan mucho las series policiales y de suspenso. Eso me atrapa. Estuve viendo un par de series nórdicas que me gustaron por la estética y cómo están contadas. También me gustan las históricas. 

– ¿Algún plato de comida que hagas y que digas: “Con esto no fallo”?
. Me encanta el risotto, lo suelo hacer y creo que me sale bien porque todos me lo ponderan… aunque no soy muy cocinera, debo admitir (se ríe). 

– ¿Algún lugar que te gustaría conocer?
– Argentina tiene lugares maravillosos y la he recorrido mucho. Me gustaría estar de nuevo porque estuve de muy muy chica, en Ceuta, que es donde nació mi papá. Ir de grande ahí y recorrer esa ciudad. 

– ¿Tenés alguna frase de cierre de esta charla, que te motive cada día?
– “Lo único imposible es lo que no intentamos”. Esa siempre la tengo presente. Si tenés un sueño, hay que intentar. Hay que probar. Y últimamente escuché una que me encantó que decía que si te morís y te sobró plata hiciste mal las cuentas. Me encantó. Para recordar todo el tiempo que lo que uno tiene lo tiene que disfrutar y compartir.