La Bolsa de Comercio de Rosario graficó cómo está el panorama en la zona núcleo. Hay muchos lotes de soja bajo agua y la cosecha de maíz frenada: ¿se sale a recolectar igual pese a la elevada humedad?

Finalizó el verano, ya está en marcha el otoño, y la transición fue con una sucesión de lluvias y tormentas intensas, incluyendo un fenómeno inusual denominado “supercelda”, que provocaron numerosos daños en establecimientos rurales, por inundaciones, ráfagas de viento y granizo.

En este marco, la Guía Estratégica para el Agro (GEA) de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) realizó un relevamiento de las regiones más afectadas dentro de la zona núcleo, y determinó al extremo nordeste de Buenos Aires, al sudeste de Santa Fe y al centro-sur de Entre Ríos en ese mapa.

Allí, los acumulados llegaron hasta 200 milímetros. En cambio, en otras zonas como Córdoba, La Pampa y el oeste de Buenos Aires, los totales semanales fueron muy inferiores.

LAS LLUVIAS EN LA ZONA NÚCLEO

“Los acumulados variaron entre 80 y 140 mm, principalmente en el norte de Buenos Aires y sudeste de Santa Fe. El valor más elevado del periodo fue en Santa Teresa (sur de Santa Fe) con 238,8 mm, guarismo que duplica la media mensual que oscila entre los 80 a 120 mm. El registro mínimo tuvo lugar en Noetinger (Córdoba), con 3,4 mm, sobre la franja oeste”, enumeró la GEA.

Un aspecto clave a tener en cuenta en este contexto es que estas lluvias ayudan a recargar los perfiles de suelos, en lo que constituye una excelente noticia de cara a la próxima siembra fina.

Sin embargo, para los cultivos en pie –fundamentalmente, soja y maíz–, ya no tienen efecto y, por el contrario, son más las posibilidades de que generan algún perjuicio, como estrés o demoras en la cosecha.

“Mientras que algunas áreas de la región han experimentado condiciones climáticas más favorables, que mantienen las proyecciones de rendimiento optimistas; otras registran exceso de humedad y preocupan los posibles impactos sobre la calidad de los cultivos”, explicó la entidad rosarina.

Dos ejemplos en ese sentido son:

• Carlos Pellegrini. “Realmente nos ha ido muy bien comparado con el resto de la zona núcleo, en donde hubo excesos de agua, aunque esta lluvia, a esta altura del ciclo, no cambia la situación de los cultivos”, señalan los técnicos de la zona.
• Bigand: Las lluvias fueron más abundantes, y se resalta que han servido para mejorar el nivel de las napas, pero han afectado negativamente al maíz temprano por la demora en su cosecha y pueden comenzar a presentarse algunos problemas de calidad de grano, tanto en el cereal como en la oleaginosa.

¿COSECHA CON MAÍZ HÚMEDO?

En este contexto, ante la sucesión de lluvias y de episodios tormentosos de fuerte intensidad, uno de los temas que está ocupando la cabeza de los productores por estas horas es si arriesgarse a cosechar los maíces tempranos, pese a que están con niveles altos de humedad, con el fin de eludir nuevas tormentas que podrían profundizar este problema.

De acuerdo con la GEA, la cosecha se mantiene cerca de la línea de largada con tan solo un 11% de avance, porque las lluvias recurrentes han mantenido frenadas las labores.

“La mayoría de los cuadros están a la espera de que descienda la humedad de los granos y haya piso para entrar nuevamente con las maquinas. Los productores estiman poder retornar a las labores durante el fin de semana y resaltan que evaluarán la posibilidad de cosechar aun cuando la humedad del grano sea mayor a la requerida para su comercialización (14,5%)”, aseguró el informe.

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En concreto, el límite sería entre 18 y 19%, para evitar tener que  afrontar abultadas sumas por secado, en particular en aquellos productores que alquilan las tierras.

Por otro lado, se han empezado a notar espigas con granos brotados en la base, dato que podría aumentar el nivel de daño en la cosecha de maíz.

“Desde Pergamino también resaltan el riesgo de pérdida de calidad a cosecha, sumado a que se observa algo de vuelco y quebrado, por lo que también se espera alguna merma en  rendimiento. Esto sucede particularmente en las áreas donde los registros mensuales fueron más abundantes y llegaron a sumar hasta 400 milímetros”, agregó la GEA.

LA SOJA, BAJO AGUA

En cuanto a la soja, tras el temporal hubo un desmejoramiento en la condición de los planteos de primera: por anegamiento, aumentaron tres puntos porcentuales los lotes bajo condiciones regulares a malas (6% del área).

A nivel regional, hacia el noroeste del partido de Pergamino, en El Socorro y localidades aledañas del sur de Santa Fe, se ven lotes encharcados. En Bigand indican que es probable que en esos lotes haya problemas en la calidad de los granos por aparición de enfermedades de fin de ciclo, ya que en esta campaña hubo poca superficie tratada para esos hongos.

En tanto, en zonas de Marcos Juárez y Arias reportan atrasos en el comienzo de la cosecha de la soja de primera. “Al cultivo le está costando madurar y eso afectará la calidad de los granos”, señalan los técnicos.

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En el resto de la región, donde no se ven excesos de agua, las precipitaciones no generaron problemas en los cultivos. Es más, en Cañada de Gómez, centro sur de Santa Fe,  indican que son bienvenidas para la soja de segunda que aún está llenando granos.

La buena noticia en este contexto es que los pronósticos revisados por la BCR confirman que los próximos días no se esperan lluvias, hasta al menos el miércoles 27 por la tarde,  con presencia de viento intenso, que permitirá el secado de los cultivos y de esta manera comenzar una fuerte actividad de recolección hacia el fin de semana.