No será una “supercosecha”, pero será buena: por las lluvias, la soja recuperó 500.000 toneladas
La proyección de producción de la oleaginosa, según la Bolsa de Comercio de Rosario, subió a 50 millones de toneladas. De todos modos, hay zonas que quedaron sin recibir lluvias suficientes.
Las fuertes tandas de lluvias que ocurrieron durante febrero y a partir del último fin de semana han permitido recomponer expectativas en relación a la cosecha gruesa, fundamentalmente en lo que respecta a la producción de soja.
El mes pasado, tras la ola de calor de fines de enero, la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) había reducido su pronóstico a 49,5 millones de toneladas; pero en las últimas horas, volvió a incrementarlo a 50 millones de toneladas.
En otras palabras: las precipitaciones permitieron que la soja recupere 500.000 toneladas.
De esta manera, no será una “supercosecha” de más de 55 millones de toneladas como en algún momento se soñó, pero sí terminará en una cifra muy buena, que incluso significa más del doble de las 20 millones de toneladas del año pasado, que fue la peor producción en más de 20 años.
LAS LLUVIAS AYUDARON A LA SOJA
Desde la Guía Estratégica para el Agro (GEA) de la BCR señalaron que febrero terminó en gran parte del país con lluvias que superaron las medias mensuales, pero insistieron en que el cambio llegó tarde, porque la ola de calor se impuso sobre la condición de la oleaginosa, arrebatando la posibilidad que había de alcanzar una supercosecha de 55 millones de toneladas.
Las descargas comenzaron a llegar después del 7 de febrero a Santa Fe, sobre todo el centro; Córdoba y buena parte de Buenos Aires y La Pampa, que recibieron lluvias que superaron el promedio mensual.
Sin embargo, hubo excepciones, zonas que quedaron al margen y aún hoy siguen sin recuperarse: el centro este y NE bonaerense por un lado, SO también de Buenos Aires, centro de Córdoba, San Luis y gran parte del área productiva de Chaco y Santiago del Estero.
Alivio: avanza la cosecha y muestra que los daños de la ola de calor no fueron tan graves
En este marco, “las lluvias han ganado continuidad desde el inicio de marzo y siguen presentes incluso en las recientes horas: las tormentas ya han pasado por la franja central y hay nuevos pronósticos de que la inestabilidad seguirá presente en gran parte del centro de la región pampeana hasta comienzos de la próxima semana”, agrega el reporte.
La consecuencia es que estos aportes hídricos “pusieron un piso a los rindes”, porque “mejoraron las condiciones de llenado de las sojas de primera”.
En cambio, en sojas de segunda, si bien tuvieron un gran impacto, es una recuperación que en términos productivos es limitada, ya que venían muy afectadas.
EL PANORAMA NACIONAL DE LA SOJA
En concreto, la nueva proyección de la Bolsa rosarina es en base a un rendimiento promedio nacional que se eleva de 29,9 quintales por hectárea a 30,2, sobre una superficie implantada de 17,3 millones de hectáreas, de las cuales se perdieron 75.000.
“Respecto al malogrado ciclo pasado, el país producirá una cosecha y media más que en lo que fue el peor ciclo de la agricultura moderna en Argentina”, insistió la GEA.
En el desagregado por regiones, Santa Fe y Córdoba encabezan con una pequeña ganancia las mejoras de rinde respecto a febrero.
- En Santa Fe, desde el norte de Rosario hasta la gran área de influencia de Rafaela, la soja ha tenido mejoras que contribuyen a subir la media productiva en casi un quintal. La provincia consolidaría 36,7 qq/ha, dejando atrás la bajísima marca del año pasado de 13,2qq/ha.
- Córdoba le sigue con una suba intermensual de 0,9 quintales y un promedio de 32,2 qq/ha, lejos de las mejores marcas (36,5 qq/ha), pero también lejos de los 15 qq/ha del ciclo pasado.
- En Buenos Aires hay un pequeño ajuste a la baja, quedando con 29,6 qq/ha (vs 17 qq/ha en el 2022/23).
- En Entre Ríos y siguiendo los números del SIBER de la Bolsa de esa provincia, hay una caída importante: 3 qq/ha respecto a un mes atrás, que surge del pobre desempeño de la soja de segunda, que ocupa el 60% del área sembrada.
- En el norte argentino, lo que suceda con las lluvias de los próximos días será importante para seguir limitando los daños, ya que la soja está entre fructificación y principios del llenado, y las precipitaciones han sido escasas y muy heterogéneas durante buena parte de febrero.