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Chatarra para uno, tesoro para otro: Para escaparle a la crisis, Walter Bila y su familia rescatan y reacondicionan viejos tractores en desuso

Fuente: Bichos de Campo 26/09/2023 09:34:35 hs

Para muchos productores, sobre todo para aquellos de pequeña escala, adquirir maquinaria nueva es casi un sueño imposible. De acuerdo al tamaño, la marca y el modelo, los precios de un tractor pueden variar de los 50.000 dólares a los 250.000. Pero aún frente a esos números, el acceso a créditos y líneas de financiamiento

Para muchos productores, sobre todo para aquellos de pequeña escala, adquirir maquinaria nueva es casi un sueño imposible. De acuerdo al tamaño, la marca y el modelo, los precios de un tractor pueden variar de los 50.000 dólares a los 250.000. Pero aún frente a esos números, el acceso a créditos y líneas de financiamiento blandas que faciliten la inversión en bienes de capital, se torna difícil en medio de una economía por demás golpeada.

Sin embargo, es esa misma escasez la que ha propiciado el desarrollo de mercados y negocios paralelos, sostenidos principalmente en torno a maquinaria y complementos usados. La familia Bila, oriunda de la capital tucumana, es una de las tantas que bucea en el mundo de la chatarra, el desuso y el metal abandonado.

“Desde hace más de 20 años nos dedicamos a comprar todo tipo de tractores, ya sea rotos, desarmados, abandonados o parados desde hace muchos años. Mi padre, mi tío, mis hermanos y yo viajamos por todo el país realizando compras, para luego reparar y vender”, dijo Walter Bila a Bichos de Campo.

Aunque admite que algunos de sus clientes son grandes productores, Walter reconoce que su cliente predilecto es el pequeño productor que ve dificultado su acceso a maquinaria “cero kilómetro”.

“Nuestro objetivo es vender, esto es un negocio. Lo cierto es que hay mucha gente que no puede comprar maquinaria nueva y por eso adquiere aquella reacondicionada. Nosotros buscamos tractores viejos pero con buena mecánica, que sean aptos para seguir circulando. Eso lo reparamos y lo vendemos”, explicó.

Rápidamente, el tucumano derriba un mito que, en muchos casos, ha dejado de ser tal: la falta de repuestos.

“Se consiguen repuestos nuevos, sí. Como en todo, siempre depende del tractor pero hay muchísimas marcas, muchísimas series, mucha maquinaria”, señaló.

-Al vender un modelo reacondicionado, ¿le sacás mucho provecho?- le preguntamos.

-Sí, influye siempre el modelo de tractor del que se trate. Depende también de la marca, la capacidad y el estado en que esté. Mayormente compramos tractores por un 40% a 50% del valor real. Invertimos un 30% en repararlo y nos queda un 20% más o menos de margen de ganancia. Por ahí también financiamos la venta. Es un negocio.

-A eso le tenés que sumar la logística de recorrer el país buscando estos tractores.

-Sí. Las provincias que más visitamos son Córdoba, Santa Fe, Santiago del Estero, Chaco y La Pampa. Pero si nos llaman desde más lejos vamos. Todo depende de qué tractor tenga. A veces viajamos y compramos flotas de a 10, 12 o 15 tractores.

-¿Sentís que en los últimos años ha aumentado la cantidad de gente que opta por comprar un tractor reacondicionado a uno nuevo?

-Siempre hay compra y siempre hay venta, pero es cierto que hay muchísima carga en adquirir un equipo nuevo.

-Después de 20 años, ¿este negocio se ha vuelto un rentable para tu familia?

-Sí, nos permite vivir.

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