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En el sur de Santa Fe, 14.000 vacas en tambos calesita hacen girar la economía circular

Fuente: Infocampo 27/05/2023 05:10:33 hs

En Cristophersen, Adecoagro lleva adelante un modelo productivo con altísima tecnología, que le permite ordeñar hasta 37 litros diarios por vaca, y además proteger el ambiente: con los desechos, genera más de 8 mil MWh de energía renovable.

Enclavadas en el sur de la provincia de Santa Fe, más precisamente en el departamento General López, las cuatro unidades productivas lecheras de Adecoagro son un ejemplo a seguir desde la sustentabilidad ambiental y económica.

Su sistema de producción pone especial énfasis en la eficiencia, maximizando el confort y el bienestar animal, asegurando el cuidado de sus alimentos y desarrollando a las personas que trabajan en el equipo. Esta combinación garantiza la altísima calidad de la leche producida y el agregado de valor.

Sin embargo, su negocio virtuoso no termina allí. Es que la firma de capitales privados aprovecha el estiércol de las vacas para producir energía eléctrica mediante un biodigestor. Esto se genera mediante un grupo de cogeneración, compuesto por un motor endotérmico de avanzada.

Adecoagro sumará en septiembre una segunda planta de biodigenstión en su campo de Santa Fe.

Pero además, este modelo sustentable, reutiliza el residuo extra que produce la planta, para la elaboración de biofertilizantes que se esparcen sobre las pasturas y cultivo de granos con el que alimentan luego a sus animales.

PRODUCCION DE LECHE

Actualmente, en el país, cuenta con cuatro tambos en los que ordeña a más de 14 mil vacas. Este megaemprendimiento, está ubicado sobre un campo de 10.000 hectáreas, situado en la localidad de Christophersen, en tierra santafesina.

Allí, las vacas se encuentran bajo un modelo free-stall, estabulado, donde el bienestar animal siempre es prioridad, debido a que llevan una vida de libre circulación. Las vacas son ordeñadas tres veces al día en sus cuatro unidades productivas.

El tambo “calesita”, con el que son ordeñada, es totalmente sistematizado. Funciona 22 horas al día y solo se detiene 1 hora a la mañana y 1 hora a la noche para ser higienizado. Se trata de un tambo muy amigable con los animales en todas sus líneas de trabajo.

Por su parte, el sistema logra un promedio diario de 37 litros de leche por vaca, marcando su estabilidad en la producción. Además, su mecanismo de transporte es inmediato. Es decir que la leche, luego de ser extraída, se enfría de manera automática y es transportada inmediatamente para su proceso lácteo final.

AGREGADO DE VALOR INDUSTRIAL

El modelo productivo, procesa el 80% de su producción en industrias propias y el resto en fábricas de terceros. En ese sentido, cuenta con dos plantas industriales ubicadas en Chivilcoy, Buenos Aires y Morteros, Córdoba, donde procesa casi 1 millón y medio de litros al día.

En esas industrias, Adecoagro, produce leche fluida, yogur, quesos y leche en polvo. Su proceso cuenta con los mayores estándares de calidad, y con eficiencia en el uso de energía, agua y otros insumos.

Por otra parte, exporta leche en polvo, quesos semi-duros, leche fluida y suero D40 a los mercados más exigentes del mundo.

ECONOMÍA CIRCULAR

En el desarrollo de sus negocios, se aprovecha los subproductos generados en cada proceso productivos avanzando en prácticas de economía circular.

En sus tambos, lograron desarrollar un modelo de producción donde el estiércol se utiliza para generar energía eléctrica con una planta conformada un biodigestor.

Los efluentes bovinos son derivados hacia el biodigestor conformado por tres tanques de almacenamiento de purines que producen biogás (fundamentalmente metano), elemento que alimenta un motor generador para producir energía eléctrica que se vende a la red nacional.

En la actualidad, se espera que esté operativa en el mes de septiembre de este año, una nueva planta instalada en el campo de Santa Fe, que le permitirá producir más energía eléctrica para beneficiar a los habitantes de los pueblos de la región.

Al mismo tiempo, los desechos de este proceso vuelven al campo como biofertilizantes con menor carga orgánica, para abonar los cultivos y forrajes que serán el alimento de las vacas.

Con este propósito, lograron reducir el uso de fertilizantes químicos, incrementan el carbono del suelo, disminuyen notablemente las emisiones de gases efecto invernadero y reducen el olor en el tambo.

En el establecimiento, cuentan con una planta de energía solar, conformada por 1.550 paneles con los que se alimenta gran parte de su estructura. La misma es utilizada por ventiladores y aspersores que apuntan a mejorar el confort de sus vacas.

 

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