¿A qué hora cierra Rapanui? Sigue achicándose el negocio de la cereza y Chile ya exporta 100 veces lo que vende la Argentina
La Argentina finalizó la temporada 2022/23 de cerezas exportando unas 4.750 toneladas, según datos recopilados por la consultora especializada Top Info. Se registró así un descenso del 15% respecto del año anterior. Es la segunda caída consecutiva de los embarques desde una economía regional que hasta hace un tiempo parecía comerse los chicos crudos. Pero
La Argentina finalizó la temporada 2022/23 de cerezas exportando unas 4.750 toneladas, según datos recopilados por la consultora especializada Top Info. Se registró así un descenso del 15% respecto del año anterior. Es la segunda caída consecutiva de los embarques desde una economía regional que hasta hace un tiempo parecía comerse los chicos crudos. Pero la dinámica local rompe hasta las mejores ilusiones: aquí se vive en permanente desbarajuste y la política muestra un claro desdén hacia las actividades productivas.
La evolución de las cifras en el negocio de las cerezas es lapidaria para el gobierno actual, y eso que su principal soporte político, el ex presidenta Cristina Kirchner, se ha manifestado devota de las frutas bañadas en chocolate de la cadena Rapanui. Desde el récord exportador de más de 6.000 toneladas registrado en 2020/21, ya van dos temporadas consecutivas de caída, hasta las 4.758 toneladas de este último ciclo.
Esto tiene que ver, según fuentes del sector, no solo con un visible atraso cambiario que le resta competitividad a las empresas locales (los 20,8 millones de dólares obtenidos por esas ventas, convertidos a pesos al cambio oficial, no alcanzan a compensar los costos productivos). Tampoco hay nuevos emprendimientos, pues la actividad ha perdido todo atractivo.
“La menor exportación se debe por un lado a problemas climáticos y por otro lado a la política argentina, que no apoya, ni ayuda a la exportación de frutas. Con respecto al clima, este se presentó muy complicado. Las diferentes regiones productoras (básicamente Mendoza y los valles de la Patagonia) registraron mermas debido a heladas y a granizos. Salvo excepciones, se cosechó menos que en el 2021/22”, dice el resumen de la consultora especializada en los negocios frutícolas.
Pero no es únicamente el clima el que juega en contra. Enfrente, cruzando los Andes, en Chile los rendimientos también se vieron limitados por contingencias meteorológicas, pero “la expansión de superficie compensó los menores rendimientos”. La lectura es sencilla: allá hay empresas que siguen invirtiendo en producir cerezas, porque hay un mercado exterior demandante, mientras que aquí ese crecimiento se ha detenido hace rato.
La diferencia de conceptos en uno y otro país provoca realidades muy diferentes. Chile cerró el año con una exportación de 400.000 toneladas de cerezas, superando así los récords de los dos años previos. Es cien veces lo que exporta la Argentina. Si seguimos en este derrotero, a largo plazo Cristina va a tener que ir a ese país a buscar sus famosas cerezas. Serán de origen chileno.
Uno de los secretos del éxito de Chile, más allá de la consecuencia de sus políticas productivas y comerciales, es que han logrado la apertura total y con bajos aranceles del mercado de China, que cotiza como pocos esta fruta fina y donde las ventas se disparan en noviembre, durante la celebración del Día del Soltero. De las 400 mil toneladas exportadas han ido hacia allá 350 mil, el 85%.
Pero según Top Info “este año Chile se propuso avanzar en el mercado norteamericano, al cual envió un 50% más que en el 2021/22 y tres veces más que en el 2020/21. Gracias a un gran esfuerzo promocional se buscó que el comprador americano descubra la cereza austral y se vuelque a comprar y consumirla. También se realizaron mayores envíos a países del Lejano Oriente, que no sean China. Tal fue el caso de Taiwán, Corea, Tailandia, India y Vietnam”.
Aquí, mientras tanto, para colocar nuestras magras cosechas de cerezas nos arreglamos con lo que podemos. China también es el principal comprador, pero recibe solo un tercio de los embarques. Le siguen en importancia Estados Unidos, Europa y Medio Oriente. Pero el único mercado que creció respecto de la campaña 2021/22 ha sido Latinoamérica, que paga mucho más barato que el resto, apenas 2,26 dólares por kilo contra un promedio genera del 4,38 dólares.
Pero Cristina celebra, porque por este sendero sí se está asegurando la provisión de Rapanui para el corto plazo. Es que sin muchas chances de exportar, obviamente las empresas productoras desvían una mayor proporción de la cosecha hacia el consumo interno.
Dice Top Info: “La participación de la exportación cayó ante las dificultades que se enfrentan las empresas argentinas en tema exportación (elevados costos, logística compleja, falta de convenios comerciales, elevados aranceles). Una importante proporción de la cosecha se envió al mercado interno, el cual reaccionó en forma positiva, incrementándose el consumo de cerezas entre los argentinos”.
Cerezas para hoy, hambre para mañana.
La entrada ¿A qué hora cierra Rapanui? Sigue achicándose el negocio de la cereza y Chile ya exporta 100 veces lo que vende la Argentina se publicó primero en Bichos de Campo.
Seguir leyendo