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A Diego Bremm la sequía le redujo un 40% su producción de maracuyá en plena selva misionera; busca compensar la caída con bioinsumos

Fuente: Bichos de Campo 05/04/2023 17:53:44 hs

La intensa sequía que duró más de 3 años en buena parte de Latinoamérica también muestra su costado más voraz en regiones como la selva misionera, donde habitualmente hay buenas cantidades de lluvias anualmente. Desde hace dos años eso no está pasando en Misiones y particularmente en la zona de Ruiz de Montoya, la situación

La intensa sequía que duró más de 3 años en buena parte de Latinoamérica también muestra su costado más voraz en regiones como la selva misionera, donde habitualmente hay buenas cantidades de lluvias anualmente.

Desde hace dos años eso no está pasando en Misiones y particularmente en la zona de Ruiz de Montoya, la situación es complicada de acuerdo a lo que relata Diego Bremm, productor de maracuyá, limón caipiriña (Lima Tahití) y yerba mate.

En su chacra Diego registró pérdidas de entre un 30 y 40% en maracuyá, y totales en un lote de yerba mate de dos años. En este segundo caso, durante el año pasado Bremm estima que se perdió el 60% del mismo gracias a la sequía y en estos últimos meses se terminó de dar por perdido el lote de yerba, que indefectiblemente deberá volver a implantar.

Volviendo al maracuyá, Bremm, que se autodefine como nuevo en la actividad ya que empezó hace algunos años, explica que la sequía le redujo entre un 30 y un 40% su producción, además de retrasarla por las altas temperaturas.

En ese contexto decidió empezar a aplicar insumos de origen biológico, para compensar las pérdidas que la sequía le genera.

“Tenemos bastante buenos resultados con la poca experiencia que tenemos. En los dos últimos años tuvimos problemas grandes de sequía, que nos afectó bastante. No estamos produciendo al 100%, sino que estamos más o menos un 30 o 40%, como mucho por el efecto del tema hídrico, la escasez de lluvia y el exceso de calor, más que nada”, explica Bremm.

Mirá la entrevista completa con Diego Bremm:

A su vez, Diego produce limón caipiriña, que no es un limón si no una lima, y su nombre oficial es Lima Tahití. “Es una lima, en realidad no es un limón, pero el nombre que todo el mundo conoce es el limón caipiriña. Es un limón que no tiene semilla, se usa generalmente para lo que es gourmet: hacer tragos, para hacer comidas, decoración de comidas y ese tipo de cosas. Es un limón que no queda muy grande, cáscara lisa y sin semillas”.

Cuenta Bremm que este tipo de lima lo empezó a producir dado que tiene demanda, y en la provincia de Misiones se consigue esta planta en viveros fiscalizados, libre de HLB, y que también lo trata con insumos biológicos.

Sobre ellos, afirma que tanto en maracuyá como en lima los resultados son buenos, incluso mejores que lo que venía observando con los insumos químicos que utilizaba: “Yo vengo de una rama del uso excesivo de agroquímicos y de fertilizante químicos. Primero parecía lindo, pero después la caída fue en picada del producto químico, porque el producto químico necesita lamentablemente mucha agua para que eso funcione bien. Y como en estos dos o tres años tenemos mucho problema hídrico, el producto químico no es rentable. Entonces estamos probando productos ecológicos, que están teniendo bastante buen resultado”.

-¿Dónde viste los resultados positivos?

Los productos son buenos. Yo lo probé en maracuyá, lo probé en Limón, lo probé en yerba también el año pasado, y funcionan muy bien, solamente que si no llueve, lamentablemente no funciona. Se ve en la parte foliar más que nada. El año pasado yo hice unas pruebas del producto foliar en yerba mate y funcionó muy bien, pero tarde ya, porque el año pasado también tuvimos problemas de sequía. También lo hice en maracuyá y también lo estoy haciendo en cítricos. Y también estamos probando los insecticidas orgánicos, en maracuyá y en la parte de cítricos.

-¿La sequía no ayuda, no?

Hasta ahora estoy viendo bastante buenos resultados. Este año es un año seco, digamos que por ahí hay ciertos problemas que no tenemos, como son el exceso de hongo o el exceso de cierto tipo de insectos. No hay por el tema de la sequía, pero años que llovía mucho hay mucho invasión de insecto y eso es un problema para la plantación de maracuyá y para el limón.

-¿Qué es lo que falta para desarrollar un poco más el cultivo de maracuyá?

Acá lo que falta es que los agricultores tratar de salir de los cultivos tradicionales, digamos, y empezar a hacer cultivos diferentes, como estos. Yo venía de una agricultura de yerba y forestación, vi el mercado bastante complicado y entonces me empecé a tirar a otras cosas que son el maracuyá y la lima Tahití. El problema que nosotros tenemos generalmente está en comercializar la fruta. Hoy tenemos muchas exigencias con el tema de certificar una plantación. Sacar una fruta de la provincia de Misiones para afuera requiere de un montón de requisitos. En ese sentido tenemos bastante trabas, pero calculo que algún día va a cambiar.

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