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Raúl Grassani dice que pagan altos costos para alimentar a las vacas lecheras y que se están comiendo ahorros para no salir de la actividad

Fuente: Bichos de Campo 07/03/2023 08:43:55 hs

Para muchos tambos la sequía es el golpe de knock out. Pero las políticas macroeconómicas vienen castigando desde hace rato a la producción de leche en la Argentina. La inflación de los costos en un tambo no da tregua y, si bien los precios mejoran en línea con la inflación general, los ingresos no llegan a

Para muchos tambos la sequía es el golpe de knock out. Pero las políticas macroeconómicas vienen castigando desde hace rato a la producción de leche en la Argentina. La inflación de los costos en un tambo no da tregua y, si bien los precios mejoran en línea con la inflación general, los ingresos no llegan a cubrir la suba de los insumos, en especial los de la alimentación.

Raúl Grassani es productor en Oliva, provincia de Córdoba. Conduce un tambo familiar y fue uno de los que expuso en la Asamblea de Villa Constitución, que fuera convocada por la Federación Agraria.

Allí contó que “la situación es compleja, porque la seca nos genera problemas en las reservas, en la comida de los animales. Al maíz de primera lo estamos picando sin grano y ahora estamos a la expectativa de si podemos hacer reservas con el maíz de segunda”.

La falta de forraje obliga a los ganaderos a deshacerse de animales. Los datos de oficiales confirman un incremento del 20% en la faena de vacas en el arranque del año, parte de esos animales provienen de los tambos.

“La mayoría de los tamberos determinamos vender los animales que menos leche dan para poder cuidar los rodeos ante el faltante de alimento que habrá en el invierno. Escasea el rollo, maíz prácticamente no va a haber y la soja se consigue cada vez menos”, indicó. Por estos faltantes, además, se “incrementa el valor de esos insumos”, explicó.

Escuchá le entrevista completa:

El productor cordobés dijo que el costo de la alimentación representa el 60% del costo total de un tambo. “Luego vienen la energía, combustibles, salarios. Hoy cobramos 70 pesos por litro aproximadamente, que no cubre los costos alimenticios”.

El forraje, o al menos parte de lo que se requiere para la alimentación, suele producirse dentro de los misos tambos, pero este año fue imposible por la falta de agua. “Ahora hay que salir a comprarlos y debemos pagar sobreprecios. Nos estamos comiendo los ahorros para no salir de la actividad” dijo Grassani.

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