En plena guerra contra la gripe aviar, al Senasa le surgió otra batalla: Los centros de fumigación de frutas y cítricos están de paro y crece el riesgo sanitario
Aunque hoy todos los esfuerzos de los organismos de control están puestos en evitar el avance de la Influenza Aviar, que podría llegar a afectar en forma severa la producción avícola, otras problemáticas sanitarias siguen mereciendo la atención de autoridades y productores. Los crecientes desacuerdos en torno a las medidas para controlar plagas cuarentenarias y
Aunque hoy todos los esfuerzos de los organismos de control están puestos en evitar el avance de la Influenza Aviar, que podría llegar a afectar en forma severa la producción avícola, otras problemáticas sanitarias siguen mereciendo la atención de autoridades y productores.
Los crecientes desacuerdos en torno a las medidas para controlar plagas cuarentenarias y de gran importancia económica para la producción frutícola local, como la Mosca de la Fruta y la Lobesia botrana, son uno de esos puntos a atender. Y es que por estos días, la Asociación de Centros de Tratamiento Cuarentenario (CTC) inició un cese total de actividades que ha generado problemas para transportar fruta fresca en el país.
Pero para entender este conflicto es necesario retroceder algunos casilleros. ¿Qué fue lo que pasó?
En septiembre del año pasado el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) rechazó el ingreso de 11 cargas comerciales de pomelos con presencia de larvas de la mencionada plaga, desde Salta y con destino a la Patagonia, un área que todavía mantiene su estatus de libre.
En un primer operativo se decomisaron 528 kilogramos de pomelos, en el Puesto de La Adela ubicado en la provincia de La Pampa, que viajaban hacia Tierra del Fuego. Los análisis sobre el origen de esa mercadería permitieron identificar otras 10 cargas de este cítrico, por un total de 1.648 kilos, que debieron ser regresadas a destino.
Este hecho motivó que Senasa publicara hacia mediados de diciembre la resolución 812/2022, en la que se definieron nuevos protocolos de control tras la “detección de la plaga Ceratitis capitata en frutos cítricos en los Puestos de Control Cuarentenario al ingreso de las áreas protegidas”.
Así, en el artículo 1 de la mencionada resolución se indicó: “Las cargas de fruta fresca cítrica hospedante de Mosca de los Frutos certificadas como partidas libres de plaga, que ingresen a los Oasis Centro y Sur de la provincia de Mendoza y a la Región Patagónica, Áreas Libres de Mosca de los Frutos reconocidas como tales por normativa del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), deben provenir en forma directa de uno de los sitios detallados a continuación: a) Centro de Tratamiento Cuarentenario habilitado en el marco de la Resolución Nº 472 del 24 de octubre de 2014 del mencionado Servicio Nacional, o la que en el futuro la modifique o reemplace; b) Punto de Control Fronterizo para fruta fresca cítrica importada, libre de Mosca de los Frutos”.
A continuación, en el artículo 2 se aclaró: “Los envíos importados mencionados podrán trasladarse a las Áreas Libres de Mosca de los Frutos en el mismo medio de transporte que arribaron al país o bien trasvasarse en forma directa a otro medio de transporte en un sitio de transferencia autorizado, con medidas de resguardo y con verificación oficial del SENASA. No se permitirá su almacenamiento”.
Pero este nuevo protocolo cuarentenario no fue la única medida tomada por el organismo y hacia finales del mes de enero de este año, la cartera conducida por Diana Guillén publicó una nueva resolución –la 98/2023– que actualizó aún más lo ya sancionado.
Allí se añadió el “requerimiento de identidad” que consiste en que “todo envase que contenga fruta cítrica hospedante que egrese de un Centro de Tratamiento Cuarentenario (CTC) debe contar con una identificación que asegure que la mercadería fue tratada en el correspondiente CTC”. A eso se le suma la colocación de una “identificación en al menos una cara visible del envase”, que “debe estar compuesta por los datos de denominación del CTC y el número de identificación única (ID) del registro de carga que asigna el Sistema Integrado de Gestión de Protección Vegetal – Sistema Único de Fiscalización Permanente (SIGPV – SUFP)”.
Asimismo se detalló que los envíos importados provenientes de un Punto de Control Fronterizo para fruta fresca cítrica importada, libre de Mosca de los Frutos, podrán trasladarse a las Áreas libres de la plaga siempre y cuando lo hagan en el mismo medio de transporte en el que arribaron a la Argentina.
En el caso de requerir trasvasado, el mismo deberá realizarse en forma directa a otro medio de transporte, en un sitio de transferencia autorizado, con medidas de resguardo y con verificación oficial del Senasa o desde un establecimiento que cumpla con los requisitos establecidos en las normativas antes mencionadas.
Este conjunto de medidas desencadenó la oposición de los CTC, que consideraron que las mismas no generaban más que obstáculos para quienes venían cumpliendo los controles anteriores en tiempo y forma, y posteriormente el paro.
Por efecto dominó, esta situación provocó a su vez el enojo de productores citrícolas y viñateros de distintas partes del país, que vieron paralizados sus ingresos de fruta en fresco a otras provincias.
Frente a este panorama, días atrás el organismo sanitario convocó a las autoridades de los CTC de las regiones involucradas y a los gobiernos de Patagonia y Cuyo -Áreas Libres de Mosca de la fruta que reciben críticos tratados- además de a representantes de Entre Ríos, provincia proveedora de esa fruta.
Wilda Ramirez, directora de Sanidad Vegetal, manifestó en esa oportunidad que “la medida de fuerza tomada por la Asociación que reúne a las Cámaras de Tratamiento Cuarentenario es a nuestro entender infundada y excesiva, pudiendo afectar la comercialización y poniendo en riesgo el patrimonio fitosanitario nacional”.
Diego Quiroga, director Nacional de Protección Vegetal, mencionó por su parte que “estamos dispuestos a continuar el diálogo que veníamos desarrollando con los distintos actores involucrados, ratificando que nuestro objetivo, y por ende todas las medidas tomadas, son para la protección de las Áreas Libres”.
El diálogo no pareció haber surtido efecto porque hasta ahora el paro continúa. En paralelo, esta tarde se realizará en la ciudad entrerriana de Chajarí un encuentro con representantes de las distintas Cámaras y Asociaciones citrícolas afectadas.
En este marco, Bichos de Campo contactó a integrantes de la Federación del Citrus de Entre Ríos (FeCiER) que no tardaron en mostrar su malestar.
“La fruta que entró a las zonas libres pasó los controles de Senasa sin que sea detectada. Lo que falló ahí fue Senasa, que debe mejorar sus controles, tanto en los Centros de Desinfección como en los puestos provinciales. En cambio lo que hizo fue poner una medida que impacta en forma muy fuerte en la logística de desinfección”, señaló un miembro de la Federación.
“Nosotros no estamos en desacuerdo con el control, porque entendemos lo que significa para un productor resguardar su zona libre de plagas. En lo que no acordamos es en la toma de medidas arbitrarias y muy poco evaluadas, que impactan de forma fuerte en el costo operativo de quienes comercializan fruta. Si Senasa hubiera respectado las medidas de control acordadas previamente, esto no hubiese pasado”, agregó.
Desde el área técnica de dicha entidad, indicaron: “Lo lógico es que cada medida que se tome, busque resolver un problema. Una de ellas indica que se deben colocar cámaras de vigilancia en los centros de tratamiento. Ya Senasa tiene inspectores disponibles allí para verificar las tareas que se están haciendo. Si Senasa necesita duplicar y reforzar su tarea interna, no debería trasladarlo a terceros. Eso no resuelve el problema de fondo”.
Y añadieron: “Senasa tiene un sistema de trazabilidad por DTV que sirve para rastrear la mercadería. Ahora para hacerlo más preciso quieren que a cada cajón se le coloque un sello. Ya nos conocemos. Quien quiera evadir el sistema hará un selló y lo sellará él mismo. No tendrá ningún resultado y por el contrario a nosotros nos implica sellar cientos y cientos de cajones. ¿Por qué no se busca simplificar el sistema si agregar burocracia? La burocracia suma costos y no resuelve nada”.
Como si esto fuera poco, los citrícolas también denunciaron que el canon para abonar a los inspectores que controlan las fumigaciones aumentó en forma descomunal, saltando un 233% en los últimos meses.
Si bien trascendió que Senasa inició una investigación para determinar las causas del arribo de cargas de fruta contaminada hasta zonas libres de estas plagas, que sortearon más de un control en su camino, dicho procedimiento, que puede derivar en una auditoría y posterior suspensión del personal involucrado, no evitaría la aplicación de las medidas mencionadas y ampliamente criticadas.
Se esperan para las próximas hora nuevos anuncios por parte de las autoridades del organismo sanitario.
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