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Sequía y heladas “negras”: producen tabaco hace 40 años y afirman que nunca vivieron algo así

Fuente: Infocampo 08/11/2022 10:48:08 hs

Sergio Parra y su padre son agricultores de Salta. Sin lluvias ni humedad desde marzo, la última helada, el 3 de noviembre, no tiene antecedentes. “Si esto sigue hasta el 10 de diciembre, la situación es de quebranto”, afirma.

Millones de toneladas de trigo menos que el año pasado, siembras de maíz y de soja visiblemente retrasadas, campos ganaderos sin oferta de forraje, viñedos y frutales con daños totales: la sequía y las heladas de 2022 están afectando con fuerza y de manera transversal a la mayor parte de las producciones regionales argentinas, tanto intensivas como extensivas.

Y otro ejemplo que se sumó en los últimos días es el del tabaco: el productor Sergio Parra, de 42 años, lo cultiva en Salta desde que tiene 18 años y asegura que nunca vivió una crisis climática como la actual, con una sucesión de sequía y heladas que ha puesto en riesgo toda la campaña 2022/23 de este cultivo. Y afirma que su padre, que tiene 66, tampoco tiene recuerdos de un escenario como el del presente.

Un mensaje que compartió en su cuenta de Twitter, con imágenes del estado de bajo desarrollo del tabaco, es elocuente sobre la situación:


“Si bien en nuestra zona, que es el centro de Salta, el régimen es monzónico y de abril a octubre suele llover poco, desde fines de marzo directamente no llovió nunca más, absolutamente nada. Y esta fase seca se potenció porque nos quedamos sin humedad ambiente, y una amplitud térmica tremenda: pasamos de 30 grados al mediodía a 4 grados a la noche. Ahora parece que estamos en el desierto de Qatar”, ahonda Parra en diálogo con Infocampo.

El productor viene cruzado con el clima desde la última campaña: en enero, sufrió fuertes pérdidas por la caída de granizo.

SEQUÍA Y HELADAS “NEGRAS”

Según Parra, el problema es este doble golpe de sequía más heladas que multiplica el estrés que sufren las plantas. Incluso en su campo riegan los cultivos, pero afirma que no está teniendo efecto en una mejora del desarrollo. “No reaccionan”, resume.

“Aquí lo usual es que en noviembre ya haya rocío y nunca hele. Por el contrario, hoy no tenemos humedad ambiente y heló el 3 de noviembre, algo que no pasó nunca en la vida. Estamos en el Trópico (de Capricornio), esto no es normal. Cuando mucho lo es hasta mediados de septiembre. Ya la helada del 10 de octubre fue inusual y se heló la mitad del tabaco. Con esta otra, todo”, continúa el productor salteño.

El problema de estas bajas temperaturas sin humedad es que se potencian los daños: “Fueron heladas negras: al no haber rocío que forme escarcha y de alguna manera eso proteja las hojas, las plantas sufren la destrucción de los tejidos y las hojas quedan negras”.

Como corolario, también influyen vientos cálidos que no paran de soplar. “El clima desértico no es normal para Salta. Todos los días tenemos vientos, que empiezan a las 9 hasta las 10 de la noche, sumado que no hay humedad, no llueve, es un soplete permanente”.

TODAVÍA HAY ESPERANZA

De todos modos, Parra todavía guarda un resto de esperanza sobre el devenir de la campaña, pese a que los daños son evidentes.

“El tabaco es un cultivo que necesita calor, y ahora lo que vemos es que están todas las plantas adelantadas en su ciclo, con apenas cinco o seis hojas, cuando necesitamos no menos de 20 hojas comerciales. Lo positivo es que aún no desfloraron, entonces cuando llueva es posible que tengan nuevos brotes y produzcan más hojas”, explica.

No obstante, surge otro problema: el logístico. “Nosotros plantamos desde septiembre hasta noviembre, para que a la hora de la cosecha, podamos ir haciéndola por etapas. Porque si queremos cosechar todo junto, las estufas de secado no alcanzan, por eso se hace el planteo agronómico de manera escalonada”, detalla Parra.


Lo que sucede ahora es que los primeros cultivos implantados son los que vienen retrasados en su ciclo, por lo que si después mejoran su desarrollo, terminarán evolucionando a la par de los implantados en noviembre. “Se nos va a juntar toda la cosecha”, remarca.

Por otro lado, reconoce que esta esperanza es de corto plazo: “Si la falta de lluvias no se revierte en una o dos semanas, se va a comprometer seriamente el rendimiento. Hasta ahora los cultivos están malos, pero no se secaron del todo. Pero si esto se mantiene hasta el 10 de diciembre, la situación es de quebranto”, alerta.

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