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La Mesa de las Carnes también está a punto de explotar: Nació en 2015 para enfrentar la intervención kirchnerista en el negocio y ahora podría terminar avalando el cepo exportador

Fuente: Bichos de Campo 15/01/2022 12:01:34 hs

La Mesa de las Carnes está a punto caramelo como para comenzar a fracturarse. El lunes hay reunión de todas las entidades que la componen y -como ya sucedió con el Consejo Agroindustrial Argentino (CAA)- lo más probable es que la mayoría de las entidades rurales pegue un portazo. Irse de la Mesa de las

La Mesa de las Carnes está a punto caramelo como para comenzar a fracturarse. El lunes hay reunión de todas las entidades que la componen y -como ya sucedió con el Consejo Agroindustrial Argentino (CAA)- lo más probable es que la mayoría de las entidades rurales pegue un portazo.

Irse de la Mesa de las Carnes es algo que ya decidió hacer CRA (Confederaciones Rurales Argentinas), una de las entidades de la Mesa de Enlace. Es muy probable que la Sociedad Rural Argentina (SRA) y Federación Agraria sigan sus pasos. Coninagro es un mar de dudas. Como sea, el final promete dejar un espacio cuya función era integrar a los productores con el resto de los eslabones del negocio de la carne (sindicalistas, consignatarios y frigoríficos) posiblemente sin ganaderos.

Lo curioso es que uno de ellos, el ex presidente de Carbap y de CRA Dardo Chiesa, es el actual coordinador de la Mesa.

Este espacio de encuentro no institucionalizado carga con una historia de apenas seis años en la que ha sucedido de todo, en una extraña parábola: la Mesa de las Carnes nació como un gesto de resistencia a la intervención del kirchnerismo en el mercado ganadero y ahora podría ser utilizada por el kirchnerismo para justificar dicha intervención. Es lo que al menos insinúa querer hacer el actual ministro del área, Julián Domínguez.

Veamos rápidamente esta historia:

En la exposición Rural de 2015, el ex titular de esa entidad Luis Miguel Etchevehere lanzaba un discurso explosivo que llamaba a votar a favor de la oposición (encarnada entonces por Mauricio Macri) y en contra del oficialismo, que postulaba a Daniel Scioli para suceder a Cistina Kirchner. En ese mismo escenario, unos días antes, más de treinta entidades de la cadena de ganados y carnes fundaban esta Mesa. Su primer proclama reclamaba a los K terminar con la intervención, que en esos momentos se manifestaba en los temibles ROE Rojos, o permisos de exportación, y en retenciones que llegaban al 15%.

La Argentina ganadera de ese 2015 comenzaba recién un lento camino de recuperación luego de haber perdido 10 millones de cabezas por las intervenciones oficiales sobre la exportación de carne vacuna. Esos embarques habían tocado su mínima expresión dos años antes, con menos de 200 mil toneladas.

Con el triunfo de Cambiemos en las elecciones de 2015, fue imposible no asociar esa Mesa con el oficialismo. Y de hecho, los integrantes de la cadena abrevaron de esa asociación porque lograron instalar en esos cuatro años una agenda propositiva, que no solo incluyó la eliminación de retenciones y de esos permisos de exportación sino que incorporó temas como la competencia desleal en la cadena, con la instauración de nuevos controles impositivos y al recuperación del verdadero rol de la ex ONCCA. Hasta los díscolos matarifes del conurbano aceptaron las reglas de juego y se organizaron, sumándose a la Mesa.

La Argentina ganadera de ese tramo de gobierno parecía tocar el cielo con las manos, pues las exportaciones de carne vacuna comenzaron a crecer rápidamente (hasta llegar a 800 mil toneladas en 2019) y el stock mostraba síntomas de recuperación. Coordinado por un ganadero representante de la SRA y amigo personal de Mauricio Macri, David Lacroze, y con el trabajo técnico de consultores de la talla de Víctor Tonelli, aquel bloque llegó a reunirse once veces mano a mano con el Presidente. Proponía que sin intervención se podía llegar a producir 5 millones de toneladas de carne, y exportar hasta 1,5 millones.

Si no se avanzó más rápidamente y a fondo en cambios estructurales fue porque a este asunto le tocó las generales de la ley en estos tiempos: el macrismo prometía mucho más de lo que podía dar.

Como sea, con la victoria electoral de Alberto Fernández, el candidato a presidente elegido pro Cristina Kirchner, ese proceso se abortó de inmediato.

La Mesa de las Carnes -que hasta ahí nunca se había institucionalizado- se quitó rápidamente el maquillaje amarillo y eligió como coordinador a Dardo Chiesa, que pese a provenir del ruralismo tenía mejores relaciones políticas con el peronismo. De hecho, dicen que fue Chiesa quien le propuso ahora al ministro Domínguez que sumara a Matías Lestani, el asesor de CRA, a su equipo como nuevo secretario de Agricultura.

Nunca más la Mesa volvió a reunirse con el presidente. Por el contrario, durante su primer año de gestión Alberto desatendió la política ganadera y recién a mediados de 2021 comenzó a meter mano en el asunto, pero de la manera que todo el sector desaconsejaba: cerrando las exportaciones de carne, que venían marcando récords, ante el temor de una suba mayor de los precios en el mercado interno.

A partir del primer día de 2022, las distintas formas que fue asumiendo este cepo a la carne vacuna confluyeron en un nuevo esquema de regulación del comercio, que prohíbe siete cortes hasta fines de 2023, habilita los envíos de vaca conserva, pero a la vez deja abierta la puerta a un nuevo cierre de las exportaciones cuando el Estado lo considere necesario.

Para darle una pátina de seriedad al asunto, Domínguez firmó la Resolución 301/2021, en la que el el artículo 12° crea un Observatorio de la Producción de Carne Vacuna, como organismo consultivo que lo asesorará para tomar definiciones, inclusive el cierre de las exportaciones. Un artículo después, el 13°, invita “a formar parte del referido Observatorio a los representantes de las provincias argentinas, de las entidades del sector agropecuario, de las cámaras de la industria frigorífica, de engorde a corral, de matarifes y abastecedores, y de productores exportadores, del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina, y a la coordinación de la Mesa de las Carnes”.

Como se ve en ese último renglón, Chiesa ya tiene reservada una silla en el Observatorio que podría convalidar este tipo de intervenciones, aún a pesar de que la llamada Mesa de las Carnes no disponga de una estructura formal y pase a ser simplemente una entelequia que ya no contenga ni a entidades de los productores ni a otros eslabones de la cadena.

Es lo que podría comenzar a suceder este lunes, con el alejamiento de CRA y posiblemente del resto de las entidades de la Mesa de Enlace que ya no se sienten representadas por ese ámbito.

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