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Un fierrero en miniatura: Pablo Bigo es metalúrgico y hace réplicas exactas de tractores, pulverizadoras, cosechadoras y tolvas

Fuente: Bichos de Campo 21/07/2021 08:41:51 hs

Pablo Bigo es riocuartense y lo deschava la tonada. Es metalúrgico desde hace una década, pero hace poco más de tres años descubrió que también era un fierrero en miniatura, porque desde entonces se dedica profesionalmente a hacer maquinaria agrícola a escala 1:18. Se trata de réplicas de tractores, pulverizadoras, cosechadoras y tolvas autodescargables con

Pablo Bigo es riocuartense y lo deschava la tonada. Es metalúrgico desde hace una década, pero hace poco más de tres años descubrió que también era un fierrero en miniatura, porque desde entonces se dedica profesionalmente a hacer maquinaria agrícola a escala 1:18. Se trata de réplicas de tractores, pulverizadoras, cosechadoras y tolvas autodescargables con un detalle artesanal que roza la perfección.

“Tuvieron tanto éxito que ni yo lo esperaba. Hoy las hago por encargo y las vendo. Me han encargado de afuera inclusive, por ejemplo de países como Rusia y Bulgaria que me pidieron unos tractores importados. Ahora estoy con mucha demora pero estoy agradecido de tener tantos pedidos”, contó Bigo a Bichos de Campo.

Bigo, casado con Noelia y con un hijo, Juan Bautista, al cual le despiertan curiosidad las creaciones de su padre y hasta lo ayuda en su trabajo, explicó que la actividad que le permitió cultivar tantos clientes es la metalurgia, pero la demanda por sus miniaturas creció en paralelo y desde entonces abraza también esos momentos en que puede poner a volar el ingenio y la creatividad.

Todavía se acuerda de sus primeras maquetas. “Arranqué desde muy pequeño. A los 10 o 12 años ya hacía taquitos con madera, y entonces con amigos poníamos un taquito más chico arriba de otro y eso ya era un tractor sin ruedas; y con los tarritos de picadillo hacíamos las tolvitas”, rememoró.

Una anécdota que rescató entre risa y risa en esto de recordar sus primeras maquetas es cuando le robaba los caños de cortina a su mamá y también a las madres de otros amigos con los que jugaba y tenía cierta complicidad para hacerlo. “Con parte de esos caños de cortina hacíamos chimangos y las descargas de las tolvas. Era muy divertido”, relató.

– ¿Cuándo fue que te diste cuenta que había una profesión detrás de este hobbie?

-Yo siempre me dediqué a hacer estas cosas a escala y con el tiempo fui perfeccionándome. Quizás me viene este interés porque vengo de familia arraigada al campo de toda la vida, tanto mi mamá como mi papá tuvieron campo.

-¿Y qué hacen en el campo?

-Mi papá y un hermano, con el que más diferencia de edad tengo, empezaron desde antes que yo con la venta de implementos agrícolas. Por eso digo que ellos empezaron primero en el rubro. Luego me sumé yo. Vendemos maquinaria agrícola, tanto nueva como usada, pero yo siempre digo que lo mío es la metalurgia. Hacemos comederos de cerdos, de hacienda, bateas, cargador de rollos. Hacemos productos nuevos y también reparamos maquinaria y tenemos muchos clientes por fortuna.

-¿Y les diste un lugarcito a tus réplicas en algún lado del taller?

-Si claro. En frente del taller tengo algunas maquinarias a escala exhibidas para que la gente pueda acercarse y verlas.

-¿Y las hacés con los mismos materiales que usás en tu taller?

-Los materiales que uso generalmente con retazos de chapa que me van sobrando de trabajos en la metalúrgica; también compro tirantes de madera para hacer algunos chasis y luego un poco de pintura. Luego las piezas son soldadas o ensambladas.

-¿Cuánto puede demorar una réplica de las que hacés?

-La demora que me lleve cada réplica depende del tipo de maquinaria que me encarguen. Por ejemplo, hacer una cosechadora puede llevarme 15 días, un tractor 10 días, y una rastra o un chimango me lleva un poco menos.

-¿Cuál es la réplica que más disfrutaste hacer?

-La que más disfruté hacer fue la primera, un tractor articulado Zanello 500.

 

-¿Y son todas a escala 1:18?

-Generalmente si. Trato que sean réplicas exactas en proporciones reales. La escala que más trabajo es la 1:18, es decir, sería 18 veces más chica que la escala real y tratamos de hacerla con cada uno de los detalles identificatorios. Lo más real posible y con la mayoría de detalles. También están quienes me piden una escala 1:32 o 1:43 pero eso lleva más trabajo. Yo siempre trato de elegir escala 1:18 porque es la que me deja hacer ciertos detalles que en una escala más chica serían más complicados de lograr.

-¿Se puede saber cuánto puede llegar a salir una maqueta de las tuyas?

-El precio varía mucho. Todo depende del encargo y lo que haya que hacer. Un tractor con cabina bien completo cuesta alrededor de 15 mil pesos y luego maquinas más comunes como una rastrea o chimango están algo de 6 mil pesos, los descargables 7.500 pesos. Y ya una cosechadora con plataforma y carro está algo de 20 mil pesos.

-¿Hay alguna réplica que te gustaría hacer y que aún no hiciste?

-Si. Me encantaría poder hacer alguna cosechadora de las de 1905 o 1910, que eran maquinas que trillaban estáticamente; en ese tiempo había mucha gente en la cosecha porque consistía en una correa que iba con un tractor a unos 10 o 15 metros, y esa correa con la polea movía la cosechadora y se cosechaba así, en modo estático.

-¿Te considerás un artesano en esto que se convirtió en mucho más que un hobbie?

-Yo siempre digo que mi actividad principal, la que me da de comer, es la metalurgia. Pero si. Podría decirse que al cabo de unos años me considero un artesano, porque trato de darle la impronta particular a cada implemento que diseño. La gente me suele decir que tengo cierta facilidad para hacer maquinaria a escala, algo que a mi no me resulta difícil, pero se ve que fácil no debe ser porque la gente se asombra cuando ve el trabajo terminado, y eso me llena de satisfacción.

 

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