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El gobierno reabrirá las exportaciones de penes de toro y otros cortes vacunos: Te lo contarán como “plan ganadero” para que no duela tanto

Fuente: Bichos de Campo 15/06/2021 00:04:41 hs

La Argentina podría reanudar desde la próxima semana sus exportaciones de penes bovinos a China, donde ese subproducto de la faena -al igual que los tendones, los rabos o las aortas- son un plato muy codiciado y bien pago. Aquel país, que se convirtió desde 2018 en el gran cliente del complejo bovino de la

La Argentina podría reanudar desde la próxima semana sus exportaciones de penes bovinos a China, donde ese subproducto de la faena -al igual que los tendones, los rabos o las aortas- son un plato muy codiciado y bien pago. Aquel país, que se convirtió desde 2018 en el gran cliente del complejo bovino de la Argentina, también podrá reanudar sus compras de brazuelo y garrón, lo que aquí conocemos como osobuco, dos cortes que tienen muy poco consumo local pero que los chinos han llegado a pagar hasta 7 dólares por kilo, pues los utilizan en grasosos caldos que aquí duraríamos en probar. Lo mismo con las carnes de las vacas viejas, que son rechazadas en el mercado doméstico.

La Argentina podrá volver a exportar sus cotizados penes de toro a China, donde los consideran un verdadero manjar, luego de casi un mes de suspensión de este y otros tipos de cargas que salían desde los frigoríficos locales, por valores que en 2020 aportaron cerca de 2.700 millones de dólares. El gobierno de Alberto Fernández suspendió las exportaciones de carnes y menudencias desde el 20 de mayo pasado, por 30 días que se cumplen esta semana. La suposición era que eso iba a hacer bajar los precios de la carne para los argentinos. Pero no sucedió. Los argentinos no suelen comer los penes ni las carnes de vacas conserva.

El anuncio de que es inminente la reapertura de las exportaciones de carne y penes vacunos, entre otras cosas intragables que ofrece la faena, lo hizo esta noche el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas. En cómodas declaraciones ante las cámaras de C5N, el funcionario informó que “esta semana se anunciará el plan ganadero para asegurar que haya carne en la mesa de los argentinos, sin descuidar al sector exportador”.

Te lo dice el ministro, como para suavizar la sensación. El anuncio de la reapertura de las exportaciones de penes y otros cortes vacunos vendrá dibujado bajo la pomposa presentación de un “Plan Ganadero”. De este modo, los productores no tendrán de qué quejarse, pues se han tropezado con un gobierno que no solo piensa en que los consumidores paguen menos por la carne que compran sino también en estimular a los criadores bovinos para que produzcan más, así pueden exportar y satisfacer todos los flancos. Incluidos los penes.

“Queremos ir a un plan ganadero que nos lleve a unas 5 millones de toneladas anuales de producción de carne, ya que lo de China es una oportunidad pero debemos hacerlo ordenadamente, sin descuidar el mercado interno”, explicó un Kulfas exitadísimo con la posibilidad de plantear -alguna vez- una línea de trabajo a favor de la producción.

Imposible no recordar a Javier De Urquiza, el secretario santacruceño de Agricultura que ya en 2007 prometía un plan ganadero semejante a este, mientras el propio kirchnerismo se ocupaba de cajonear el Plan Ganadero que con pasión y estudio había escrito Daniel Rearte, el capo de ganadería del INTA. También nos trajo a la memoria al pusilánime ministro Julián Domínquez -que en 2010 primero y en 2014 después- lanzó un ambicioso Plan Estratégico Agropecuario (PEA) que prometía para 2020 (ups, ya pasó) esa bendita producción de 5 millones de toneladas que Kulfas pone como objetivo ahora. Berretas, la última edición del PEA la presentó directamente Cristina Kirchner desde Tecnópolis.

Pero por suerte, luego de veinte días de cepo exportador, la Argentina podrá volver a enviar sus penes bovinos a China, y también cortes del cuarto delantero comprometidos con Israel, cuya embajadora se quejó hoy con brutalidad diplomática de lo mal que trata el país a sus mejores clientes. “No puede ser que cada vez que le da ganas a la Argentina, Israel se queda sin carne”, dijo Galit Ronen, medio furiosa.

Kulfas habló y preanuncia un anuncio del cual no tiene mayores precisiones, porque ya quedó claro que ni él ni el ministro de Agricultura, Luis Basterra, deciden cuál sería la mejor solución técnica al embrollo de la carne vacuna. Se trata ésta, la que compromete a los penes y a otras menudencias, de una decisión política de alto nivel, que debió esperar a que Cristina Kirchner pudiera retornar su actividad normal luego de permanecer ocupada casi toda la semana pasada con el problema de salud de su hija Florencia. Pero Kulfas habla porque le dicen que lo haga. Y para sacar presión de la cancha promete un plan ganadero.

“Estamos en la recta final de un conjunto de medidas que incluyen un acuerdo con el sector de la carne, donde el objetivo es garantizar que la mesa de los argentinos esté abastecida y que el negocio exportador pueda continuar”, afirmó el ministro, al que seguramente le ordenaron instalar el concepto de que la reapertura de las exportaciones vendrá con un Plan Ganadero bahjo el brazo,  que intentará estimular la producción de carne. Y de penes, cuya oferta aumentaría proporcionalmente a la faena de los machos, vaya usted a creer.

Ese es el único ingrediente nuevo, el de un posible plan ganadero, que agregó Kulfas a lo que ya venía declarando estas últimas semanas de cierre exportador. También el titular del Consorcio ABC, Mario Ravettino, ha venido diciendo que ellos aspiraban no solo a resolver la crisis exportadora actual -“de coyuntura”- sino a pensar en un plan de incentivos para que nunca más vuelva a ser escasa la oferta de carne para la mesa de los argentinos. Y la de penes para las mesas circulares de los chinos.

Los dos, público y privado, vienen preparando el terreno como para que no duela tanto. Tranquilamente se los podría comenzar a llamar a Kulfas y  Ravettino como el Dúo Vaselina.

En los umbrales de estos anuncios anticipados por Kulfas, con la venia ahora de la vicepresidenta Kirchner, hubo reuniones este lunes en la Casa Rosada, como para terminar de preparar la “nueva normalidad” de las exportaciones de carnes y penes. Mañana volverán a verse las caras, para ajustar los detalles. Por lo pronto, debe decirse que Alberto faltó a la promesa hecha hace diez días a los integrantes del Consejo Agroindustrial y finalmente la negociación se planteó como al principio, con Ravettino como vocero de los grandes frigoríficos exportadores nucleados en el Consorcio ABC. Ellos, brasileños los mayores, representan el 80% de los embarques de carne pero solo el 30% de la producción.

Pero son pocas las empresas del ABC, poco más de veinte, y es fácil entenderse con ellas. Ya lo hicieron Guillermo Moreno y Ricardo Echegaray entre 2006 y 2015, cuando el kirchnerismo aplicó una férrea regulación de las exportaciones aún a costa de destrozar el 20% del rodeo bovino nacional, con la pérdida de 10 millones de cabezas. Hubo menos penes en esos años, pero también se redujo el número de empresas que podían exportarlos.

“Esta semana difundiremos las medidas que contienen un plan ganadero donde esté contemplado el abastecimiento de carne en el mercado interno y acompañar al sector exportador”, insistió Kulfas, que se mostró satisfecho con la estrategia de cerrar las exportaciones en estas tres primeras semanas. “Nuestra percepción es que hay una desaceleración de precios”, evaluó.

Es cierto lo que dice el ministro de Involución Productiva. Desde el 20 de mayo, sin mercados a la vista, los precios ganaderos -en especial los de la vaca vieja y de los penes de toro y otras menudencias intragables- se desplomaron cerca del 20%. Pero no se puede decir que haya sido lo mismo con la carne que compramos los argentinos, y que suele provenir de otras categorías bovinas. Es decir, perdió el productor mientras que el consumidor ni lo notó.

Tampoco lo notaron los chinos, que seguirán comprando los penes a valor internacional, con la diferencia de que ahora quienes se los exporten pagarán unos cuentos pesos menos por esa materia prima.

Además de un plan ganadero que permitiría, por fin, incrementar notablemente la producción de penes bovinos, lo más probable es que de este “acuerdo” entre el gobierno y el Consorcio ABC surja un esquema de comercio exterior regulado para el complejo bovino, como el que rigió durante diez años en los gobiernos kirchneristas, y que provocaron que las exportaciones se redujeran de unas 750 mil toneladas cuando ingresó Néstor Kirchner a menos de 200 mil toneladas cuando se fue Cristina.

 

Los mecanismos no están claros todavía, pues acaso ni Kulfas los conozca. Se terminarán de pulir en las próximas horas. En el gobierno vienen amagando con reestablecer un sistema de permisos de exportación (tan cotizados como los penes) como el de ROE Rojos y acaso también con prohibir los embarques de algunos cortes de consumo popular (asado, vacío y matambre), que por fortuna no incluirían el órgano sexual de los bovinos machos. También hay amagues de aumentar las retenciones, que ahora están en el 9% y podrían elevarse hasta el 15% sin necesidad de pasar por el Congreso ni someter este proceso a las incómodas miradas de la discusión política.

Pero, eso sí, anticipó Kulfas que todo vendrá adornado dentro de un plan ganadero que no solo asegure la producción de mayor cantidad de penes bovinos sino además que los mismos adquieran un mayor tamaño, pues bien sabido es que una de las aspiraciones de todos los productores es poder echar más kilos a sus animales, para así producir más carne y anexos con igual número de cabezas. Es el imperativo, incrementar el peso mínimo de faena.

Los ganaderos contentos. Habrá penes para todos y todas.

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