Desde hace 20 años, la Toyota Hilux lidera el mercado de pick-ups medianas, tanto en ventas como en producción. Confiabilidad, durabilidad y respaldo, los principales argumentos de esta relación cercana entre el campo y la marca japonesa.

No siempre lo más nuevo y novedoso es el pasaporte al éxito. El caso de la Toyota Hilux es un claro ejemplo.

La camioneta mediana que la empresa japonesa produce en la planta bonaerense de Zárate desde hace 28 años, no se actualiza seriamente desde hace un tiempo considerable. Sin embargo, no encuentra impedimentos para mantenerse al tope del ranking de ventas y seguir siendo motor clave para que la compañía lidere cómodamente el mercado total.

Vence a sus rivales en ventas y también en cifras de producción. Esto pese a los esfuerzos de la competencia: por ejemplo, la Ford Ranger pegó un salto tecnológico notable en su cambio generacional, mientras que a la Volkswagen Amarok la reciente renovación le alcanza por ahora perfectamente para disputar el segundo escalón del ranking, pero no para ir por el trono.

Pero, ¿qué hay entonces detrás de un producto tan respetado y elegido? Una relación que se construyó con el devenir de los años entre el cliente argentino (mayoritariamente del universo del agro) y la marca nipona en base a un eje central, como es el prestigio que da la confiabilidad gracias a un producto noble, rendidor y duradero, junto con una concienzuda cobertura posventa.

De ahí en más viene el mayor grado de fidelidad al momento del recambio; por ende, el argumento de la durabilidad y respaldo de marca se constituyen como valores esenciales, claramente buscados, construidos y pregonados por la automotriz fundada por Kiichiro Toyoda a mediados de los años 30.

Historia de evolución que se convierte en tradición y se traduce en liderazgo: desde el año 2005 es la mediana más vendida de Argentina y América Latina, un símbolo de la industria local que se exporta a 22 países de la región, siendo el 80% de la producción reservado con ese destino.

TOYOTA HILUX: ¿POR QUÉ SE LLAMA ASÍ?

La denominación Hilux se conoce desde hace 57 años. Fue en marzo de 1968 cuando la marca japonesa pone en escena un modelo que con el tiempo rompería todos los récords, de hecho, muy posiblemente ni la propia compañía tenía idea de lo que a su exponente le depararía en el mercado.

El nombre fusiona las palabras en inglés “high” (alto) y “luxury” (lujo). A la Argentina llegó en 1978,  mientras transitaba su tercera generación. Casi 20 años más tarde se empezaba a producir en la planta que la marca construyó en Zárate y que inauguró en marzo de 1997.

En 2005, se lanzó la plataforma IMV (Innovative-Multipurpose Vehicle) de la Hilux, lo que marcó el inicio de su dominio en el mercado argentino. Desde ese año, ha mantenido su posición como la pick-up más popular. Hoy va por su octava generación y, mientras se aguarda la llegada de una importante renovación (aún sin fecha confirmada), sigue mirando al resto desde arriba.

LA CRONOLOGÍA DE LA TOYOTA HILUX 

• La primera generación de finales de los 60 montaba un propulsor 1.5 de 4 cilindros de 70 CV. La caja era manual de 4 velocidades, con la palanca en la columna de dirección que permitía aprovechar mejor el espacio en la zona central de la cabina simple y con capacidad para tres personas. Aquella primitiva Hilux pesaba 1.040 kg y su capacidad de carga era de una tonelada. Se fabricó en Japón y llegó bastante rápido a Australia, Arabia Saudita y al tiempo se introdujo en Estados Unidos, mercado que supo adoptar como uno de los más importantes. Pocos años después, Hilux ya se producía en Tailandia y Sudáfrica.

• La segunda fase de vida sale a la luz en 1972, sumando una versión llamada “Highway”, que incorporaba por primera vez una caja automática con vástago al piso, además de un motor más potente. Al cumplir una década desde su aparición, la marca ya había exportado más de un millón de unidades.
• La tercera generación tendría la particularidad de aumentar su expansión global y llegar por primera vez a la Argentina. La capacidad de una tonelada de carga, la eficiencia en el consumo y sus considerables dotes para durar y afrontar exigencias, la llevaron a ganarse el corazón de una buena parte del mercado del hombre de campo. Era dura en el andar, sí, pero eso mismo la hacía sumamente resistente y, para completar el esquema, la compañía desarrollaba y consolidaba un tranquilizador servicio posventa.

• La cuarta generación –entre 1983 y 1988- incorporó por primera vez un motor diésel combinado con sistema de tracción a las cuatro ruedas en una porción de su gama, en la cual al mismo tiempo debutaba la carrocería doble cabina. Así, el concepto Hilux se introducía al mundo de la dualidad en el uso: un vehículo con caja con las prestaciones cercanas a las de un sedán. Al año, el mundo vio cómo llegaba su hermano SUV, el primero de la historia de Toyota, conocido con el nombre de 4Runner en esta región, y como Hilux Surf en Japón. Hoy es SW4.
• El quinto ciclo de vida –de 1988 a 1997- profundizó tres aspectos innegociables: potencia, robustez y confort. Ya era todo un protagonista en una región con predominancia de actividades como el agro o la minería, y cuyos caminos demandaban calidad, confiabilidad y durabilidad. Arrancaba la historia en la fábrica de Zárate.

• La sexta etapa de su historia la encuentra saliendo en 1997 desde la planta argentina, año en que se produjeron las primeras 10.000 unidades para abastecer al mercado local y Brasil. Para entonces, incorporaba equipamiento e ítems característicos de un todoterreno. Con una cabina más alta y larga, pasaba a tener al confort como una de las prioridades.
• En 2002 se produce un hito: el anuncio de la multimillonaria inversión para la renovación de la planta bajo el proyecto IMV. Era el paso para saltar a la séptima generación que sale al mercado en agosto de 2004 ofreciendo otros estándares de tecnología para confort y seguridad. Tuvo su primer rediseño en 2008 con leves retoques y en 2013 ya fue más profundo, además de la imagen su motor turbodiésel 3.0 pasó de 163 a 171 CV.

• Esa generación estuvo activa hasta 2015, cuando debuta la octava y actual generación, con una silueta de aspecto más sofisticado, amén de que siempre se caracterizó por la discreción. Hoy la gama cuenta con versiones cabina-chasis, cabina simple y cabina doble, tracción 4×2 y 4×4, caja manual y automática (ambas de 6 relaciones) y cinco diferentes niveles de equipamiento, contando a la edición GR-Sport, más enfocada en lo extremo y que (habiendo aparecido en 2018) hoy transita su IV edición y que tiene ajustes en suspensión, mayor despeje, trochas más anchas y otros guiños al off road. Motores turbodiésel 2.4 de 150 CV y 400 Nm de torque, 2.8 de 204 y 420/500 Nm de par; y el 2.8 de la GR con 224 CV y 550 Nm.

LA PRODUCCIÓN INDUSTRIAL DE LA TOYOTA HILUX

Hoy, el complejo de Zárate (de 400.000 m2 de superficie) trabaja a tres turnos, dando empleo a más de 8.000 personas en forma directa.

Allí toman forma la pick up, la SW4 y el utilitario Hiace. De su línea ya han salido más de 2 millones de unidades. Hoy produce a razón de 797 unidades entre los tres modelos y su capacidad es de 180.000 vehículos al año.

En la cultura japonesa, el llamado “Método Kaizen” es parte esencial de una filosofía muy arraigada en el ámbito empresarial. El concepto hace referencia al logro de objetivos realmente importantes a partir de pequeñas acciones realizadas de forma organizada. Esa famosa mejora continua inspira la constante e infinita búsqueda de la perfección.

Ergo mandatorio: todo lo conseguido es siempre mejorable. Esa constante superación, de la mano de la confianza ganada, es la que se materializa a diario con una presencia inconfundible, en los caminos de tierra, en los potreros, en los campos sembrados o en plena faena ganadera, en la minería o en la industria del petróleo.

En cada rubro o actividad, en cada rincón geográfico, hay un protagonista que predomina y que hoy parece imbatible. “Solo una Hilux puede superar a una Hilux”, un slogan tan trabajado y logrado, como irrefutable.

En la memoria colectiva del campo argentino, la imagen de una Hilux cruzando una tranquera al amanecer, volviendo al casco en el ocaso, arrastrando un rollo, tirando un carro o pasando frente a un galpón, es tan familiar como la de un mate caliente sobre la mesa. Es una tradición que no nació de un día para el otro, sino que se forjó con trabajo, confianza y constancia. Todo eso es Hilux. Todo eso y más, es Toyota.