En los últimos 10 meses, la hacienda aumentó un promedio de 41% y la carne al consumidor, 59%; mientras que la inflación oficial fue del 107%. En octubre, novillitos para consumo y terneros de cría retrocedieron hasta en términos nominales.

El negocio ganadero vinculado al mercado interno afronta la recta final del año con números en rojo, a partir de una hacienda de consumo que no logra levantar cabeza en sus cotizaciones y mostradores de carnicerías que acusan el impacto de un salario que no termina de recomponer su poder adquisitivo.

Hace algo más de una semana, en las pasarelas del Mercado Agroganadero de Cañuelas (MAG) comenzó a insinuarse una recuperación y en solo dos ruedas comerciales, vaquillonas y novillitos aumentaron un 10%, con un piso que se ubicó en torno a los $2.300 el kilo en pie.

Más allá de algún traslado a las pizarras de los comercios minoristas, esta tendencia no terminó de consolidarse y los operadores del negocio coinciden en afirmar que el año no cerrará con subas.

Y si bien existen algunos factores de peso que impulsan una recomposición de las cotizaciones, como la menor canntida de hacienda disponible y una exportación que tracciona los valores, esto choca contra el bolsillo de los consumidores, que no están en condiciones de avalar más subas.

En este marco, el dato que llama la atención en el negocio -y que también preocupa- es que tanto hacienda como carnicerías aumentaron sus precios, pero muy por debajo de la inflación.

LA HACIENDA, A PASOS MUY CORTOS

Un informe elaborado por la Sociedad Rural Argentina (SRA) puso en números esta situación. De acuerdo a un informe elaborado por el Instituto de Estudios Económicos de la entidad, durante 2024 los valores de la hacienda al productor y la carne al consumidor se han disociado del Índice de Precios al Consumidor (IPC).

El trabajó destacó que este escenario de precios intwernos que no termina de reacomodarse ocurre en paralelo a una “exportación activa y creciente debido a la demanda internacional y las medidas que se adoptaron como eliminaciones de retenciones y desregulaciones internas”.

De acuerdo a la estimación de los ruralistas, entre diciembre de 2023 y octubre de 2024, el precio de la hacienda aumentó un promedio de 41%, mientras que la carne al consumidor trepó un 59%. Esto ocurrió frente a un IPC que en el período analizado registró un incremento del 107%.

Este comportamiento se profundizó aún más en octubre, cuando los valores de la hacienda mostraron una evolución negativa: el novillo de consumo cayó un 0,6% y el ternero de cría un 5,6%.

Con estos números, el precio actual de la hacienda en pie se encuentra un 18% por debajo del promedio de los últimos 15 años, en términos reales.

“En nuestras recorridas por todo el país, acompañando a los productores, hemos escuchado su preocupación por las cotizaciones de las diferentes categorías bovinas. Este es un denominador común en las diferentes regiones”, expresó Nicolás Pino, presidente de la SRA.

Carlos Odriozola, coordinador de la Comisión de Carnes de la SRA, también aportó su mirada: “Las estadísticas reflejan claramente el retraso de los precios, lo que genera falta de certidumbre en la planificación de las inversiones por parte de los productores”, concluyó.