Control de la chicharrita del maíz: evitar aplicaciones preventivas y preservar los controladores naturales
Con la buena noticia que el complejo de Dalbulus maidis se encuentra estancado en el país, los expertos recomiendan continuar con los monitoreos y manejar la plaga de manera estratégica, protegiendo las poblaciones de controladores naturales.
De acuerdo con los especialistas del INTA, la ola polar registrada durante el invierno impactó en la población de Dalbulus maidis (chicharrita del maíz) y ayudó a reducir la población de esta plaga que afecta al maíz.
No obstante, a través del mapa nacional se informan valores de número de chicharritas por golpe de red (red de arrastre) o por metro cuadrado (trampa de emergencia) que son sensiblemente menores a los obtenidos el año pasado.
“Desde distintas unidades de INTA venimos monitoreando las poblaciones de Dalbulus maidis, la chicharrita del maíz, vector del complejo de enfermedades que desenlazan en el achaparramiento del cultivo”, indicó la ingeniera agrónoma Evangelina Perotti, especialista del INTA Oliveros.
Un momento bisagra para el control de la chicharrita del maíz: “Es crucial hacer monitoreos”
Según la entrevistada, los monitoreos en esa institución se llevan a cabo mediante distintos métodos, como la red de arrastre y las trampas de emergencias, que muestran una notable disminución en la presencia de la plaga.
“Logramos registrar presencia de chicharritas hasta mediados de junio. Sin embargo, posteriormente, y un poco asociado a las bajas temperaturas, la presencia de Dalbulus maidis en el campo fue disminuyendo, llegando a contabilizar en la actualidad valores cercanos a cero”, dijo la entrevistada.
CAPACIDAD MOTRIZ
A pesar de que las investigaciones arrojan que en los últimos 20 días no hubo presencia de la plaga, la especialista reconoce que la chicharrita tiene una óptima capacidad para movilizarse.
“A partir de los 20 grados la chicharrita puede movilizarse y dispersarse, por lo tanto, junto con un consorcio público-privado liderado por Maizar, estamos implementando trampas pegajosas que nos permitan monitorear su actividad de vuelo”, manifestó.
Según señaló Perotti, de manera complementaria están realizando observaciones directas, en lotes de maíz de primera sembrados a fines de septiembre, los que se encuentran en v7 y v8, pasando por la etapa crítica, donde no se observa presencia.
No obstante, reconoció que los monitoreos continúan en maíces sembrados en octubre, los cuales tienen un mayor riesgo, aunque claramente no hay presencia de la plaga por el momento. “De acuerdo a las condiciones ambientales predisponentes, probablemente vamos a tener en nuestra región lotes de maíz que se implantarán en diciembre, en los cuales vamos a tener que estar más atentos”, diagnosticó.
“RECOMENDAMOS NO CESAR LOS MONITOREOS”
La investigadora advierte que en la zona de Reconquista, al norte de la provincia de Santa Fe, se pudieron visualizar 1 ó 2 chicharritas activas, razón por la cual recomendó continuar con los monitoreos a campo, con la finalidad de despejar cualquier interrogante.
“Tenemos que aprovechar esta herramienta importantísima, como es el mapa de distribución de las chicharritas a nivel país, que nos permite conocer, no solo lo que está ocurriendo con la plaga en sitios cercanos, sino también lo que pasa en otras zonas, para estar al tanto de su evolución”, destacó.
En ese marco, dijo que el monitoreo es la clave e imprescindible para una buena planificación del manejo del sistema. “Desde INTA evitamos las aplicaciones preventivas, ya que las moléculas utilizadas no alcanzan para cubrir la ventana crítica que va de V2 a V8, y además ocasiona disturbios en las poblaciones de controladores naturales y picos poblacionales en otras plagas”, concluyó Perotti.
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