“La única forma de competir es con calidad”, dicen desde el molino Rivara, que se distingue por elaborar productos a base de maíz orgánico y llegar a destinos como Estados Unidos o Japón
En la localidad de Alberti, al centro de la provincia de Buenos Aires, existe un molino de maíz poco convencional. Se trata de Rivara, fundado en 1936, que se distingue por tener una amplia paleta de productos que elaboran a partir de un variedad de maíz colorado, libre de OGM, sin T.A.C.C y sin alérgenos, que
En la localidad de Alberti, al centro de la provincia de Buenos Aires, existe un molino de maíz poco convencional. Se trata de Rivara, fundado en 1936, que se distingue por tener una amplia paleta de productos que elaboran a partir de un variedad de maíz colorado, libre de OGM, sin T.A.C.C y sin alérgenos, que además es orgánico.
Para dar con su oferta, que va desde maíz pisingallo hasta sémola, polenta y harina para utilizar en la industria cervecera, la firma no se abastece de cualquier materia prima. Por el contrario, ellos mismos son productos de un maíz duro, el Colorado Flint, al que empezaron a procesar en 1995.
“Nosotros recibimos un solo tipo de maíz, es el Colorado Flint que es una variedad especial que no en todas las provincias se siembra. Rivara es productor propio y abarca el 95% del volumen de materia prima que viene al molino. Este maíz generalmente tiene un menor rendimiento a campo porque se analiza la semilla. Nosotros trabajamos con un grano que tiene que ser libre de OGM, y precisa un control riguroso en la siembra, durante la cosecha y en la recepción del grano”, dijo a Bichos de Campo Luis Desia, responsable de planta en la molinera Rivara, que actualmente cuenta con una red de acopios conformada por 79 silos, con una capacidad de almacenaje superior a las 110 mil toneladas entre maíz, trigo, soja y arveja.
Sobre las producciones, Desia detalló: “Nosotros además de la polenta, hacemos las harinas para cervecería, cereales para desayuno. También hacemos harina pre-gelatinizadas, harinas para hacer fideos y otros. O sea, es un abanico muy grande lo que se produce aquí la empresa. Y la verdad es que la particularidad es que tenemos una calidad excepcional del producto”.
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Sin embargo, Rivara no presume su excelencia simplemente por la variedad de maíz con que trabajan, sino que también someten a las semillas a costosos análisis de laboratorio, para medir su calidad y componente orgánico. Dichas pruebas pueden desarrollarse dentro y fuera del país, según las exigencias del consumidor.
“Hacemos una serie de análisis para determinar si el grano está realmente libre de pesticidas, de micotoxinas, libre de OGM. Desde que el grano se recibe, el camión tiene que estar limpio, porque contamos con rigurosos controles de calidad para acopiarlo. Una vez que ese grano ingresa aquí en planta, se toman las muestras de cada camión y se mandan a analizar a los distintos laboratorios, ya sea en Rosario, CABA o Estados Unidos, según los clientes”, contó el responsable de planta.
Junto a estos controles externos, el molino tiene su propio protocolo de almacenamiento. “A los granos almacenados no se les aplica insecticidas porque la planta está certificada orgánica. Entonces lo que hace es disminuir la temperatura dentro de los silos, para mantener ese grano fresco y evitar la proliferación de insectos. Una vez que ese grano está almacenado y limpio, porque se le eliminan todas las impurezas, está en estado latente en el silo, a la espera de pasar al proceso de molienda”, detalló Desia.
Si bien son muy meticulosos durante la producción a campo y el almacenamiento del grano en los silos, el proceso de molienda suele hacerse de una forma muy simple. Allí lo más importante es el grosor del grano procesado, que depende en gran medida del producto a elaborar.
“Nuestro molino es muy simple: del 100% de maíz, lo único que vamos a hacer es pelarlo y degerminarlo. Luego pasamos a un proceso de refinado, es decir, hacer la partícula del grano cada vez más fina hasta llegar al producto deseado. Por ejemplo, la parte colorada del grano es la que utilizamos para la sémola y otros productos. Mientras que la cáscara y el germen, con pedacitos de vítrea, va a ser subproducto o alimento para el ganado”, puntualizó el trabajador.
-¿Qué productos son los que salen envasados y empaquetados desde Rivara?
-Rivara tiene dos marcas propias. Una es para la polenta tradicional marca Rivara, con el paquete de un kilo que la van a encontrar en las grandes cadenas de supermercados. La otra es una polenta instantánea con la marca Del Campo, que es propia, con dos variedades: la convencional y la orgánica que son paquetes de medio kilo, con cocción de un minuto. Digamos que es la marca líder de la empresa. Está casi punta a punta con la marca Arcor. Además, hacemos productos para otras marcas, como Carrefour, Jumbo, Vea y otras. Todas esas se hacen acá, lo único que cambia es la presentación.
-También elaboran mucho producto a granel. ¿Qué destinan a la exportación? ¿Cuáles son los destinos?
-Los mercados principales son Estados Unidos, Australia, Dinamarca y exportamos mucha polenta a Rusia. Europa es un mercado más complicado. El grueso de nuestro mercado está en Estados Unidos, Uruguay, Paraguay y Chile. Todo lo que es producto industrial, o sea que salen en bolsas de 25 kilos, mayormente son grips de cervecería, trozos o sémola. También exportamos una polenta a Israel que sale en cajas. Pero mayormente son productos industriales que salen en envases de 1000 kilos: el 80% songrips y el otro 20% son harinas.
Además de exportar materia prima desde Alberti a Estados unidos, unos de los principales productores de maíz del mundo, otras de los privilegios que tiene Rivara es estar certificado como depósito fiscal.
“Nosotros cargamos el contenedor aquí en planta se precinta y hasta llegar a su destino no se vuelve a abrir el contenedor. Esto también ha sido un gran logro para la empresa”, celebró Desia.
“Estamos muy orgullosos porque hace un año entramos en un mercado tan grande como el de Estados Unidos. Mas porque la única forma de competir afuera es con la calidad del producto. Ellos pueden tener los mejores cereales y demás, pero Rivara ha invertido en maquinaria de la empresa Bühler, que es una de las principales marcas en cuanto a insumos para molinería. Esto nos ha permitido alcanzar una calidad excepcional de todos los productos”, finalizó el operario.
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