En la última Agroactiva, mientras buscábamos “bicharracos” característicos del agro argentino, conocimos a Lucas Giaroli, tercera generación de fabricante de maquinaria agrícola en Las Parejas, Santa Fe. En su caso, entre otros equipos, fabrican un implemento que se creía extinto pero está regresando con mucha fuerza, a medida que recrudece la problemática de las malezas

En la última Agroactiva, mientras buscábamos “bicharracos” característicos del agro argentino, conocimos a Lucas Giaroli, tercera generación de fabricante de maquinaria agrícola en Las Parejas, Santa Fe. En su caso, entre otros equipos, fabrican un implemento que se creía extinto pero está regresando con mucha fuerza, a medida que recrudece la problemática de las malezas resistentes a los herbicidas.

-¿Qué es esto?- preguntamos a Lucas.

-Esto es una rastra de disco. Articulada.

-¿Y para qué sirve?

-Esto sirve para mover el suelo y tener el suelo acondicionado para poder sembrar. Se le engancha (a un tractor), se pasa al disco, y se rompe la tierra. Después se pasa a otra maquinaria que te acondiciona el suelo para poder sembrar.

Mirá la entrevista con Lucas Giaroni:

La rastra de discos era hasta los últimos años un equipo en retroceso (salvo para algunos cultivos especiales) porque la mayor parte de los productores de la región pampeana se volcaron, con la irrupción de la soja transgénica RR (resistente al glifosato), a la siembra directa, que justamente pregona que el suelo no debe moverse para evitar las erosiones tanto hídrica como eólica. Pero la creciente resistencia de las malezas tanto al glifo como a otras familias de herbicidas en muchos casos está provocando un retroceso de la labranza en directa y el regreso de estas viejas herramientas.

“Hay mucha demanda. Este siempre fue el fuerte de la fábrica, pero ya desde hace 20 años que la rastra de discos se había caído. Ahora repuntó muchísimo. La cantidad de malezas resistentes a los herbicida que hay te obligan a hacer algún movimiento para poder sembrarlos” sin competencia, explicó el jóven industrial.

En el caso del equipo fabricado por los Giaroli en su empresa metalúrgica, las rastras eran articuladas, es decir que “bajan los brazos para los costados” y recién en ese momento los discos comienzan a trabajar sobre el suelo. “Necesita un tractor de 200 HP”, explica Lucas.

-¿Y los discos estos son los que después se transforman en los famosos discos de arado?

-Exactamente. Este es el disco que después se recicla y se transforma en un disco de arado que se usa para cocinar.

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